Íntegro, fiel, incorruptible, abertzale. Ese era Jose Mari Cuñado. Una esquela en los periódicos ha revelado su final. Desde hace años estaba retirado de la escena política. Nunca quiso ser un hombre de escaparate. Era un peón de la infantería jeltzale. A pesar de que en distintas facetas de su vida tuvo que ocupar la primera línea.
Nunca en momentos de gloria. Siempre en épocas difíciles en las que la entrega y el compromiso necesita de personas como él. Jose Mari Cuñado ha muerto. La enfermedad le mantenía en la retaguardia. Después de tantas batallas, en la Asamblea regional, en el Bizkai Buru Batzar, en la Asamblea Nacional…y en la Fundación Sabino Arana en la que tuve el honor, junto a otros, de ser Patrono fundador con él. Y con Patrick de la Sota, y con Jesús Insausti , nuestro “Uzturre” inolvidable.
Una esquela me ha revelado su final. Le había visto hace unos meses, en el batzoki de Algorta, donde su hijo Joseba le había acompañado a dar una vuelta. Me emocionó su presencia. Frágil en lo físico pero ágil y pleno en lo mental. Guardián de un nacionalismo democrático, humanista e inteligente.
Heredero de un partido firme en lo doctrinal, pero flexible en su praxis. Principios e inteligencia. Conservador de los valores de dignidad, de rectitud, de honestidad y de lealtad a la organización, Jose Mari Cuñado fue un referente para quienes siendo jóvenes iniciamos la andadura en este Partido. Aún le recuerdo en aquellas asambleas de Artea en las que “Jose Mari Cuñado de Ondarreta” y “Sabin Santacoloma del Valle” disputaban por el liderazgo en el tiempo de debate.
Su voz se ahogó hace tiempo. Al menos en público. Pero su testimonio debe servirnos para reencontrarnos con el compromiso militante, ese que parece diluirse con los nuevos tiempos, con la globalización y los roles sociales que imperan en nuestros días.
Jose Mari Cuñado, agur eta ohore , lagun maitea. Eskerrik asko zure konpromisogaitik. Beti Alderdia eta Aberriaren alde. Egun haundi arte.
Katea ez da eten
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