lunes, 13 de febrero de 2012

CUERPO A CUERPO Y FINOS ESTILISTAS

La polémica no cesa. No hay ni cuentas, ni datos. Ni están ni se les espera. Pero la controversia continúa al rojo vivo. El PSE ha decidido hacer de la debilidad virtud y ha transformado a López de lehendakari a candidato. Manejando todo el apoyo mediático que dispone ha conseguido desviar la atención. Ya no cuestiona la extenuación o fortaleza de las cuentas de la Administración pública. Si hay debilidad, la ha generado el PNV. Las instituciones que gestiona –la Diputación de Bizkaia- ni recauda, ni quiere saber nada contra el fraude fiscal, ni se plantea subir impuestos.



El argumento es fácil, “tratan de ahogarnos”. Por eso el victimismo. “Que nos digan que hospital, que colegio quieren cerrar”. Es como si la responsabilidad de gobierno recayese en un marciano que, afincado en Ajuria Enea, no tiene más responsabilidad que “gastar” lo que otros recaudan mal. La carga de la prueba se traslada a los demás, y en especial al PNV. ¿Acaso ni el PP ni Bildu tienen responsabilidades en eso de la “recaudación”?. ¿Qué significa procurar más recursos públicos, subir los impuestos a la ciudadanía? ¿Acaso el Gobierno sólo está para gastar? ¿Dónde queda su compromiso de liderazgo para con el país?.


El PNV puede perderse en el discurso de intentar explicar cómo funciona eso de “recaudar”. Puede tener la tentación de alumbrar los entresijos del sistema financiero interno (las previsiones de crecimiento las establece el gobierno y sobre ellas se establecen parámetros de ingresos tributarios...). Pero eso le llevará a un discurso difícil de digerir por la opinión pública. Y lo que el PSE ha decidido es “sal gorda”. Combate de esloganes. Sin reparar en medios. Hasta el Consejero Ares ha utilizado la intranet de la Ertzaintza para cargar contra Urkullu y el PNV. Todo es bueno para el convento. Tensar la cuerda lo indecible. Con Pastor como ariete y con López como candidato frente “a las derechas”.

Se han olvidado de sus compromisos de gobierno para establecerse en campamento electoral permanente. ¿No querían desgaste?. Nadie recordará quien gobierna o quien debe liderar al país en una situación de crisis como la actual si el debate político discurre en el barro. El fango termina por embadurnar a todos y, en medio de una melé, resulta difícil distinguir la camiseta de cada cual.

La cuestión estriba en separarse a tiempo. No de la refriega, pero sí del escenario que el Partido Socialista ha escogido para librar la última o anteúltima batalla de su mandato en Euskadi. Frente al cuerpo a cuerpo, los finos estilistas del boxeo buscaban la distancia adecuada para que la marrullería del adversario les dañara lo menor posible. Esa es la cuestión. Centrar el problema y dejar en evidencia la irresponsabilidad de quien golpea al aire como un boxeador sonado. Su propia incapacidad le llevará a la lona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario