En su día dediqué una entrada al blog a los “robadores de tiempo”. Esos que en el peor momento te asaltan y te preguntan “¿tienes un minuto?”. Como la respuesta sea positiva, has perdido un cuarto de hora (mínimo) de tu vida.
Hoy les toca el turno a los “incondicionales de blandiblú”. Para quien no lo conozca, el “blandiblú” es esa sustancia viscosa, gelatinosa, de color habitualmente verde, que simula por textura y aspecto, un gigantesco moco. Un invento que alguien promocionó para que los niños jugaran pringándose las manos y provocando escenas verdaderamente nauseabundas.
Los “fans o incondicionales blandiblú” son los que aparecen, generalmente, en acontecimientos de masas. Cuando vas al cine, a una charla o a un acto con público. La gente normal saluda cordialmente y se va. Los conocidos, prolongan el contacto pero , educadamente, desaparecen en un tiempo prudencial. Los “blandiblú” no. Saludan, te dan la mano, una palmadita en la espalda, un gesto de complicidad y…vomitan azúcar puro. “Me encanta cómo escribes”. “Tienes una gracia fuera de serie”. “Estoy esperando que publiques un libro”. “Lo primero que hago a la mañana es leer tu comentario”. Tanto edulcorante hace necesarias dosis de insulina. Y no paran. Hasta el ridículo.
Uno, cuyo nombre no daré para que no se pase de la lista de “incondicional” a la de “enemigo público” en un salto, comenzó el otro día a dorarme la píldora. “Qué gracia, qué ironía, que bueno…” y siguió, siguió hasta los superlativos; “acojonante”. Ya se sabe, en Euskadi tenemos un modo muy especial de utilizar los superlativos. Ejemplo práctico; lejos, muy lejos, a tomar por c…Grande, muy grande, la ost…., Bueno, muy bueno, cojonu… Como Belén Esteban, ¿me entiendes?.
Bueno, que después de un rato de viscosidades varias y de pegarse como un velcro, el “pelota convulsivo”, remató la faena de una manera genial. “No me pierdo ni uno de tus artículos. Todos los domingos, después de ir a misa, es lo primero que leo en el periódico”. ¿Los domingos?. ¿Todos los domingos?. Si mis pérdidas de blog se publican los sábados.
El “moco andante” no callaba. “El de este domingo, me ha encantado. Eres un crak. Decir de la foto de Eguiguren con Goirizelaia eso de “cariño, no es lo que te imaginas” ha sido una genialidad”.
Iñako, cuando mi “seguidor blandiblú” te reconozca, prepárate al pringue.
De momento, dentro del catálogo de los “blandiblús”, me han tocado en suerte los zalameros alegradores de oídos. Pero hay más. Como en los naipes hay familia esquimal, bantú, india o tirolesa. Los más incómodos –para los demás que no para ellos- son los que desconociendo su condición, dejan su influencia en todo lo que tocan. Su presencia, aún cuando no estén físicamente en un lugar se identifica fácilmente. Cuando veamos a una persona agitar la mano con firmeza para sacudirse de encima una sustancia indeterminada pero incómoda, ahí ha estado el individuo en cuestión.
No diré yo que Jesús Eguiguren pertenezca a esta subespecie. Conste que me merece todo el respeto del mundo. Pero, a tenor del comportamiento mostrado por sus compañeros de partido, da la sensación que su presencia perturba al socialismo gobernante.
Sus declaraciones en ETB la pasadas semanas y recientemente en el programa de la Sexta “El follonero” han producido en los suyos una reacción similar a la que provoca a un bañista una picadura de la carabela portuguesa. “Chusito” Eguiguren –así le llaman los próximos- no ha hecho sino ser coherente con las tesis que siempre ha defendido. Él contactó con Otegi en el pasado proceso. Fue el “abrelatas” de una estrategia de aproximación con Batasuna que tiene como fin el futuro entendimiento entre la izquierda abertzale y el socialismo vasquista. Lleva tiempo profetizando el final de ETA y su disonancia con el discurso oficial ha puesto a su partido y a su gobierno al filo del acantilado en su pacto de hierro con el Partido Popular en Euskadi. Su defensa de Arnaldo ante la Audiencia Nacional es una gota más en un vaso ya rebosado. Eguiguren molesta. Le han mandado callar porque en determinados políticos se impone el fariseo al escriba. C´est la vie!.
El lehendakari López ha salido ya al paso del “linchamiento de un hombre bueno”. Le honra su defensa, pero le iría mejor parecerse más Eguiguren y menos a Basagoiti.
Por cierto, no he visto a nadie de esos que han apedreado a Chusito, criticar las palabras de Felipe González y la “guerra sucia”. Ese sí que es un ectoplasma. Que vengan los cazafantasmas.
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