A veces, es mejor estar callado que no abrir la boca y equivocarse. Sobre todo, cuando se desconocen datos sobre el tema al que te refieres. Eso ha ocurrido hoy en relación a las circunstancias que han envuelto el desgraciado fallecimiento de la niña Anne Ganuza.
El Consejero de Salud del Gobierno Vasco, Jon Darpon, se ha apresurado a anunciar la apertura de una investigación médica para conocer las circunstancias que rodearon el fallecimiento de la pequeña y ha adelantado que ni la huelga de ambulancias ni el hecho de que la emergencia ocurriera en Trebiño (territorio adscrito a la Junta de Castilla y León) han tenido nada que ver en el dramático desenlace acaecido.
Todos –y yo el primero- debiéramos aprender a no juzgar sin información, sin contraste ni pruebas, y, además, debiéramos consignar que no todo es válido en la dinámica política. El derecho a la salud, es un derecho subjetivo de todas las personas y a las instituciones públicas corresponde velar por su protección, algo que , sin duda alguna, el Gobierno vasco cumple estrictamente, sean los beneficiarios de su actuación, autóctonos o inmigrantes, con vecindad en la Comunidad Autónoma Vasca o fuera de ella.
Intentar politiza este lamentable caso, hablando de la incomprensible situación administrativa del “condado” como supuesta causa de un “desbarajuste” asistencial, ha sido una grave equivocación. Quien apresuradamente y sin la responsabilidad suficiente lo haya hecho, deberá reconocer su error, disculparse y rectificar sus palabras. Al fin y al cabo, de lo que hablamos es de un drama humano dolorosísimo para una familia, a quien, por cierto, debemos remitir nuestras condolencias, solidaridad y cercanía.
Y , que la investigación médica abierta encuentre pronto una explicación que nos permita, a todos, conocer el procedimiento utilizado en esta emergencia y , en su caso, los errores o disfunciones que hubieran podido cometerse. Con datos ciertos y con la verdad por delante.
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