sábado, 12 de abril de 2025

DEBATIR QUÉ?

 

Quien nos iba a decir a nosotros que nuestra mayor preocupación iba a ser Donald TrumpPero se veía venir. Frente a los reputados comentaristas que despreciaban el impacto que la nueva política norteamericana iba a tener en nuestro mundo, el seísmo internacional provocado por el inquilino de la Casa Blanca hace tambalear, no solo las estructuras económicas, sino la geostrategiael propio sistema liberal  y los valores  que durante años han permitido cimentar el bienestar de las democracias occidentales. 


No podemos decir que no estábamos advertidos. El magnate norteamericano se había pasado toda la campaña electoral anunciando su disparate proteccionista y , esta vezsus anuncios no eran simples bravuconadas. Armado con un rotulador y ante un público entregado a su show,  Donald Trump ha ido modificando las reglas de juego y los valores que hasta ahora habían construido el mundo occidental. Y a golpe de decreto ha puesto contra las cuerdas  el comercio mundial, la globalización, las relaciones internacionales y todos los mecanismos que equilibraban el caos de contrapoderes e intereses.


Hoy, oriente y occidente viven convulsionados en un pulso que nadie sabe cómo va a terminar. La imposición de aranceles insospechados en una guerra comercial sin precedentes , interpuestos como una represalia primero, una amenaza después y actualmente como un punto de presión en standby  como moneda de cambio para poder negociar acuerdos  bilaterales de conveniencia, ha sumido al comercio y a la economía de los principales paises del globo, en una crisis de la que la única salida que se vislumbra es la recesión y el empobrecimiento generalizado. 


Trump y su insólita política económica ha estado a punto de hacer colapsar los mercados, causando pérdidas multimillonarias en las bolsas de todo el mundo teniendo que  “aflojar” la presión provocada por los aranceles cuasi universales concediendo una tregua de 90 días  para permitir  que los países que le “besan el culo” para que les libre de la carga  impositiva  suplementaria tengan tiempo y opción de hacerle una oferta “fenomenal” que le convenza.


Lo cierto es que las medidas 

económicas trumpistas no tienen ni pies ni cabeza pues su impacto destructivo  no solo afectará al resto de los países del mundo, sino que también incidirá negativamente en el propio tejido económico estadounidense, abocado a una inflación generalizada.


Trump, el capitalista que ha estado a punto de acabar con el capitalismo moderno, ha negado los efectos perversos de sus medidas para sus ciudadanos, asegurando que tras un primer momento difícil luego vendrá la recuperación de hacer “otra vez rica a Norteamérica”.


Sin embargo, la nueva doctrina de la Casa Blanca carece de fundamento.


 Las teorías económicas sobre las cuales se basa el actual cambio de orden geopoitico mundial han sido escritas e inspiradas  por un economista que se inventó la existencia de un supuesto experto de la universidad de Harvard para cimentar sus planteamientos proteccionistas y de aranceles. El Economista  fabulador y padre del actual desbarajuste es Peter Navarrouno de los principales asesores  de Trump y sobre el que Elon Munskha llegado a opinar que “es más tonto que un saco de ladrillos” .


Astracanadas a un lado, lo cierto es que el nuevo sheriff” mundial, en palabras del locuaz e impresentable vicepresidente Vance, ha puesto todo patas arriba. Sus amenazas expansionistas (Groenlandia, Canadá, Panamá)buscan afianzar  rutas seguras para sus intereses económicos. Y es que para Trump, todo elemento político, de seguridad o de paz pasa por ser entendido como un negocio. 


En el conflicto bélico de Rusia contra Ucrania, la “intermediación” llevada a cabo por la administración norteamericana para forzar un alto el fuego ha tenido como fundamento la eliminación del soporte económico  prestado al gobierno de Kiev y la eliminación de la tecnología de inteligencia que permitía a los de Zelensky amortiguar los embates del ejército ruso. Ambas  decisiones han sido utilizadas, cómo no, como fórmula de presión para que las autoridades  de Ucrania ofrecieran a Trump la explotación de las denominadas “tierras raras” , recursos naturales fundamentales para el desarrollo tecnológico presente y futuro de sectores estratégicos(catalizadores, electrónica, imagen óptica, cerámica, metalurgia…)


Y , mientras USA achucha a Ucrania, Putin aprovecha para , en un primer estadio acomodar los territorios anexionados  a la Federación rusa, a la espera de que el desmarque norteamericano y la desorganización de los países europeos le permita “poner a tiro” otros objetivos futuros , en ese intento indisimulado de recuperar el espacio perdido por la extinta Unión Soviética.


Objetivos que hoy forman parte de la Unión Europea y que hasta ahora estaban amparados por la OTAN. Pero Trump ha sido claro; si Europa quiere su seguridad, que se la pague. 


En el otro conflicto violento abierto en estos momentos y tras la ruptura de la tregua por parte del gobierno israelí, la población gazatí vuleve a ser víctima de una masacre. Y como infame “solución” al problema, el inquilino del despacho oval mantiene su delirio de convertir  la franja de gaza en un reshort turístico, deportando a su población no se sabe bien  a donde. Resulta chocante pero en 1940, recién iniciada la segunda guerra mundial, el gobierno de Adolf Hitler se planteó algo parecido con los judíos europeos; deportarlos y confinarlos en Madagascar. Pero aquella locura fue sustituida por un destino más cercano y , al mismo tiempo, más tenebroso e indigno; los campos de exterminio.

 

Que Netanyahu avale la “limpieza étnica” de Gaza olvidándose  de la propia historia de su pueblo retrata bien al  personaje.


Guerra comercial, ruptura de los principios  internacionalesdeslegitimación de las instituciones mundiales de equilibrio diplomático, imposición de unas nuevas reglas de juego. Esto pinta mal. Muy mal. Y nos va a afectar a todos de una manera directa. Europa, y nosotros los vascos como europeos que somos, se la juega económicamente. Se la juega también en conceptos de seguridad y paz. Y en el sostenimiento de unos valores  de bienestar, justicia social y democracia. Europa sin liderazgo pero que necesita despertar de su letargo. Alemania, su locomotora, parece haber empezado a desperezarse. La  consecución de una “gran coalición”, la determinación por incrementar el presupuesto de seguridad y la voluntad de amparar a su principal tejido industrial  que les saque de la recesión, nos debe hacer ser optimistas.  Pero ante al desafío externo, todo será poco.


Aquí, el Gobierno vasco con el lehendakari Pradales a la cabeza ha activado ya medidas por defendernos del impacto del tsunami que se nos viene encima. La creación de un grupo en defensa de la industria vasca, la consignación de más de 2100 millones de euros para hacer frente a las consecuencias de los aranceles, la búsqueda de nuevas rutas de mercado -mercosurasia- y el perfecto alineamiento con las medidas establecidas desde la Unión Europea nos hacen  creer que las instituciones del país  tienen las manos ocupadas para  enfrentarse a lo que venga.


Otros, por desgracia, siguen con su dinámica de marear la perdiz. Lo suyo no es hacer, es debatir. Debate sobre el modelo económico y social en el Parlamento Vasco. Debate sobre la fiscalidad que se necesita. Debate sobre el nuevo modelo de seguridadsobre las energías renovables, sobre el nuevo estatus y la soberanía.... En esta situación ¿debatir qué?.


En una semana, los nacionalistas vascos celebraremos el Aberri eguna. Reivindicaremos nuestra voluntad de construir una nación vasca libre y soberana. Es una tarea de largo alcance  en la que llevamos empeñados más de un siglo de actividad política. Pero hoy, nuestro objetivo inmediato debe ser resistir a la tempestad que arrecia y que va a cambiar la configuración del mundo. Resistir, para seguir existiendo como Pueblo.

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