jueves, 22 de septiembre de 2011

DESPARPAJO DEMOCRÁTICO

El juego democrático tiene estas cosas. Acuerdo por aquí, pacto por allí. Es la razón de la pluralidad, de la búsqueda de mayorías que hagan salir adelante propuestas y que descarten, a fuerza de votos, otras opciones.


La normalización política ha comenzado. Y , a pesar de los pesares, todos debemos celebrarlo. Aunque las ententes coyunturales derroten tus propuestas. Ocurrió ayer, en las Juntas Generales de Gipuzkoa. La opción mayoritaria de la Cámara foral – Bildu-, se alió (además de Aralar), con el Partido Popular y con el Partido Socialista en diferentes iniciativas parlamentarias. Y consiguió sacar adelante sus proposiciones. Por un lado, la nueva Izquierda Abertzale sumó sus votos a los socialistas para solicitar de la Diputación reformas tributarias.

A los socialistas se les veía, desde hace tiempo, ansiosos por llegar a un acuerdo con Bildu en esta materia. Su objetivo era arropar el mensaje del lehendakari López en aras a incrementar la presión fiscal en estos momentos de crisis. Las “izquierdas moderadas” como dijera en su día Mikel Torres, llegaron a un acuerdo y sumaron, al fin, sus votos. ¿El inicio de un largo camino a recorrer juntos?. El tiempo lo dirá.

En otro orden de cosas, los junteros y junteras de Bildu llegaban también a otro acuerdo. Esta vez con el Partido Popular. Sí con el mismísimo PP. Bildu y PP consensuaban posiciones para eliminar el peaje en la N-1 a su paso por Etxegarate. Deshacían así un consenso previo alcanzado mayoritariamente en la pasada legislatura e instaban a la Diputación a que diera los pasos necesarios para que el canon de uso de este tramo de autovía fuera eliminado.

La ambivalencia de Bildu podrá haber generado pataletas más o menos sonoras. Pero su praxis es impecable. Gobernar significa concitar apoyos. De unos y de otros. Y eso es lo que ha hecho en Gipuzkoa. Por novedoso que resulte, por complicado de entender que sea, su practicidad es digna de reconocimiento. Sobre todo cuando el bagaje que presentaba hasta ahora solo se circunscribía al desacuerdo y a la ruptura.

Está claro que un nuevo tiempo ha comenzado. Al menos en lo que a la “política de las cosas” compete. Esperemos que ese afán constructivo también llegue a “las cosas de la política”.

Quienes se manifiesten absortos por este cambio de actitud, que espabilen. Aquí no hay campo ya para la vida contemplativa. Si quieren que sus tesis prosperen lo tienen muy fácil; conseguir un voto más en la Cámara foral que sus adversarios políticos. Y eso sólo se consigue con interlocución y con cintura política.

En Bizkaia, por lo menos, así lo hemos entendido. Mi grupo, el grupo juntero nacionalista, acaba de presentar, junto al PP, una iniciativa que, previsiblemente, saldrá adelante, en contraposición de otra liderada por el PSE. Es el juego democrático. Desparpajo, eficacia y fuera complejos. Bienvenida la pluralidad representativa.

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