
Cuando alguien te pregunta, “¿tienes un minuto?”. La cagaste con todo el equipo.
Son los “robadores de tiempo”. Especialistas en pillarte en el pasillo, justo cuando estabas dispuesto a marchar o cuando salías corriendo a una cita a la que llegabas tarde.
Últimamente me ha ocurrido, al menos en dos ocasiones, en el preciso momento que velozmente me dirigía al baño en un ataque de aguas menores.
Siempre ocurre como si fuera una emboscada. Cuando menos lo esperas, detrás de una columna o al voltear una esquina, allí aparecen. En esta ocasión fue un ejemplar de los catalogados como “tontos esféricos” (un tonto sin aristas que, lo analices por donde lo analices es tonto).
.- Hombre, que casualidad. A ti te quería ver. ¿Tienes un minuto?.
Y tú, que eres educado, sonríes y asientes. ¿Cómo no?. ¿Qué me cuentas? –grave error-.
Entonces empiezan los preliminares. Nos retrotraemos al Génesis. “La tierra era una bola de fuego…”. Los hijos, las enfermedades, la crisis, el paro, el gobierno, el athletic…
Acorralado entre la espalda y la pared, meneas la cabeza arriba y abajo como un perrito de los que se llevaban en la parte trasera de los coches. Repites “sí, sí, claro” y el sudor frío te delata. Te miccionas todo. Te orinas. Levantas el brazo, flexionas el torso. Levantas una pierna. Pero no hay nada que hacer.
.- ¿Sabes que me jubilo este año?
.- No jodas, si eres joven todavía –respondes mecánicamente-. (Nuevo error.)
El robador de tiempo toma aire. Una nueva línea de conversación está abierta y aprovecha la oportunidad.
.- Pues sí pero he decidido disfrutar de la vida y …las vacaciones, una casita en la costa, la pesca, el txoko, el bacalao al pil-pil, la parienta que le pide que deje de fumar.
Y tú te meas. No puedes más. Eres como el descamisado de los fusilamientos del 2 de mayo a punto de engullir una bala en el pecho.
.- Bueno, ¿qué querías?. (Al fin dices algo concreto)
.- Pues mira…(la perdiz vomita de tanto mareo). ¿No tendrías unas entraditas para el basket?.
Joder. Tanto rollo por unas entradas que no tengo pero que pagaré si es preciso con tal de que me deje en paz.
.-Dalo por hecho. ¿Dónde te las hago llegar?.
.- No te preocupes, ya paso yo por tu despacho. Así hablamos un rato y si te parece vamos a tomar un pote.
Mecagüen…soy gilipollas. .- No, no. Te las hago llegar. Y ahora perdona que me estoy meando –se te ve en la cara-
.- Nada hombre. Lo primero es lo primero. Hay que cuidar la próstata.
Llevo dos días acudiendo al baño a escondidas. Apurando el momento hasta reventar. Y al primero que me encuentro por el pasillo hago como si no le conozco. Hasta ahora ha funcionado, pero mucho me temo que una vez relajadas mis necesidades, en el camino de vuelta, con el deber cumplido y las defensas bajas, sufra un nuevo ataque y alguien se lleve más de un cuarto de hora de mi vida.
Algo parecido a esto, pero a otro nivel, le ocurre al Lehendakari López cada vez que Antonio Basagoiti le pide “un minuto” para comentar unos asuntillos.
Que si la falta de respuestas ante la crisis, que si la reducción del 20% del gasto público, que si las matriculaciones en modelo “A”, que si un programa específico de empleo juvenil., que si Batasuna…
No me extraña que el lehendakari saliera en las fotos con un rictus severo, como si se estuviera meando. Tanto aquí te pillo, aquí te mato, irrita a cualquiera. Aunque el que te de la chapa sea tu socio preferente.
Quien ha sido listo y en previsión de que los consejeros Carlos Aguirre y Bernabé Unda le pidieran “un ratito” para hablar de unos temitas ha sido el comisario Almunia.
Euroagenda en la mano, puso fecha y hora. Bruselas, 24 de febrero.
El consejero de Industria aprovechó la cita para montar un sarao con la promoción turística. Y Carlos Aguirre… También.
…Ir para nada, que diría José Mota. Así que el Consejero de Hacienda convalidó la ocasión con el partido del Athletic y el Anderlecht.
“París bien vale una misa” que diría Enrique IV –el rey de Navarra hijo de Juana de Albret- que argumentó de esta guisa su “conversión” del calvinismo al catolicismo y así, tras la milagrosa mudanza religiosa acceder a la corona de Francia.
Las vacaciones fiscales bien valen una sesión futbolera. Tempus fugit, el tiempo vuela.
Pues si vuela, a la cazuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario