sábado, 8 de mayo de 2021

UNA DE ROMANOS

Como diría Sabina, hoy toca una de romanos. Allá por el año  doscientos y pico antes de Cristo, existió un cónsul llamado Quinto Fabio Máximo a quien, según las crónicas, fue conocido con el apelativo de el “Contemporizador” o el “Parsimonioso” porque, al parecer, en su pugna contra los ejércitos cartagineses liderados por Aníbal, nunca perdió la calma, eludiendo  la confrontación directa y combatiéndole  pausada pero tenazmente en una guerra de desgaste sumamente efectiva.

Fabio que conocía la fortaleza y superioridad del ejército cartaginés evitó el cuerpo a cuerpo en la lucha y centró sus esfuerzos en escaramuzas tendentes a minar las líneas de suministros y así debilitar al potente enemigo. Tal dinámica, continuada en el tiempo,  exasperó a Aníbal quien cuentan que, en una ocasión, desesperado por las tácticas dilatorias del romano, emplazó a éste a que abandonara las colinas y el bosque  y se plantara  a él cara a cara. Aníbal, harto del juego del ratón y el gato, envió un mensajero a Fabio con un correo retador; “si eres tan gran conocedor del arte de la guerra y tan sabio capitán como de ti se pregona, demuéstralo y baja al valle con tus hombres y pelea”.  Un desafío de pura testosterona que traducido a nuestro contexto  y a un ambiente mucho más tabernario  podría traducirse  en la incitación de “ven de una vez si tienes pelotas que te voy a romper la crisma”.

El cónsul romano contestó demostrando  lo acertado de su sobrenombre. “Dices bien, pero si tú eres, como dicen, el más grande estratega, demuéstralo haciéndome bajar aunque no quiera” Es decir, “que te den pomada tío listo!”.

Cuando Aníbal  cruzó los Alpes e invadió Italia, infligió sonoras derrotas a las tropas romanas gracias a su superioridad militar. Fabio Máximo, consciente de la superioridad militar de los cartagineses y del tremendo ingenio de su jefe supremo, diseñó una lucha de desgaste que tenía como objetivo atacar los puntos vulnerables de Aníbal. Es decir, las líneas de abastecimiento y el ansia de sus soldados por una campaña rápida.

Fabio interpretó que los ejércitos de Cartago estaban formados mayoritariamente por mercenarios, hábiles guerreros en la batalla campal, pero ansiosos de obtener botines de guerra en contiendas rápidas. Dichas huestes, despiadadas en la contienda directa tenían un flanco débil, pues estaban  poco preparados para largos asedios o el movimiento continuado de frentes abiertos.

El estratega romano calculó que la falta de suministros y el coste de tener un ejército  en el largo plazo  fuera de sus fronteras  haría que el tiempo corriera a favor de Roma por lo que adoptó la estrategia de convertirse en la sombra de las fuerzas invasoras, evitando continuamente la confrontación y moviéndose  permanentemente en terreno montañoso a fin de evitar la superioridad de la caballería cartaginesa. Al tiempo, se exhortó a las pequeñas poblaciones del norte para que  abandonaran sus aldeas y se refugiaran en zonas fortificadas,

Aquella forma de afrontar la amenaza  supuso un notable éxito en el campo soldadesco pero fue, al mismo tiempo,  un gran fracaso político. La  supuesta “pasividad” militar  resultaba “intolerable” a los ojos de las mentes  senatoriales, propicias  a la grandilocuencia y la épica de enfrentarse al enemigo en grandes batallas. Retórica contra práxis. Populismo  fatuo frente a efectividad.

Las críticas de los “políticos” de la época –los Senadores- hicieron mella en su “opinión pública”. La “táctica Fabiana”, la utilización de la inteligencia y no la fuerza, resultaba incomprensible para un pueblo que lo único que quería era una rápida conclusión del conflicto bélico.  Fabio el “contemporizador”  fue depuesto de su cargo  y sus enseñanzas defensivas  olvidadas.  Como punto y seguido a la historia, decir que, buscando el enfrentamiento  total con los cartagineses, las  tropas romanas se concentraron para combatir a Aníbal y éste las derrotó a modo de debacle en la batalla de Cannas.  Solo la intervención de Escipión allende el Mediterráneo, en el norte de África,  impidió la derrota definitiva de Roma.

2100 años después, las “técnicas fabianas” han sido utilizadas  en multitud de ocasiones para hacer frente a contiendas desiguales. Desde la “guerra de los cien años”, la independencia norteamericana, la invasión napoleónica de Rusia o la descolonización de Indochina.

Sus principios  básicos de utilizar la inteligencia frente a la fuerza o la asunción del “gradualismo” frente a las opciones dogmáticas no solo han tenido reflejo en los contenciosos cruentos. También en la filosofía o en la política. Una rama del movimiento obrero británico reivindicó esa táctica y la llevó al campo sindical tomando el nombre de Sociedad Fabiana, un movimiento socialista favorable a las reformas graduales  que terminó por germinar  en lo que más tarde se conocería como el  Partido Laborista británico.

Mañana domingo Euskal Herria Bildu, la formación política heredera de la Izquierda Abertzale histórica  celebrará en las instalaciones del BEC  su  segundo congreso tras diez años de corta singladura. El experimento organizativo que aglutinaba a diversos partidos políticos del ámbito de la “gauche” vasca ha ido reformulando su estrategia hasta confluir en una alternativa sólida en la que consolida su fuerza  el músculo Sortu, en versión  modernizada  de clave “Bateragune”. 

Su horizonte institucional  pasa por tres estadios. En el Estado español, su intención es  desprenderse  de sus vínculos con el pasado, intentado afianzar una nueva imagen “posibilista” que le garantice  relaciones y ámbito de influencia con el socialismo gobernante en cuyas manos está  dar una salida satisfactoria a su principal necesidad  interna (los presos).

En un segundo estadio. se encuentra su acción política en Nafarroa  donde  su talante colaborativo con el ejecutivo de Chivite busca recuperar un papel protagonista de  fuerza alternativa al navarrismo-socialismo.  Un influjo que en dos legislaturas consecutivas ha ocupado la formación Geroa Bai y que  EH Bildu pretende sobrepasar en el próximo mandato.

Y en la Comunidad Autónoma Vasca  su estrategia pasa por intentar arrebatar al PNV  su liderazgo.

Si bien en los dos primeros ámbitos, la Izquierda  independentista, ha experimentado  su afán colaboracionista, en los tres territorios de la CAV, EH Bildu ha acentuado su papel de oposición más dogmática. Y no se entiende  que alguien que pretende ser gobierno huya permanentemente de la responsabilidad o del compromiso constructivo.

Rechina, y de forma sonora, la posición parlamentaria  de EH Bildu ante la gestión  pandémica. Maddalen Iriarte  ha repetido sin matices  los mismos reproches hacia el gobierno de Urkullu una y otra vez. (En Navarra la complicidad en esta materia con el ejecutivo de Chivite es total)   

Suyas son las repetidas acusaciones  al gobierno de “improvisación”, “desastre”, “descoordinación”, “falta de diálogo” o de “incapacidad”.  No han dudado en culpar a la consejera Sagardui de mentir, utilizando datos sin contrastar o abiertamente falsos. Su “todo está mal”, su utilización miserable del sufrimiento pandémico,  contrasta con el hecho de que en Euskadi, al día de hoy,  uno década tres vascos haya recibido ya una dosis de las vacunas y que las inoculaciones practicadas  estén por encima de la media del Estado.  Pero que la verdad no estropee un buen titular.

Lo más triste de todo es que en ese papel de oposición rampante, EH Bildu no ha propuesto ni media medida que llevar a la práctica en Euskadi. Nada en clave constructiva. Ni una idea para garantizar la no progresión del virus. Ni para garantizar jurídicamente el marco decisorio.  Todo lo ha convertido en denuncia, reprobación o censura.

Para ser alternativa hay que mirar al país, no al adversario. Hay que proponer, no denigrar ni menoscabar por que sí.

En el mismo BEC, en el mismo recinto en el que medio centenar de militantes de EH Bildu  aplaudirán la estrategia de confrontación  de sus dirigentes,  miles de mujeres y hombres acudirán, en orden, escalonadamente y sin crispación  hasta el pabellón 6. No participarán en mitin alguno. Acudirán allí  en respuesta a la llamada del Servicio Vasco de Salud, que les vacunará con las dosis  que en ese momento disponga.  Será un contraste  paradigmático. A un lado, los que  afirman que todo  se hace mal, y al otro, quienes  buscan soluciones organizadamente. Unos, como las tropas de Aníbal,  persiguen el botín del poder con implacables campañas de descrédito y otros, aguantan el envite  gestionando el día a día  para preservar  el bienestar común. Inteligencia frente a fuerza. Posibilistas  frente a dogmáticos.

 

 

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