miércoles, 15 de febrero de 2012

SENSACIÓN TÉRMICA Y “FRÍO DE COJONES”

 
Oscar de Marcos es un chaval de 22 años que en la presente temporada  se ha destapado como una pieza clave en el nuevo sistema futbolístico del Athletic club. Frescura y desparpajo son dos de sus virtudes en eso del juego del pelotón. Pero esa “sinceridad” de  su juego parece ir más allá. Ayer, los rojiblancos  llegaban a Moscú, donde mañana disputarán el partido de ida de la “Europa League”. Aterrizaron a catorce grados bajo cero. Oscar de Marcos compareció ante los medios de comunicación allí desplazados para hacer un análisis previo al encuentro. Su conclusión no pudo ser más diáfana; “Creo que durante el partido vamos a pasar un frío de cojones”. Yo añadiría; “de cojones y de todo el cuerpo”.

Sin eufemismos ni circunloquios que puedan inducir al error.
Durante las últimas semanas, hemos soportado en Euskadi una secuencia de incidencias climatológicas  que han helado el ambiente. Lo normal en invierno.
Los adalides del “cambio climático”  no han abierto la boca ante los carámbanos o las gélidas temperaturas. Ahora bien, se nos ha especificado y matizado mucho la información  sobre este efecto –tradicional creo yo- . Ahora, hemos sabido que el frío padecido estos días provenía  de la estepa siberiana y, por activa y pasiva, se nos ha hablado de la caída de las temperaturas y de la “sensación térmica”.

Todo el mundo hablaba de la “sensación térmica”. “Estamos a cinco bajo cero, pero la sensación térmica es de diez bajo cero”. Ahora, también, se nos explicitaba un elemento más; “precipitará a nivel del mar”. ¿Precipitará? ¿Sensación térmica?.
Son, los nuevos modos  de explicar las cosas. Rodeos semánticos de quedabienes.

Que le pregunten a Oscar de Marcos; ¿sensación térmica en Moscú?. Un frío de “cojones”. Y ¿precipita?. Precipitar, lo que es precipitar no sé, pero nieva que se jode.
Según los expertos en meteorología, el invierno parece que nos va a dar una tregua (cese temporal de las actividades adversas que dirían otros). La ola “siberiana”  no llegará en los próximos días. Y , por fin, podrán empezar a florecer las mimosas.

Cuando  los “recortes”  se denominan “ajustes”, cuando la crisis se transforma en “desaceleración”  o al gastar lo que no se tiene se enmascara como “déficit coyuntural”,  significa que hemos hecho de la impostura una parte consustancial de nuestras vidas. Claro que nunca habíamos visto a mandamases manifestándose en la calle o haciendo huelga como recientemente en Gipuzkoa. Es, como acertadamente decía recientemente un edil donostiarra, como si  hubiera sandinistas en Suecia.

Será el nuevo tiempo o los efectos de su sensación térmica.
Yo, como De Marcos, me quedo con lo de siempre; sujeto, verbo y predicado. Se entiende mejor.


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