18,30h. En un coche que avanza por la Ap-8 entre Canatabria y Bizkaia viajan dos Igores y un Miguel. Son Igor González de Galdeano e Igor Anton. Miguel es nuestro Miguel. Madariaga, por supuesto.
Se dirigen al hospital de Cruces, en Barakaldo , donde el ciclista de Galdakao será ingresado y , probablemente, operado de una fractura en el codo. Minutos antes, a pocos kilómetros de la gloria deportiva, las imágenes televisivas nos delatan que el líder de la Vuelta no pugnará por la victoria en Peñacabarga. Una brutal caída le ha descabalgado del éxito. Junto a él yace en el suelo un leal compañero, Egoi Martínez. El infortunio, nuevamente, corta de raíz, el trabajo bien hecho del equipo Euskaltel-Euskadi.
Suena el móvil por cuarta vez. Es Miguel. “Te paso con Igor” –dice atropelladamente-.
.-¿Cómo estás txapeldun?
.-Bien, estoy bien. Vamos para Cruces y tal vez me intervengan hoy mismo.
.-¿Se guro que estás bien?
.-Sí. Ya sabes, cosas que pasan. Ibamos a mil y no se que ha pasado. Un bache, un bidón… No sé, algo duro. No he podido parar. Eso a treinta por hora se amortigua pero a más de sesenta, como ibamos…Me he visto en el suelo. Ha intentado subirme a la bici pero ha sido imposible. Me he roto el codo.
.- Ya se ha visto en la tele. ¿Cómo tienes el ánimo?
(No duda ni titubea). .-Entero.
.- Pues a recuperarse, olvidar este mal trago y …
.- No, olvidar no. ¿Cómo olvidarme de haber ganado dos etapas, de vestirme de líder y de disfrutar de una experiencia tan maravillosa, además, con un gran equipo?
.-Sí, la verdad es que la experiencia de esta Vuelta ha sido espectacular…
.- Por supuesto y estoy seguro de que a la tercera será la vencida. Me quedan muchas cosas buenas por hacer y las vamos a hacer.
.- Bueno Igor, te dejo con un fuerte abrazo. El abrazo de una afición que te quiere y que , hoy más que núnca, está contigo. Zorionak berriro txapeldun.
Miguel volvió a coger el teléfono. Apenas podía hablar. Su emoción incontenida contrastaba con la entereza y con la grandeza del jóven corredor de Galdakao. “Lo teníamos todo en la mano. Un gran líder, un equipo formidable, las esperanzas intactas, la ilusión desbocada. Todo para ganar y en un segundo…¿por qué nos tiene que pasar esto? Murmuraba casi entre lágrimas.
.-Porque sois grandes Miguel y porque sólo con sufrimiento se sabe valorar el éxito. No ganareis la Vueta este año, pero la aficion vasca la habéis ganado ya. Eskerrik asko. Da un fuerte abrazo a Igor (González de Galdeano) y a todo el equipo. Recuperaros de los golpes físicos, levantad la moral y seguid adelante para que el nombre de este país siga luciendo en un maillot con la misma dignidad que hasta ahora habéis demostrado.
La comunicación se corta. Y mi estado de ánimo, golpeado en el asfalto en las carreteras cántabras, se siente aliviado. Igor Anton, dolorido y maltrecho, lo ha rehabilitado. Él, de camino al hospital, ha hecho con su entereza personal, que mi espíritu se reconforte mucho más que con cualquier victoria deportiva. Como él mismo decía, “quenos quiten lo bailao” pues todavía nos queda mucho tiempo para seguir bailando..
Se dirigen al hospital de Cruces, en Barakaldo , donde el ciclista de Galdakao será ingresado y , probablemente, operado de una fractura en el codo. Minutos antes, a pocos kilómetros de la gloria deportiva, las imágenes televisivas nos delatan que el líder de la Vuelta no pugnará por la victoria en Peñacabarga. Una brutal caída le ha descabalgado del éxito. Junto a él yace en el suelo un leal compañero, Egoi Martínez. El infortunio, nuevamente, corta de raíz, el trabajo bien hecho del equipo Euskaltel-Euskadi.
Suena el móvil por cuarta vez. Es Miguel. “Te paso con Igor” –dice atropelladamente-.
.-¿Cómo estás txapeldun?
.-Bien, estoy bien. Vamos para Cruces y tal vez me intervengan hoy mismo.
.-¿Se guro que estás bien?
.-Sí. Ya sabes, cosas que pasan. Ibamos a mil y no se que ha pasado. Un bache, un bidón… No sé, algo duro. No he podido parar. Eso a treinta por hora se amortigua pero a más de sesenta, como ibamos…Me he visto en el suelo. Ha intentado subirme a la bici pero ha sido imposible. Me he roto el codo.
.- Ya se ha visto en la tele. ¿Cómo tienes el ánimo?
(No duda ni titubea). .-Entero.
.- Pues a recuperarse, olvidar este mal trago y …
.- No, olvidar no. ¿Cómo olvidarme de haber ganado dos etapas, de vestirme de líder y de disfrutar de una experiencia tan maravillosa, además, con un gran equipo?
.-Sí, la verdad es que la experiencia de esta Vuelta ha sido espectacular…
.- Por supuesto y estoy seguro de que a la tercera será la vencida. Me quedan muchas cosas buenas por hacer y las vamos a hacer.
.- Bueno Igor, te dejo con un fuerte abrazo. El abrazo de una afición que te quiere y que , hoy más que núnca, está contigo. Zorionak berriro txapeldun.
Miguel volvió a coger el teléfono. Apenas podía hablar. Su emoción incontenida contrastaba con la entereza y con la grandeza del jóven corredor de Galdakao. “Lo teníamos todo en la mano. Un gran líder, un equipo formidable, las esperanzas intactas, la ilusión desbocada. Todo para ganar y en un segundo…¿por qué nos tiene que pasar esto? Murmuraba casi entre lágrimas.
.-Porque sois grandes Miguel y porque sólo con sufrimiento se sabe valorar el éxito. No ganareis la Vueta este año, pero la aficion vasca la habéis ganado ya. Eskerrik asko. Da un fuerte abrazo a Igor (González de Galdeano) y a todo el equipo. Recuperaros de los golpes físicos, levantad la moral y seguid adelante para que el nombre de este país siga luciendo en un maillot con la misma dignidad que hasta ahora habéis demostrado.
La comunicación se corta. Y mi estado de ánimo, golpeado en el asfalto en las carreteras cántabras, se siente aliviado. Igor Anton, dolorido y maltrecho, lo ha rehabilitado. Él, de camino al hospital, ha hecho con su entereza personal, que mi espíritu se reconforte mucho más que con cualquier victoria deportiva. Como él mismo decía, “quenos quiten lo bailao” pues todavía nos queda mucho tiempo para seguir bailando..
No hay comentarios:
Publicar un comentario