lunes, 18 de junio de 2012

“EL CORREO”, UNA DE CAL

El diario “El Correo” descubrió el pasado sábado que “la deuda del Gobierno vasco se dispara y deja sin margen al próximo Ejecutivo”.  Fue como el hallazgo de la piedra roseta, un éxito del periodismo de investigación.  Según Manu Álvarez, el “hermeneuta” económico del diario de “Vocento”, “sólo en 2014, el País Vasco deberá desembolsar 537 millones de euros en concepto de amortizaciones, a los que habrá que sumar 344 de intereses”. Asombroso, una revelación con carácter de primicia  que nos ha abierto los ojos. “Noticias frescas, se venden helados”
El hecho de que el PNV hubiera denunciado –con cifras- esta situación desde hace meses resulta anecdótico. Que Urkullu lo repitiera hasta la saciedad  allá donde fuera  sin que nadie lo contemplara  es normal. Ni que su portavoz parlamentario, Ricardo Gatzagaetxebarria ,  presentara estas cifras en la tribuna de Gasteiz. Lo que el PNV hacía era pura propaganda (Pastor lo calificaría como  una campaña de desprestigio de Euskadi).
La noticia se ha tenido que hacer carne cuando “El Correo” –meses después- la ha llevado a su portada. Y es que, ya se sabe,  cada cual tiene la credibilidad que tiene, y el PNV, por mucho que se obstinen sus dirigentes en el rigor y la transparencia económica, parece tener menos crédito que el tabloide conservador.
Claro está, que la “primicia periodística” ha visto la luz una vez que al PNV se le han unido todo un coro de voces díscolas  alarmadas por el devenir de las cuentas gubernamentales. Devenir hacia el abismo del déficit y del  endeudamiento insoportable.
Para los socialistas, tales voces no son sino la estrategia  de las “derechas”  que se han conjurado contra el renovador Patxi López.  Todos a una, como en Fuenteovejuna contra el “Gobierno del cambio”. Primero el PNV y Urkullu a la cabeza. Luego Basagoiti y el PP. Más tarde,  la “puta patronal” de Confebask , convertida en ariete de los nacionalistas. Y ahora “El Correo”. Esto, empieza a parecer una confabulación neoliberal.
Pero, pese a todo, pese a que llevemos clamando meses para que el Gobierno vasco  presente con transparencia la situación real de sus cuentas públicas,  los socialistas siguen emperrados en ocultarlas. Hasta el punto que Anton Damborenea  -dirigente del PP vasco- ha tenido que solicitar el amparo de la Mesa del Parlamento Vasco para que el ejecutivo autónomo responda a una iniciativa que solicitaba  la aclaración puntual de las contingencias  presupuestarias  (ajuste) que meses atrás anunció Carlos Aguirre el vaticinador.
Aguirre , quien anunciara hace un año, que Euskadi había salido ya de la crisis, se resiste a pormenorizar sus números y niega sus previsiones hasta el Parlamento Vasco. Pero, tranquilos, que ya aparecerá de nuevo “El Correo” para, desde una sesuda investigación, decirnos que se han utilizado artificios contables  para enmascarar un déficit galopante en rendimiento positivo. Tiempo al tiempo.
Si la situación no fuera tan complicada, la escena nos haría reir.  Reirnos ante una crítica mediática domesticada durante un tiempo y que, ahora, cuando se barrunta el fin del gobierno, se apunta la primera a su denuncia. Como aquel chiste en el que  uno relataba cómo la pasada noche  se encontró en la calle  a tres forzudos apaleando a un pobre hombre. “Y tú qué hiciste – le preguntó un amigo-“. “Yo –relata el primero-, me metí en medio. Y entre los cuatro le dimos una paliza que nunca olvidará”.
La información del sábado me suena a eso. A una de cal. Ya llegarán tres de arena en días sucesivos.  Mientras tanto, Patxi López, el Lehendakari, sigue de campaña en Ajuria Enea. Y el agujero se agranda.

2 comentarios:

  1. Un comentario de mucho peso...

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  2. Bueno, lo que anunció Urkullu era la "quiebra inminente" del Gobierno vasco en Febrero y de momento, de inminente, nada. Estimado independiente y objetivo Mediavilla, ¿no te parece lógico que ante estas cosas nadie de crédito a las cosas que anuncia y cuenta el PNV? ¿Que lo ha dicho Gatzagaetxebarria? Puede ser , pero como no se le entiende nada de lo que dice, tampoco es extraño.

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