viernes, 14 de octubre de 2011

APUNTES OFICIALES DE UN GOBIERNO IMAGINARIO

El Boletín Oficial es el instrumento que utilizan las Administraciones públicas para dejar constancia de los acuerdos o de las decisiones que adoptan y que afectan a la mayoría de los mortales.

 
Leyes, normas, edictos, anuncios, sentencias, requisitorias…se publican diariamente como un gran escaparate burocrático en el que lo escrito es palabra de dios, te alabamos señor.

Algunas veces, los boletines te sorprenden. Apareces, sin tú saberlo, porque no has pagado una multa de la OTA o porque, como en el caso de la portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, nadie conocía su paradero a la hora de notificarle la obligación de devolver unas ayudas públicas.

Los diarios públicos, como todo en este mundo, evolucionan. Su formato recio de tinta y papel comienza a transformarse. Pese a ello, las ediciones digitales a las que ha migrado su contenido, siguen siendo formalmente espartanas, con archivos “pdf” que alimentan no ya la lectura sino el escalofrío de encontrarte una sorpresa tras el clikeo correspondiente.

Por lo general, la gente piensa que los boletines oficiales son aburridos, fríos y sin alma. No creo que nadie los lleve hasta la mesita de noche como alimento de lectura previo a un sueño reparador.
Pero no siempre es así. Detrás de una escritura, por aburrida que parezca, siempre hay una historia. Hasta en los boletines oficiales. En cada acuerdo, edicto o norma hay una historia y, con ella, un escribano, o en su defecto un “negro” relator que, en determinados casos, hace volar su imaginación.

La historia que me ocupa hoy es evocadora y divertida al mismo tiempo. El Boletín Oficial del País Vasco número 173, de 12 de septiembre de 2011, publicaba la Orden de 1 de septiembre de la Consejera de Educación Universidades e Investigación del Gobierno vasco, Isabel Celaá, por la cual se nombraba a “Dña. Josune Ariztondo Akarregi miembro del Consejo Social de la Universidad del país vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea”. Dicho nombramiento basaba dicho nombramiento en un acto anterior; “las Juntas Generales de Bizkaia en la reunión de su Sesión Plenaria de 19 de julio de 2011, han procedido a la designación de una nueva representante para el Consejo Social de la Universidad”.


Hasta aquí, la trama fundamental de la historia. El Boletín del País Vasco daba fe de un nombramiento sancionado por las Juntas Generales vizcainas.

Pero como toda buena historia contada que se precie, la ficción debía tener un espacio destacado en la misma. La cuestión, por hacer el cuento corto, es que las Juntas Generales de Bizkaia ni se habían reunido en pleno el 19 de julio ni habían nombrado a nadie. Salvo que el árbol de Gernika lo decidiera por sí mismo, nadie supo del evento y del acuerdo. Es decir, invención en grado superior.

La Presidenta de la Cámara foral, ante tal dislate, envió una carta a la Consejera de Educación mostrándole su contrariedad por la publicación del Boletín. No hubo ni Pleno ni cristo que lo fundó. Además, ninguna otra instancia de la institución había procedido al nombramiento aparecido en el BOPV.


El desmentido oficial no obtuvo respuesta de la Consejera. Silencio Administrativo. Sí contestó, pasado un tiempo, una subordinada suya, la Directora de Universidades. La Directora, lejos de reconducir el asunto a la realidad, profundizó en la fábula. La conclusión de su escrito no dejaba lugar a dudas: el nombramiento del BOPV era, además, “incompatible”, por lo que instaba a las Juntas Generales “a la designación de un nuevo representante”.

Es evidente que lo que nunca fue, siempre es incompatible desde su origen “non nato”. Alguien se inventó un pleno del Parlamento vizcaino. Hizo que sus representantes votáramos en el limbo. Designáramos, sin hacerlo, a una candidata “incompatible”. Y, de todo ello, se levantó acta en Boletín Oficial para mayor gloria de la Consejera de Educación. Maravilloso argumento para una leyenda. Ni Tolkien en la prodigiosa ficción del “señor de los anillos” tuvo tanta creatividad.

Es lo que nos pasa por vivir en el “oasis” donde un Gobierno imaginario escribe la historia de las mil y una noches del cambio. No me extraña que un proyecto de ley –como el municipal- cambie de articulado ingeniosamente en el corto tránsito que va de su aprobación en el Consejo de Gobierno a su remisión al Parlamento. ¿Poético o patético?. Que más da.

Con estos precedentes, si algún día me veo en el boletín reclamado de impago de una multa de tráfico podré creer que alguien confundió al infractor. Que pensó que era yo quien conducía cuando en verdad lo hacía mi hermano gemelo, Geoge Clooney.

P.D. Pese a quien pese, la realidad siempre se impone, y la pobre Directora de Universidades del Gobierno vasco no ha tenido más remedio que remitir (ha llegado ayer) una nueva orden de la Consejera Celaá dejando sin efecto el nombramiento inexistente. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

¿Acaso serían junteros/as enmascarados fantasmas los que aprobaron, sin saberlo, el  el nombramiento inexistente? ¿Se celebraría el Pleno en un agujero negro?. El Boletín Oficial nunca miente.

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