jueves, 26 de julio de 2012

¿BUENAS NOTICIAS?

Llevo días buscando la sección de “buenas noticias” en los periódicos y , una de dos, o no la encuentro por torpeza, o ha desaparecido de los tabloides. Empiezo a estar un tanto harto de tanta desgracia, de tanto enfrentamiento al lado oscuro de la vida, a tanto acontecimiento catastrófico.



Vivimos sometidos a una depresión permanente, a una sobredosis de pesimismo que hace que nada evolucione satisfactoriamente. Ni tan siquiera la previsión meteorológica. El cielo brilla y las temperaturas suben. Pero –siempre hay un pero- el fin de semana un frente del oeste barrerá la cornisa cantábrica y el tiempo se joderá. Sirimiri festivo. Oh cielos, que horror, que diría “Tristón” , la hiena animanda que acompañaba a Leoncio en los dibujos de la tele.


No hay página que te alegre un poco la vida. Incendios, asesinatos, navajazos, violencia machista... hasta en la crónica de ocio encontré el otro día que un joven danés había muerto en un zoo de Copenhague devorado por las fieras. Sí devorado por tres tristes tigres.

Por hacer un ejercicio distinto, ayer decidí abrir el periódico al azar. Y me di de bruces con las esquelas. Desde que las ediciones impresas de los periódicos han actualizado su diseño hacia un modelo en el que la imagen prima sobre el texto, la edición de las esquelas me produce un yuyu especial. Ordenados por módulos, como en nichos de papel, aparece gente que te mira fijamente y te dice; “Hola, soy Jose Mari. Me he muerto ayer, pero aquí estoy para recordarte que un día estarás tú en esta página. Yo no quería aparecer en el periódico pero, ya sabes, toca”. Junto a él, una vecina de ochenta y cinco años y con foto de primera comunión te insinúa que acabó su sufrimiento. “Pasó a mejor vida” –dice el obituario-. Y para rematar (nunca mejor dicho) los “amigos y compañeros” de “Perugorri” –desconozco las razones del sobrenombre pues el finado, al parecer se llamaba Enrique- , reproducen , en lugar de su foto, el texto de una canción de Mikel Laboa. A lo mejor el tío era tan feo que prefirieron evirtarnos el susto de ver su careto impreso.

No recomiendo a nadie que desayune con las esquelas al lado del café con leche. El escalofrío te puede cortar la digestión. No me extraña, con tanto fiambre fresco encima de la mesa, las tripas terminan por moverse y terminas descompuesto.

Hablando de temas escatológicos, en esas secciones imposibles que determinados medios utilizan para descongestionar la presión informativa, me encontré dias pasados una noticia impactante. Bueno, era una fotonoticia dentro de una sección titulada “un intruso en la radiografía”. Se trataba de una placa imposible. Era el abdomen de una mujer en el que se apreciaba un cuerpo insólito alojado en su recto. ¿Qué era aquello?.
Como se puede contenmplar en la radiografía, el bote de
leche condensada estaba abierto

Ni más, ni menos que un bote de leche condensada. Un tubo no. He dicho un bote. La información omitía la marca del lácteo – sería porque no habría pagado la tarifa publicitaria- pero no ofrecía dudas. Un bote metálico con las dos ranuras abiertas para que la espesa crema azucarada pudiera desalojarse. Insólito. ¿Cómo llegó allí?. ¿Con qué fin?. Misterios de la vida. Lo único cierto es que hay golosos que no se resisten a la tentación. No diré nada de los comentarios que los lectores dejaron en la página web correspondiente, porque lo de las hemorroides garrapiñadas era lo más suave que pude encontrar. Ganas de malmeter que tiene la gente.


Criticar por criticar. O por envidia cochina. Otro caso. Este apareció en las páginas “normales” de nuestros diarios. El actor neoyorkino, Johan Falcon, sufrió en sus propias carnes (nunca mejor dicho), los inconvenientes provocados por las medidas de seguridad aeroportuarias. Falcon se disponía a embarcar en el aeropuerto de California, no sin antes pasar por los necesarios controles de seguridad, donde vacío sus bolsillos y, a continuación pasó el arco de detección de metales. En ese momento, los agentes vieron un bulto bajo sus pantalones que les hizo sospechar que llevara un arma encima. Extremando las cautelas, el personal policial obligó al individuo a desnudarse descubriendo que, efectivamente, el actor iba armado. Armado con pene descomunal. Según relatan las crónicas, de 24 cm de longitud en reposo y diez más -34!!!- en posición de ataque (cómo habrán sabido el tamaño máximo en erección? ¿Qué técnica habrán utilizado para provocar el incremento?). En resumen, que Johan Falcon perdió el vuelo y sus atributos fueron exhibidos en todo el mundo. Sin comerlo ni beberlo. Otra “injusticia” que diría Calimero.


Patxi López parece haber encontrado su buena noticia. Así lo ha manifestado ufano a los medios de comunicación. El Banco Europeo de Inversiones ha concedido un crédito (ya previsto meses atrás) de 460 millones al Gobierno vasco. Mientras otros se aferran al rescate, Euskadi obtiene crédito. ¿Para qué?. Pues para seguir gastando. Deuda sobre deuda. Sin duda una “magnífica” noticia. Gasto y sigo gastando que ya pagará el siguiente. Basagoiti también ha encontrado la suya. El Gobierno español pretende modificar el censo vasco. Según las previsiones anunciadas por el Ministro de Interior, podrá votar aquí hasta Rodríguez Galindo. Puestos a trampear, que vote hasta Di Estéfano, que , en su día, también jugó en San Mamés.


Ante las “buenas noticias” de algunos y la abrumadora realidad del bote de leche condensada, me quedo con el dicho anglosajón de “No news is good news” (Que no haya noticias es una buena noticia).

























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