Algo así ha debido sufrir Laura Mintegi tras su vuelta de Corea. La verdad es que en su primera comparecencia pública tras el periplo asiático no se le vio desmejorada. Su porte frágil de novelista británica aburguesada a la hora del té lucía primorosamente en contraste con el rudo conjunto asambleario de sus compañeros de “gobierno trampantojo”. Su imagen fue perfecta. Su discurso no. Sonó inconexo. Como si leyera algo que no entendiera bien. Sólo así puede interpretarse su desconsideración hacia el Concierto Económico. Decir del vestigio más importante de soberanía que nos queda de la “aúrea independencia foral” que es “una fórmula agotada” y que se “queda corta” por estar “enclavada en el Estatuto de Gernika” es no entender nada. Pero nada de nada.
Si algo tiene el Concierto es “soberanía”, autogobierno, capacidad para elaborar nuestra propia política económica. A lo mejor, Mintegi, coincide con Rosa Díez en que hay que hacerlo desaparecer. No me lo creo. Habrá sido un trastorno del sueño tras el largo viaje coreano. O el síndrome post vacacional. Así lo espero.
Para justificar el “tancredismo institucional”, Garitano echó mano del catón de la revolución bolivariana chavista para dibujar el futuro de una Gipuzkoa, que en contraposición a la que liderara Markel Olano, llevará por coroloraio , o quizá como epitafio, la máxima de “Gipuzkoa atzera”. El avance del cangrejo.
La apuesta de Bildu para Gipuzkoa es la de “el cambio de modelo económico”. ¿Qué modelo? ¿el socialista, el libertario, el maoista?. O la de, como diría mi madre, hacer el gandul.
Un modelo en el que no caben las “grandes inversiones en infraestructuras”. “Ni –no se lo pierdan los lectores- la colaboración público-privada que supone dejar el dinero público en manos privadas sin control”. ¡Abajo la sociedad civil!. ¡Larga vida a los soviets!.
El Diputado General de Gipuzkoa, consciente –eso creo- de la trascendencia de sus afirmaciones redondeó su proclama negando que su gobierno desamparara a las empresas (esas extrañas entidades creadas por los oligarcas para lucrarse a manos llenas a costa de la explotación de los trabajadores). Su apuesta, innovadora donde las haya, es “crear un sector público fuerte” (¿todos funcionarios? ¿Hará de CAF o de las cooperativas empresas públicas forales? ¿Impondrá a la ciudadanía planes quinquenales con intervención directa de los poderes públicos en las iniciativas individuales siguiendo el ejemplo de la gestión basuril?.
“Hay que supeditar –concluyó su intervención institucional- el desarrollo económico al desarrollo social, y no al revés”. Es decir, que es preferible que todos seamos pobres (siempre que lo seamos todos por igual) a que tengamos una opción de progreso económico (eso es cosa de los capitalistas).
Auténticamente delirante.
Por Dios, no le den más “Red Bull” al Diputado General, que no lo necesita. ¿No saben que tiene carnet de conducir y que , por lo tanto, no hay riesgo de que se duerma al volante?. Déjenle descansar un ratito que pronto vendrá una jornada de huelga general y tendrá que liderar la pancarta.
¿Planes anticrisis? ¿para qué si ya tenemos una jornada de huelga que capitanear?.
Aurrera?. Ez, atzerantz hobeto.
El café con abeja espabila mejor y deja menos efecto secundario... además codifica los improperios...
ResponderEliminarCreo que les voy a mandar la receta a Garitano y Mintegi en un tweet.