miércoles, 14 de septiembre de 2011

LAS MEDALLAS DEL “MAGIC ANDREU” Y LA FUSIÓN DE LAS CAJAS

Conocíamos ayer el acuerdo alcanzado entre los representantes de las tres cajas vascas y representantes de “Bildu” para posibilitar la fusión fría de las entidades de ahorro en un único proyecto, “Kutxa bank”.

No hubo brindis. Ni champán, ni cava. Ni tan siquiera txakoli.
Resulta extraño este país. Cuando la fusión se abortaba, unos brindaban con champán y otros alzaban el puño por haber evitado el triunfo del capitalismo neoliberal.
Ahora que el acuerdo es pleno, el regocijo va por barrios.

Una primera consideración; Seis años después, tras tres intentos fallidos, el acuerdo alcanzado es una muy buena noticia para Euskadi. Por fin se concretará una entidad financiera vasca de solvencia y proyección -la quinta en el ranking estatal- que permitirá acometer el necesario impulso financiero que las empresas y la economía de este país necesita para afrontar la crisis.

Seis años tarde. ¿Qué hubiera sido de nosotros si el acuerdo de hoy hubiera llegado entonces?. Nadie lo sabe. Pero seguro que estaríamos en una posición mejor para hacer frente a los problemas que nos afectan. Pese a todo, buena noticia.

Y como en todo éxito, éste tiene mil padres (la derrota ninguno).


De las primeras reacciones suscitadas por esta noticia llamó poderosamente la atención la comparecencia pública del Diputado General de Gipuzkoa, Martin Garitano que habló investido de una doble txapela; la de máximo representante institucional del territorio y como jefe político de Bildu.

Garitano, como el “Magic Andreu” no dudó en colocarse medallas en la solapa por el éxito del acuerdo. Y fue tan recargado su discurso que terminó escorado por el peso de tanto metal honorífico. “Gracias a Bildu, la fusión es un hecho”. “Gracias Bildu se impide la privatización”. “Gracias a Bildu se consigna la inversión social resultante”. “Gracias a Bildu el proceso negociador con los trabajadores…” Medalla tras medalla.

Es cierto que para la fusión a tres, se necesitaba concitar el acuerdo de la Izquierda Abertzale representada en la Kutxa guipuzcoana. Pero no es menos cierto que la fusión iba a ser, sí o sí. A dos o a tres. Lo cual deja en evidencia que, lo que de verdad estaba en juego era el porvenir de la Kutxa. O se aliaba con la BBK y la Vital en una estrategia conjunta de país o quedaba relegada al aislamiento, a la soledad y, quizá a su viabilidad como entidad financiera en el nuevo escenario financiero.

Por lo tanto, lo hecho por  Bildu –lo tendrá que refrendar en su asamblea y queda la duda de cómo actuarán los “cheguevaristas” de Alternativa- es salvar a la Kutxa de un porvenir más que incierto. A la fuerza ahorcan que se dice.



Dicho esto, en segundo término, no es baladí que la Izquierda Abertzale haya entrado en un acuerdo común con el conjunto de fuerzas políticas y sociales. Pese a que su posición haya venido determinada por un motivo de fuerza mayor (el futuro de la Kutxa), hay que reconocer que la normalización política comienza a abrirse paso en este país. Duchas frías de realidad para un nuevo tiempo y esta experiencia debe ser el inicio de, esperemos, un próspero camino en el que el acuerdo y los desencuentros se sucedan, pero como consecuencia lógica de un diálogo multilateral que respete a las mayorías y minorías y que tenga como objetivo máximo, la convivencia democrática y la pluralidad de opciones.


Una tercera consideración; el Gobierno vasco va a dar luz verde a la tramitación de su proyecto de ley de cajas. Un proyecto sin el consenso necesario y que busca el ventajismo político. ¿Una nueva ley sin consenso para aplicarla a un proyecto consensuado?. Una vez más, el Gobierno del “cambio” derrapa.

Y una cuarta reflexión; este acuerdo ha sido posible gracias a la tenacidad y a la capacidad de convicción de un hombre, Mario Fernández, que ha sido capaz, gracias a su preclaro compromiso, de dar la vuelta a la tortilla y alumbrar una nuevo proyecto, Kutxa bank, amortizando el pesimismo e invirtiendo en ilusión y en nuevas oportunidades para este país. Zorionak eta eskerrik asko Mario.

Por cierto, el teleberri de ayer noche afirmó que “Bildu había dado un giro de 360 grados a su política al aceptar la fusión”. 360 grados es quedarse en el mismo punto de partida. Eso, afortunadamente, no es así en el caso de la fusión de las cajas vascas. En EITB, por desgracia, sí.

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