¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Son tres de las preguntas recurrentes que la especie humana se hace para encontrar un sentido a la vida. Está claro que algunos no son capaces de responder ninguna de las tres interrogantes. Y tampoco les importa. Lo suyo es vivir y punto. ¿Quiénes somos? Pues nosotros, quienes vamos a ser. ¿De dónde venimos? De la oficina. ¿De dónde pues?. Y ¿a dónde vamos? A la tasca, a tomar unas cañas.
Los que no son tan materialista y tienen un punto de mística filosófica se reconcomen en la introspección para intentar hallar respuestas que “den sentido” a su existencia. Y, otros, los que se forjaron en los dogmas y en las revelaciones de fe –los que yo llamo “comecirios”- no necesitan estrujarse las meninges para contestar a la curiosidad existencial; todo es obra de la divinidad. Y punto.
A éstos últimos les habrá sentado muy mal una reciente publicación de la revista “Nature”. Y es que los científicos, con sus tesis agnósticas, siempre ponen en cuestión las “verdades reveladas”. En ese afán hereje, los investigadores han clarificado un poco no ya quienes somos ni a donde vamos, sino el de dónde venimos. La última publicación pretende encontrar la localización del paraíso de Adán y Eva como origen de la humanidad.
Siempre se nos había dicho que el edén se situaba geográficamente en la remota Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates. Allí se encontraba supuestamente el “jardín de las delicias” con el manzano prohibido y el comienzo de la estirpe humana.
Pues no. En la época del génesis no debía haber geolocalizadores ni gps.
Según se desprende de un estudio científico ahora publicado por la revista “Nature”, la humanidad procede en sus orígenes de una región que hoy en día está marcada por un paisaje desértico con salinas, pero que hace miles de años estuvo dominada por un enorme lago. El epicentro del origen de la especie se halla al norte de la actual Botsuana y al sur del río Zambeze. Allí comenzó la historia de los humanos modernos hace 200.000 años.
Hasta ahora, diversas tesis afirmaban que la “patria común” de los “homo sapiens” cabía se encontraba en el continente africano, pero determinar un lugar concreto del “nacimiento” humano era un reto que, ahora, parece superarse gracias a un concienzudo informe de un equipo de investigadores australianos que han analizado el genoma mitocondrial de un millar de individuos de esta zona sur del continente negro.
El resultado de la tesis es que la población original que luego se extendió por el mundo probablemente surgió en torno al antiguo lago Makgadikgadi y de lo que hoy se conoce como delta del Okavango. La herencia genética no parece dejar dudas al respecto aunque viendo la diversidad de individuos que ocupamos el planeta parece extraño entender que todos tengamos un origen común y unos antepasados compartidos. Aunque suene extraño, nuestros “abuelos” de hace doscientos mil años eran los mismos que los de Abascal, Pedro Sánchez o Arnaldo Otegi. Paradojas de la vida.
Ahora comprendo que es lo que hacía el Borbón en Botsuana liquidando elefantes. Estaba como “pedro por su casa” haciendo honor a sus antepasados. “Botsuana, patria querida, Botsuana de mis amores… “ Perdón. Me he equivocado. No volverá a ocurrir. Jajaja.
¡Ay el ADN! ¡qué sorpresas nos depara!
Quien le habría dicho al califa del ISIS, Al Bagdadi, que su cadáver, o lo que de él quedaba tras las presunta deflagración de un cinturón de explosivos, fuera autentificado por los servicios secretos americanos por unas muestras de ADN obtenidas de sus calzoncillos. No me imagino la escena de un soldado “SEAL” norteamericano, con visor nocturno y armado hasta los dientes, despojando del culero a un “mulá” abatido tras una infernal balasera. ¿No había otra vestimenta que llevar al microscopio que no fuera un calzoncillo? El despojador del calzón habrá padecido, seguramente, un shock postraumático. Imagínense ustedes que el califa en cuestión no se había cambiado de ropa interior en semanas. La guerra es lo que tiene. El calzoncillo en cuestión estaría infestado de ADN. Rebosante, diría yo. Cualquiera que tuviera un poco desarrollada la pituitaria se habría dado cuenta de que su ADN le delataría. Como para no identificarle.
Yo, en mi rebelde juventud, me cambiaba de muda dos veces a la semana. Y aquello ponía en evidencia datos inverosímiles, tales como mi estado hormonal y hasta la trazabilidad de mis movimientos. Si había prodigado la actividad física, se producía el efecto “choto”. Si, por el contrario, mi quehacer había sido sedentario, la sensibilidad descubría aromas rancios.
En calzoncillos o en bragas, el mapa del genoma humano,además de certificar identidades, nos lleva, querámoslo o no, hasta los confines del Kalahari. Empezamos a saber, por lo tanto, de dónde venimos. Falta saber, hasta dónde queremos llegar.
Pedro Sánchez parece tenerlo claro. Quiere ser investido. Ser entronizado en la Moncloa tras las elecciones del próximo domingo. Para conseguir tal objetivo ha decidido configurarse un perfil elástico, como un junco, capaz de moverse de lado a lado volteado por el viento. Asesorado por los “focus group” ha llegado a la conclusión de que no hay mejor ideología que la que se acomode a los indicios que marcan las encuestas. Así, ha abandonado el perfil que le aupó hasta la Moncloa, tras la moción de censura, para intentar “pescar” en todos los caladeros de voto posible. Por ello, si las encuestas dicen que se impone fortaleza rojigualda y eso exige retractarse de los principios federalistas, se retracta. Si, a posteriori Iceta le señala queesa imagen no gana escaños en Catalunya, se vuelve a retractar. Sin complejos. Sin principios. Política líquida. Efectista que no efectiva.
Sánchez, que tiene un gran concepto de sí mismo, se lo ha jugado todo en la apuesta por repetir elecciones. Es posible que no haya medido bien donde se metía cuando optó por no constituir gobierno con los podemitas de Iglesias. Algunos, en sus filas, se arrepienten de aquella decisión y esperan que el “órdago” electoral les salga bien. Es decir que incrementen sensiblemente su presencia en las Cortes. Porque, de lo contrario –y no digamos nada si su representación mengua- volverán las hostilidades internas al partido de Ferraz.
Sánchez confía en que tras el día 10, el bloqueo político desaparezca y, esta vez sí, pueda dormir tranquilo en su colchón nuevo de la Moncloa. Es su ensoñación , no una aproximación a la realidad, porque, a buen seguro, las votaciones repetirán un panorama convulso donde la aritmética parlamentaria reproduzca la fragmentación. Un marco igual de inestable que el precedente, salvo que alguien apoye una alternativa de “gran coalición”. Sánchez está persuadido de que no necesitará alianzas programáticas con la izquierda o con los nacionalistas. Él cree (y para eso trabaja) que debe fortalecerse el bipartidismo, buscando una investidura “low cost” en la que el PP le permita ser nombrado presidente (con su abstención ) y así iniciar una gestión gubernamental de “geometría variable” con las manos libres. Es su ensoñación, lo reitero, que retrata al personaje y a su ambición.
Los mandamases del PP no verían mal tal hipótesis. Si las urnas decapitaran a Ciudadanos, los populares tendrían vía libre para establecer una oposición en solitario (veremos hasta donde llega VOX), permitiendo que Sánchez pernoctara en la Moncloa pero teniendo claro que en el día a día le podrán castigar en el parlamento porque en su soberbia, el “resistente” se ha quedado sin amigos. Segúnesta tesis, Casado tendría en su mano el ejercicio de un desgaste continuado de Sánchez. Una labor de oposición que le ofrecería la posibilidad de ganar tiempo para, fortalecida su imagen, volver a presentarse ante el electorado como una alternativa de relevo sólida.
Unos y otros quieren caminar hacia el bipartidismo perdido. Y en esa estrategia común nos pretenden llevar a todos hacia una involución política. Más centralización, más Estado y menos diálogo. Mucho hablar de 155, de ley de seguridad nacional o de firmeza constitucional. Nada de respeto, de tolerancia, de cooperación institucional o de profundización democrática. Pero las urnas aún no han hablado.
Los nacionalistas vascos sabemos muy bien de dónde venimos y a dónde queremos ir. La clave para nosotros empieza y termina en Euskadi. Hemen. Lo tenemos marcado en nuestro mapa genético. Y para confirmar quienes somos, no hace falta que nadie analice nuestro ADN, ni eche mano de la ropa interior . Basta con que vote. Que vote por Euskadi.
Koldo, hemen gaude eta poztuten naiz.
ResponderEliminarUna vez mas en Euzkadi demostraremos a la sociedad española, que somos diferentes.
no me refiero al Rh y pamplinas. Me refiero al sentido útil del voto. Euzkadi en España defendida por nuestra gente.
La realidad institucional en nuestro Pais, es de un nivel superior a cualquier institución de la Españas.
Entramos en campaña y Euzkadi no para. Seguimos con preocupaciones sociales y económicas. Nos preparamos para el futuro. No interpretamos papeles de no nos corresponden.
Euzkadi nacion sin estado y en el estado que esta el estado,
mejor no estar.
Por mas que intento recoger algo de positividad para con nosotros en los constitucionalistas, mas me reafirmo de mi convicción de Nacionalista Vasco.
Me explico : Hablan de Sanidad y somos un ejemplo, hablamos de acciones sociales y somos pioneros, hablamos de economía y el trabajo desarrollado es imitado, hablamos de empleo y nuestras formulas (nunca suficientes) recogidas en los medios, hablamos de trabajo y somos gente responsable e implicada, hablamos de pensiones y el Estado asume lo propuesto en este caso por el EAJ,hablemos de lo que hablemos mostramos trabajo, interés y sobre todo mejorar la vida de los nuestros.
Eso es hacer Pais.
Cada vez que hay elecciones generales, como siempre, leña al mono. Todavía no se enteran de lo que es el cupo, el concierto ni el autogobierno.
Como leches explicar a quien por no querer, no quiere saber que somos una nacion. o a lo sumo, leerse el articulo 2 de su constitución.
Koldo el dia diez de Noviembre guk gureak.
Lan, Lan eta Lan.