sábado, 3 de mayo de 2025

“58” MOSCAS Y MOSCONES

Estaba yo repanchingado como un pachá en un sofá orejero y con las piernas elevadas en una posición semitumbada de zanganeo total. No es que holgazaneara por puro placer, sino porque mis problemas circulatorios en las extremidades inferiores hacían que  el personal facultativo que desde hace tiempo me atiende , recomendaba que , siempre que pudiese, utilizara esa posición postural para incentivar el riego sanguíneo inverso en las piernas


Lo que también hacía, para hacer amenizar el momento de relax, era ver la televisión. Alternaba dos programacionescon el mando a distancia. Por un lado el reality “forjado a fuego” y cuando las fraguas entraban en publicidad,visitaba “maestros de la parrilla”. 


Acababa de llegar de la calle donde , para recuperarme de la convalecencia que desde hace un tiempo me mantiene en dique seco, había dado un paseíto por el vecindario. Nada del otro mundo ni de dificultad. Una pequeña ronda para “hacer piernas”, Pero la horita de lento caminar me había cansado un poco, así que llegado al domicilio me tumbé gustosamente en una posición reparadora.


No sé cuanto tiempo llevaba con las piernas en alto cuando la pantalla del televisor fundió a negro. Y el rutterdel wiffi situado a su costado  se quedó igualmente sin luces. Se había ido la luz. Mi primera reacción fue la de esperar un poco a ver si la corriente volvía. Necesitaba saber si el apagón era particular o se trataba de algo general. Pero, oh cielos! Tumbado como estaba y  sin poder hacer retornar el butacón a su posición inicial (el elevador de piernas se activa mediante un mecanismo  que funciona con electricidad) , no me podía incorporar y ponerme en pie. Como pude -no he hecho tanta gimnasia desde mi época escolar-  tuve que hacer que mis piernas sortearan el espacio del asiento y hacer pie en el suelo para ya, en tal posición, ponerme en pie. Comprobé que el automático eléctrico estaba correctamente situado. Los plomos no había saltado. Abrí la puerta de casa  y confirmé que el apagón era global , Pensé en la suerte que había tenido  por no haberme quedado encerrado en el ascensor minutos atrás y , al mismo tiempo me felicité por haber subido los dos pisos en el elevador, sin la fatiga  que mi movilidad  limitada provocaría al subir los escalones.


A partir de ahí intenté consultar, a través de Internet qué es lo que de verdad estaba aconteciendo. La red estaba muda y el teléfono sin cobertura. No sé por qué pero encendí un transistor de radio y entonces me  de bruces con el episodio. La luz se había ído en toda la península y el caos comenzaba a reinar por doquier. Ni en las peores pesadillas o en las películas de ciencia ficción se podía imaginar tal situación. Apagón energético y de telecomunicaciones total. Afortunadamente, la caída energética se había producido de día pese a que el efecto de aquel vacío invadió de zozobra a miles de personas. Me acordé de aquella información , para algunos alarmista, de las autoridades europeas, sobre la necesidad de disponer de un kit particular de supervivencia. Para una mayoría de publico aquel consejo sonó como una fantasmada pero de eso nada. Yo había leído alguna cosa sobre las estrategias de defensa actuales y la importancia de las “guerras híbridas”  que en el actual manual de combate pretenden minar la resistencia  y el estado de ánimo de la población civil. Y un ataque a las fuentes energeticas o a los suministros básicos, solían estar en la cartera de los agresores de hoy en día. 


El momento fue de una incertumbre sin parangón. Nadie sabía lo que duraría aquel episodio que nos había dejado aislados. La falta de comunicación nos hacía temer por la seguridad y el binestar de los más próximos  a los que resultaba imposible contactar. Había miedo, y el miedo siempre engendra pensamientos extremos.


A mí, la situación me llevó a maldecir en soledad a aquellos supuestos progresistas de medio pelo que , ante la nueva coyuntura internacional, habían deslegitimado cualquier opción de aumentar las posición europea de defensa y seguridad. “Hippies” que todo lo concentran en el eslogan de ”no a la guerra”. Espíritus puros” que creyéndose moralmente superiores a la media pontificaban contra el gasto en seguridad o en la prevención de la colectividad frente a las nuevas amenazas que se ciernen sobre nuestras cabezas.


El tan temido “apagón” había llegado. ¿Para cuanto tiempo?


Lo fundamental en aquella situación era revertir la falta de energía para, poco a poco volver a la normalidad. Bien es cierto que determinados planes de contingencia en ámbitosespecialmente sensibles -al menos aquí en Euskadi- habían funcionado. Hospitales, residencias, centros educativoshabían hecho frente al primer golpe del apagón con cierta solvencia. Los equipos de emergencia y seguridad también habían funcionado correctamente. El problema estaba, básicamente en la movilidad, en el transporte y en el retorno al domicilio de miles de personas que se encontraban  en sus puesto de trabajo. Por no hablar de la actividad industrial y comercialFelizmente, los esfuerzos  de los técnicos competentes por recuperar el fluido eléctrico fueron dando sus frutos en poco tiempo, y en horas -en algunos sitios antes que otros- la luz fue volviendo a alumbrar nuestras vidas.


Durante el tiempo de vigilia energética fueron muchas las historias  que difícilmente olvidaremos. 


Algunas dramáticas dolorosas como las que vivieron quienes necesitaban de la energía eléctrica para que sus tratamientos médicos les permitiera  mantener un nivel vital adecuado. Otras, auténticas pesadillas como las de quienes se vieron sorprendidos encerrados en ascensores, cajeros u otros habitáculos reducidos con un nivel de claustrofobia insoportable. Las más , de angustia por desconocer durante un tiempo la seguridad de sus seres queridos


Y otras -siempre tiene que haber extremos- las historietas generadas por la insensatez humana.


Lo importante es que  tras el susto inicial, la luz se hizo relativamente pronto.  Quedaba todavía mucho terreno para recuperar la normalidad y , por lo tanto, resultaba necesario conocer qué había ocurrido y cuales o quienes habían sido los factores o los protagonistas responsables de aquella crisis.


Ni que decir tiene que los sabeletodos que proliferen entre nosotros no necesitaron ni tiempo ni evidencias para percatarse  de qué es lo que en verdad había ocurrido, y es que que en nuestra sociedad hay mucha gente que tiene una cierta atrofia en las manos. Viven permanentementecon el dedo índice desplegado a modo de acusación y reproche. No necesitan evidencias ni pruebas para justificar su tesis. La culpa siempre es de alguien. Del Gobierno de Sánchez que diría el PP, del oligopolio de empresas energéticas que señalarían las izquierdas dogmáticas o el ”capitalismo” globalizado que señalara en redes sociales Joseba Permach quien abogaba por la nacionalización de la energía , el agua , las telecomunicaciones o los sectores estratégicos. 


Ni en las circunstancias más complicadas aprendemos. La experiencia nos ha dejado al aire nuestra vulnerabilidad como sociedad ante elementos básicos  que afectan directamente a nuestras vidas. Afectan en aspectos pequeños  y también en elementos sustanciales. Y esa vulnerabilidad necesita conocer verdaderamente las razones que provocaron el apagón, fueran estas provocadas, fruto de una negligencia o de un sabotaje. Porque solo desde un diagnóstico acertado se podrán poner remiendos que eviten mitiguen  futuros episodiossimilares al vivido. 


La estupidez humana no tiene límites. En pleno apagón, cuando centenares de personas corrían a comprar pilas y camping gas para poder comer calienteun tabernero de mi pueblo pretendía tranquilizar a la clientela asegurando que en su establecimiento no habría problema para comer 


Su cocina era eléctrica -no de gas. Pero eso no era impedimento para él. “Lo que no caliente la cocina, lo calentará el microondas”. Mi perplejidad fue plena cuando , intentando desviar la conversación ante el ridículo, pregunté por un cartel que presidía el establecimiento. Era un folio blanco con un número pintado a mano con rotulador. 


 ¿Qué significa ese folio blanco con el número 58?” -cuestioné-


“Es -me dijo- un repelente natural de moscas. Las moscasno leen el número se creen que lo representado en el papel es una araña y ante ella evitan entrar en el establecimiento”. Casi me meo de risa pero luego he podido comprobar en las redes sociales que tal imbecilidad no es un hecho aisladoMicroondas  contra el apagón y la imagen del 58 frente a las moscas. Tengámoslo en cuenta como antídoto de moscones.

sábado, 26 de abril de 2025

UN PAPA CON OLOR A OVEJA

Se intuía que iban a ser días complicados para la Iglesia Católica. La caída de la cruz  del figurante de Cristo en la pasión viviente de Arkotxa -Zaratamono presagiaba nada bueno. Lo que no dejaba de ser un hecho anecdótico -que algún irreverente descreído aprovechó para hacer una gracieta  al considerar que la representación religiosa escenificaba el invento de la “hostia”- se convertiría en todo un augurio de inestabilidad y zozobra. 


La muerte repentina del Papa Franciscoel pasado lunes de pascua tras su aparición pública apenas veinticuatro horas antes en la bendición “urbi et orbi” donde el maestro de ceremonias pontificias del Vaticano leyó el último legado de BergoglioEl Papa , que previamente había recibido en sus aposentos al vicepresidente norteamericano Vance en un gesto de preocupación por  el nuevo paradigma de inseguridad global en el planeta, apareció entonces en San Pedro notablemente debilitado, si bien pero su comparecencia públicano advertía de la súbita muerte que le llegaría aquella misma madrugada. 


La desaparición de Bergoglio ha eclipsado su último mensaje, cuya relevancia es digna de ser destacada. 


Cuánta sed de muerte -señalaba el Papa en su última homilíade matar, presenciamos a diario en los numerosos conflictos que azotan diferentes partes del mundo. Cuánta violencia vemos, a menudo incluso dentro de las familias, dirigida contra mujeres y niños.Cuánto desprecio se despierta a veces hacia los vulnerables, los marginados y los migrantes”. “ En este día -domingo de resurrección- , quisiera que todos renováramos la esperanza y reviviéramos nuestra confianza en los demás, incluso en quienes son diferentes a nosotros o vienen de tierras lejanas, trayendo costumbres, formas de vida e ideas desconocidas. ¡Porque todos somos hijos de Dios!” .


Expreso mi cercanía -proseguía Francisco en su último mensaje- al sufrimiento de los cristianos en Palestina e Israel, y a todo el pueblo israelí y palestino. El creciente clima de antisemitismo en todo el mundo es preocupante. Sin embargo, al mismo tiempo, pienso en la población de Gaza, y en particular en su comunidad cristiana, donde el terrible conflicto continúa causando muerte y destrucción, y creando una situación humanitaria dramática y deplorable. Hago un llamamiento a las partes en conflicto: ¡declarad un alto el fuego, liberad a los rehenes y socorred a un pueblo hambriento que aspira a un futuro de paz!


Bergogglio no se olvidó de otros conflictos -Líbano, Siria, Yemen, Ucrania, Armenia , Azerbaiyan , República Democrática del Congo, Sudán y Sudán del SurSahel, Cuerno de áfrica y los grandes lagos, MyanmarNo puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás. La paz no es posible sin un verdadero desarmeLa exigencia de que cada pueblo cuide de su propia defensa no debe convertirse en una carrera hacia el rearme”.


El “pastor” jesuita era consciente del nuevo mundo que se  estaba configurando a nuestro alrededor, con el riesgo  cierto de  enfrentamientos bélicos, victimización de la población civil, movimientos masivos  de migrantes represaliados y establecimiento de un nuevo orden internacional donde el imperio del más fuerte se impondrá a los derechos humanos y a la justicia social.


Francisco se convirtió hasta su muerte en una voz nítida e indubitada frente tal perspectiva ecuménica. De ahí que su fallecimiento haya concitado un consenso prácticamente unánime en todo el mundo. Coincidencia y consenso a la hora de establecer y subrayar sus valores de humildad, de apertura, cercanía a los desprotegidos y de intento de apertura de la Iglesia a elementos pendientes (el papel de la mujer, la igualdad, , la diversidad de género…)


Hasta los más recalcitrantes opositores al mandado de Bergogliocomo el presidente de su país de origen,  el motosierrista Milei moderó sus calificaciones hacia él tras su muerte


De todas las reacciones conocidas solo una ha destacado por salirse del tiesto de la cordialidad. La correspondiente aopinador radiofónico Federico Jimenez Losantos quien una vez conoció  la muerte de Francisco afirmó aliviado en antena que “por fin nos ha dejado” antes de a de asegurar que el pontífice “odiaba a España profundamente” y  que formaba parte “de esa generación criminal de la extrema izquierda  montonera peronista”.


Losantos ha puesto voz a una parte de los ultracatólicos que desde hacía tiempo se habían enfrentado abiertamente al aperturismo iniciado por Francisco en la Iglesia. Ultras  preconciliares  que añoran tiempos pasados de notable influencia en las relaciones  entre Iglesia y los Estados y que al igual que en los poderes políticos se conjuran contra el progresismo  y las libertades individuales y colectivas.


La desaparición del Romano Pontífice ha sumido a la Iglesia Católico en un tiempo de interinidad en el cual deberán utilizarse los procedimientos tradicionales  establecidos para resolver la elección del sucesor del trono de San Pedro. Procedimientos, plazos, asambleas, sístemática, fórmulas de elecciónsimilares a las utilizadas por otras organizaciones sociales en sus procesos de renovación  pero que en este caso cuentan con el acerbo de una entidad con más de dos mil años de antigüedad.


Serán los cardenales (135 según  los datos ofrecidos por el Vaticano) los que reunidos en un cónclave -a puerta cerrada- determinarán quien será el sucesor del Papa Francisco. Ellos y solo ellos -el 80% de los purpurados fueron nombrado durante el mandato de Bergoglio-, y aunque los medios de comunicación se obstinen en seguir el transcurso de las conversaciones que “ad intra” se desarrollen en la Capilla Sixtina, las informaciones  de “minuto y resultado” que en otros procesos de elección hemos conocido, no se ajustarán al resultado final


La globalización y la comunicación sin fronteras nos están ofreciendo el tránsito en el poder católico como un espectáculo audiovisual en el que proliferan los comentaristas “expertos”los “interpretadores “ de signos  y hasta quienes se sienten  capacitados para aventurar el futuro inmediato al frente de la curia 

vaticana. 


La muerte del Papa y su sustitución se ha convertido un reality en  el que los medios nos mantienen entretenidos y en el que el juego de intereses apuesta por candidatos que , supuestamente, defenderán tales o cuales intereses. 


Así, en un país radicalmente laico , en el que la colocación de la bandera a media asta en señal de luto ha sido controvertida, la mitad de su población, incluidos  dirigentes ministeriales, sueñan con que el próximoPapa sea francés. Aunque su candidatable  no hable italiano. Chauvinismos al margen, nadie conoce quien será el siguiente portador del anillo de San Pedro y cuya elección -consensuada por dos tercios de los cardenales reunidos- de pie a la fumatablanca que anuncie el relevo en la Iglesia católica. 


Hay un dicho  que aplicado a este supuesto señala que quien entra Papa en el cónclave, sale cardenal.


Los creyentes católicos rinden homenaje y se despiden de quien ha sido su cabeza visible con humildad , ejemplaridad y voluntad de servicio. Será difícil que su huella sea olvidada por una comunidad que confía en que su Iglesia siga adelante en un tránsito de apertura y de acercamiento a la nueva realidad mundial  con paso firme y transparenciaA ellos, a los católicos,  corresponde acompañar a los protagonistas de este proceso de renovación y de nuevo rumbo.  Quienes nos mantenemos al margen de esa feligresía debemos respetar las decisiones y los procesos que estos protagonicen. Esperando a que las resoluciones  que adopten sea acertadas. No en vano , la Iglesia Católica es una de las organizaciones  de mayor influencia y número de seguidores en el mundo.


Que acierten y no den pasos atrás  en la apertura  iniciada.


El Papa Francisco deseó que los obispos y cardenales que componían la curia vaticana “olieran a oveja”. Con tal pretensión expresaba su voluntad de que los dirigentes católicos estuvieran cerca, al lado de la gente. 


Que actuaran como pastores a pie de la calle, lejos de la burocracia y de las élites.  Espero, siguiendo su deseo, que el nuevo pontífice huela a ovejaQue sea un pastor cuidadoso de su rebaño.