viernes, 20 de enero de 2012

PESCAR EN ÉPOCA DE VEDA

A los Reyes Magos se les cruzaron los cables aquel año. Pero fueron clarividentes.

Jamás hubiera pensado que me aficionaría a la pesca. Sin embargo, Sus Majestades de Oriente, que para eso son mágicas, habían adivinado que en mi hipotálamo cerebral se escondía el vago recuerdo depredador de un neandertal poco evolucionado. Los psicoanalistas deducen que todo ser humano tienen enfundado en el subconsciente una memoria remota que le incita a la supervivencia. Alimentarse, es quizá, además de un elemento vital, el reflejo de dicha percepción. Comer en exceso, sin necesidad de hambre, es fruto de esa percepción. Y, vinculada a ese ansia se vinculan comportamientos depredadores (la caza, la pesca…)

Vamos, que los Reyes Magos, emulando a Sigmund Freud, adivinaron que me vendría bien una caña de pescar. Imagino que como Baltasar provenía de zonas saharianas, donde el agua escaseaba, me dejó un instrumento de pesca atípico. Una caña de bambú de cuatro tramos con una longitud final cercana a los cinco metros. Con ella, un carrete de madera (inservible) y aparejo de mosca ahogada con cinco anzuelos (una ninfa en la puntera y cuatro mosquitos en la línea).


Cuando, por la mañana, vi aquel paquete pensé; “¿dónde se han creído éstos que voy a pescar, en Artunduaga?”. Lo cierto es que Basauri se ubica alrededor de un meandro natural del río Nervión que confluye con Ibaizabal en Urbi (de ahí su nombre). Dos ríos sí, pero en aquella época no hacía falta ser Jesucristo para caminar sobre sus aguas. Las espumas de los desechos industriales los hacía cloacas y seguro que allí, el único pez superviviente era el “peztilente”.


Pero, como en todo, o en casi todo, siempre hay una primera vez. Fue en Semana Santa. Vacaciones. Recién comenzada la temporada de pesca. Yo, precavido, había sacado la correspondiente licencia, y con la cuadrilla de chavales del pueblo –aquellos sí que son depredadores-, me dirigí a un río limpio (el Arlanza), no muy caudaloso, pero con abundantes truchas, barbos y otras especies piscícolas. Hacía frío y como estreno de pesca, también inauguré un jersey. Era una prenda lucida. Lana marrón-dorada tejida de punto en “ochos”.

Llegamos a la orilla y allí me di cuenta de dos cosas. Primera, que las riberas no eran espacios abiertos ni amplios. Que abundaba la vegetación. Chopos, juncos, escaramujos, mimbreras…Y, segunda, que mi caña era tres veces más larga –por lo menos- que las demás. Hubo una tercera constatación, que mi aparejo nada tenía que ver con los llevados por los lugareños, pero eso me importó poco.

El resultado de aquella primera experiencia fue elocuente. Las “moscas” no llegaron nunca al agua. El viento, mi impericia y la ley de Murphy las repelían del cauce y se revolvían contra mí. Me “pescaron” en varias ocasiones. Así, el jersey nuevo de “ochos” tuvo nueves. Nueve agujeros creados por los enganchones de los anzuelos. Y el aparejo terminó con más nudos que la prenda de lana. Mi madre se puso contenta. Me lo hizo saber de forma elocuente, por lo que, de ahí en adelante, si quería pescar, no me quedaba otro remedio que aprender las técnicas, los materiales, los lances, los señuelos…Poco a poco, y como consecuencia del destrozo de un jersey de “ochos”, he ido pescando, o sacando del río peces con vocación de suicidas.


Algunos se piensan que pescar es sencillo. Que enganchas el cebo en un anzuelo y ya está todo hecho. Que, como para las capturas de las truchas bobas de piscifactoría, cualquier señuelo es válido. Y no. Para cobrar una pieza, hay que saber hacer las cosas bien.


El Gobierno vasco del lehendakari López quiere pescar. Tiene tan comprometido su futuro, tantos errores de gestión, tanta incapacidad en dar respuestas a los problemas que es su obligación afrontar, que prefiere dedicarse a alimentar polémicas artificiales que oculten su extrema situación de zozobra. Así, en esa pose de escapismo, ha sacado de su mochila todo tipo de señuelos, a la espera que algún distraído caiga en sus argucias. Los “recargos” fiscales, el falso debate de los “ricos y los pobres”, la coordinación en la lucha contra el fraude, las “duplicidades”, el mensaje “excluyente” de Urkullu, los recortes sí o no, la caída recaudatoria…todos son reclamos para que alguien entre en la melé y, en terreno embarrado, distraiga a la opinión pública del verdadero problema de desgobierno reinante en la Administración General de la Comunidad Autónoma.


El gabinete del lehendakari López y Carlos Aguirre, tiene oculto un agujero, un déficit, próximo a los 700 millones de euros. Y la culpa de este desfase no la tiene solamente ni la crisis y la caída recaudatoria. El menor nivel de ingresos públicos ha afectado a todas las instituciones del país por igual. Lo que ocurre es que unas, cuando en octubre se vislumbró la minoración de ingresos, ajustaron sus previsiones –hicieron sus deberes- y otras siguieron en la ficción de su oasis.

Ahora, sin capacidad de nuevo endeudamiento (han multiplicado por siete el endeudamiento de Euskadi en tan sólo tres años), no saben como echar tierra encima del enorme agujero que han causado a las cuentas generales. Como muestra un botón. A mediados de diciembre del pasado año, el Gobierno vasco dejó de abonar los pagos pendientes y comprometidos, trasladando los mismos al ejercicio 2012. El agujero, un poco más grande y , si se puede, que lo pague el siguiente.



Ante esta situación, la estrategia de comunicación manda hacer ruido. Se busca pelea, el cuerpo a cuerpo y la refriega. Pesca a cucharilla, a mosca seca y ahogada. A cebo natural y artificial. Con corcho o con lastre. La cuestión es pescar y revolver el río. Aunque estemos en época de veda. Cuidado con los furtivos.



2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Koldo. Hay que aprender a usar el jersey!!!!

    ResponderEliminar
  2. aupa koldo...totalmente de acuerdo con lo que expones, estos "okupas del G.V.estan intentando pescar, pero en otra prueva mas de su impericia estan lanzando un "wooly buger" especial para truchas de caldero a unas truchas "autoctonas" que estan comiendo en superficie delicadas "baetis rhodani"....asi que para rato tienen caldo..
    agur y buena pesca......(a poder ser nin muerte)

    ResponderEliminar