martes, 18 de junio de 2013

CAMERON, LA INDEPENDENCIA Y EL CUPO

Está visto que, para algunos, la mejor forma de abordar los problemas que tienen pasa por sacudir a los demás. El ejemplo del PSC resulta palmario. En lugar de aclararse, de fijar de una vez por todas cual es su posición en relación al derecho a decidir de Catalunya, su respuesta ha sido zumbar a quien nada tiene que ver con sus males; Euskadi.


Puede entenderse que si lo que realmente desean para su nacionalidad es contar con la bilateralidad en materia fiscal plantearan un pacto con el Estado similar al Concierto Económico. Pero no. Ni lo uno, ni lo otro. Si yo no lo tengo, que tampoco lo tengan los demás.

Las declaraciones de Pere Navarro solicitando la eliminación del Concierto vasco y el Convenio navarro han sido un despropósito y deben ser entendidas como un bote de humo que oculte su inestabilidad política externa y su incomodidad convivencial dentro del Partido Socialista Obrero Español.

Ahora bien, contextualizando la polémica artificialmente construida, cabe preocuparse severamente del concepto que no ya la “España eterna” sino sectores “progres” jacobinos tienen del autogobierno vasco y del concepto nacional de Euskadi.

Sea por lo que fuere, en lugar de preocuparse por la piedra que aprieta su zapato, en la España de hoy hay múltiples sectores de opinión que aprovechan la mínima circunstancia para zumbar a los vascos. Aunque no venga a cuento.

Ahora toca el régimen de Concierto. Como si los vascos hubiéramos generado la crisis económica que les ahoga. Lo más bochornoso de todo es que la polémica la suscite el socialismo catalán, el mismo socialismo que primero con Maragall y después con Montilla, llevó a la Generalitat a la bancarrota.

Nadie duda que el cuestionamiento del Concierto ha sido un “exceso” y una “boutade” fuera de tono. Sin embargo, los pescadores de ríos revueltos han encontrado en la ocurrencia un clavo ardiente en el que aferrar su ansia centralizadora y si bien no se atreven a cuestionar el Concierto, han encontrado en el Cupo –el pago establecido y pactado con el Estado- el argumento falso en el que centrar la denuncia de insolidaridad y de “privilegio” disfrutado por los vascos.

Al parecer, según se indica desde la caverna, los vascos pagamos poco al Estado y es necesario que nos metan la mano al bolsillo para que “contribuyamos” lo que en justicia nos debe corresponder.

Ya que lo del Concierto parecen palabras mayores, ahora nos quieren dar por el cupo.
Ni que decir tiene que esta tesis – avalada a última hora por el propio Rubalcaba- es absolutamente falsa. Como muestra, ahí está el balance de los últimos ejercicios en los que la balanza existente entre el Estado y Euskadi es favorable a la Comunidad Autónoma Vasca en unos seiscientos millones de euros. Por eso los últimos cupos no se liquidan.

 
Lo primero, y lo ha dicho hoy en Onda Vasca Ricardo Gatzagaetxebarria es que la Ley, que el cupo se cumpla. Que se liquiden los saldos pendientes, y luego que quien quiera hablar o cambiar el sistema lo haga.
España, siempre España. Más les valiera aprender de comportamiento democrático de quienes, manteniendo la firmeza en sus convicciones, acepta la pluralidad y la ejerce.

Sin ir más lejos el primer ministro británico, David Cameron, quien en una comparecencia ante los periodistas extranjeros afirmó la pasada semana que "no se puede tratar de ignorar las cuestiones de nacionalidad e independencia, hay que afrontarlas y dejar que la gente decida".

Justo lo contrario que en el Estado español. Lástima.

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