No es extraño que el personal docente y médico engrose las listas a vacunar. No en vano, su riesgo al contagio es mayor, al estar expuestos a un universo amplio de posibles portadores del virus gripal. Su insistencia, empero, más tenía que ver con la crisis y con los recortes presupuestarios que otra cosa.
El Lehendakari López había dejado en el aire, como un acertijo no resuelto que si los impuestos no se subían, habría que cerrar escuelas y hospitales. Luego, si los/as trabajadores/as de Osakidetza y los educadores enferman, cabe la posibilidad de que, en ese “animus ahorrandi” instalado en Lakua, el Gobierno vasco no se plantee la contratación de sustitutos/as y los servicios correspondientes se vean afectadas por las bajas de plantilla. Al menos, eso se desprende – o es lo que he entendido yo- de las acentuadas palabras de Bengoa.
Me ha gustado lo de los “charlatanes de Internet” y lo de “contraatacar” a la gripe. Muy directo. Ojala todo fuera similar en Osakidetza. Sobre todo cuando vas a pedir una cita porque tienes fiebre y te la dan para dentro de cinco días, o como un caso próximo que conozco, se espera más de ocho meses para una operación de rodilla (y todavía sigue esperando, con la “pata quebrada”, a que le llamen para fijar una fecha de operación que mitigue sus dolores).
En fin. A vacunarse, que lo dice Bengoa. No vaya a ser que el acertijo se convierta en realidad y este gobierno cumpla la premonición de cerrar alguna escuela u hospital.
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