sábado, 21 de marzo de 2020

EUSKADIK BEHAR ZAITU!


Decía en mi último artículo que no era momento de hablar de política. 

Afortunadamente las formaciones partidarias vascas  consensuaron con el lehendakari dejar sin efecto el decreto por el cual se convocaban las elecciones autonómicas para el 5 de abril.  Envueltos como estamos en una alerta sanitaria y sometidos a un “estado de alarma”,  la pugna ideológica  tiene poco sentido. Lo trascendente sigue siendo detener la pandemia, evitar que el nivel de contagio sature nuestro sistema sanitario y establecer la mejor estrategia conjunta que nos permita salvar vidas . 

La política deberá esperar, aunque algunos no lo entiendan así y aprovechen cualquier resquicio para lanzar mensajes de parte. Hay quien ha utilizado  cualquier motivo para buscar su presencia pública, negando, claro está el interés político, pero haciendo propaganda  de todos y cada uno de sus movimientos. Así, se ha fotografiado en redes sociales con una cacerola en el balcón,  ha pontificado sobre la necesidad de hacer  test  de diagnóstico a todo el universo vasco, aunque sin tener ni puta idea de lo que se propone y contraviniendo cualquier raciocinio técnico o se ha promocionado  una red de auxilio social de parte, a modo y forma a experiencias  ya vistas internacionalmente  en organizaciones como los “hermanos musulmanes” o Hizbulá en el Líbano.  En la última entrevista que ha concedido a los medios públicos  ha pretendido  eliminar  el carácter político de  su intervención ; “solo tenemos un enemigo común, el coronavirus, y todos tenemos que remar juntos pero remar todos juntos  no es hacer ´tolón-tolón´”. 

Sé que quienes son especialistas en la agitación y propaganda negarán cualquier intencionalidad política a sus iniciativas. ¡Ya! Ellos son ”espíritus puros”, y  no fueron al Congreso, en Madrid porque querían primar la seguridad sanitaria evitando las reuniones presenciales. Por el contrario , aquí, en Euskadi, exigen reuniones semanales en el Parlamento Vasco para fiscalizar la actuación del gobierno. 

Paradojas de la vida. Será para no hacer ´tolón-tolón´ o para tener más “minutos de gloria” publicitaria.

Pese a todo, insisto, no es tiempo para la controversia aunque algunos se obcequen en pescar en aguas revueltas. 

Llevamos ya unos días de confinamiento, de convivencia excepcional  y la limitación de movimientos, la parálisis social y económica, comienza a hacer mella en la gente. En todos. También en quien esto firma.

Los primeros días de la nueva situación de contención del virus, los pasamos con una cierta soltura , incluso con grados de frivolidad. Pero, a medida que las jornadas  han ido pasado y la situación  ha seguido agravándose, tanto en lo sanitario como en sus consecuencias económicas, comenzamos a sentir los primeros síntomas de fatiga social .  Y según nos indican, el proceso  no ha hecho sino empezar.

Los niveles de infestación continúan  imparables, en progresión geométrica y pese a que el cumplimiento de las medidas de aislamiento social se están llevando a cabo con cierta disciplina -siempre hay gente que se cree más lista que la media-  el pico de contagio  no se ve cercano , incrementando notablemente las necesidades de hospitalización y de mortandad. Lo peor, auguran los expertos, está todavía por llegar. De ahí que no se descarten acentuar las medidas de confinamiento y la prohibición de movimientos.  La gravedad del momento -y no quisiera ser aguafiestas- puede obligar , en el corto tiempo, a un parón total de la actividad económica, de la industria, de la construcción,  activándose solamente los servicios esenciales. 

Vivimos una situación inédita. Los que no hemos conocido  ni la guerra, ni su espacio posterior, no somos capaces de imaginar el momento excepcional que estamos a punto de vivir, y en este espacio de incertidumbre surge el temor y la desconfianza. A la amenaza de la enfermedad se le incorpora un efecto devastador para la moral colectiva; la soledad. 

El ejercicio adecuado, a nivel individual, de las medidas de confinamiento dictadas desde la autoridades  para parar la propagación Covid 19, nos están descubriendo la vulnerabilidad de una sociedad acostumbrada a vivir colectivamente.  Vamos camino de sobrellevar  una primera semana de reclusión en nuestros domicilios. Echamos de menos a los nuestros que no están físicamente a nuestro lado. Se nos hace dura la ausencia y pese a que la tecnología nos permite una determinada cercanía, el aislamiento se hace cada vez más cuesta arriba. Y creo que en esta fase  es aún incipiente y que todavía nos espera  tiempo para recuperar la normalidad. 

Confío que la dureza de esta experiencia nos sirva para empezar a valorar mejor  el nivel de bienestar en el que hasta hace unas semanas estábamos acostumbrados a desenvolvernos.  A repensar el sentido de la convivencia y a recuperar una escala de valores  donde lo material deje paso a los sentimientos, a la dignidad de las personas, a sus anhelos, inquietudes y sueños.

Una pandemia mundial ha derribado fronteras, mitos y predicciones. Quienes tenemos la fortuna de haber construido un sistema sanitario robusto tenemos la garantía del combate que frente a la enfermedad presentan cuadros médicos y sanitarios profesionales que están haciendo lo que pueden y más para garantizar la salud pública. Pero cuando , pese al denuedo de esa infantería sanitaria, o de una red  de renombrada competencia,  los niveles de contagio  superan todos los límites, nos queda la militancia activa individual para plantar cara , en la retaguardia, a la amenaza  que nos acosa.

Siempre he pensado que la patria es el conjunto de personas  que por propia voluntad  se identifican como un colectivo que pretende compartir su expectativa de vida. Patria  son por lo tanto las personas que  aquí queremos seguir viviendo. Y Abertzale-patriota es quien defiende esa voluntad vital. Por eso creo  que en la actual situación de alarma sanitaria, el compromiso de un patriota, de un abertzale, es hacer de su compromiso individual una defensa colectiva. Lo abertzale es  seguir las recomendaciones  de las autoridades que gestionan esta alarma sanitaria. Convertir  cada casa en una especie de trinchera  impidiendo la propagación masiva del coronavirus.  Lo abertzale hoy es convertir nuestro sacrificio en vacuna, en pensar en los demás en primera persona. 

La lucha por la libertad y el bienestar de todos nunca fue fácil. Ahora tampoco. Pero de nuestro comportamiento individual de hoy y de mañana dependerá en buen grado que podamos ir ganando el pulso a esta calamidad que se expande.   

Otra cosa serán las consecuencias de empobrecimiento y de crisis económica que la actual pandemia va a traer aparejada. Primero la vida y después la economía. Si conseguimos superar la enfermedad,  tenemos todos los resortes preparados para recuperar la actividad, el empleo y el crecimiento. El impacto  de empobrecimiento causado por el virus ha sido  brutal  y se notará inmediatamente. Sin embargo aquí también hay que ser optimista, los vascos  siempre hemos sido capaces de recuperarnos tras una crisis. Y lo volveremos a hacer. Tenemos experiencia en ello. 

Todas las instituciones públicas han coordinado sus  esfuerzos para hacer posible una reconstrucción nacional si es preciso. Medidas extraordinarias para una situación excepcional. Para dar liquidez a las pequeñas y medianas empresas. Para auxiliar al comercio, a los autónomos. Para que nadie sufra injustamente las consecuencias del parón de una actividad sobrevenida . Para volver a poner en marcha la industria. Para volver a poner en pie a un país en el que creemos y en el que tenemos depositadas todas nuestras esperanzas. 

Al inicio de la transición, a finales de los setenta, el Partido Nacionalista Vasco puso en marcha una campaña publicitaria que,  emulando una consigna americana, pretendía encontrar el compromiso de la ciudadanía con este país. Hoy, dicha consigna  está más de actualidad que nunca; “Euskadik behar zaitu!-Euskadi te necesita!”. No fallemos a la llamada.  

1 comentario:

  1. Cómo siempre Koldo nos das una lección de sensatez, cordura, templanza, seguridad, sin tapujos, sin alarmas innecesarias y con claridad, con respeto..... y podría seguir.....etc..
    Totalmente de acuerdo, primero la salud porque con ella cuando salgamos de ésta, con la fuerza que nos caracteriza saldremos reforzados y espero y deseo que demos a nuestras vidas el giro necesario para tener claro que hay prioridades que no se pueden comprar, TODO LO QUE PODAMOS COMPRAR CON DINERO, no es lo prioritario, lo verdaderamente importante es todo lo que no sé puede comprar con dinero.
    A por el cambio con salud!!!!!
    Eskerrik asko koldo por todas tus aportaciones que siempre son acertadas.

    DENOk ETXEAN ETA AURRERA BETI !!!!!!!

    ResponderEliminar