miércoles, 19 de junio de 2013

LA BASURA, BAJO LA ALFOMBRA

No hay día que pase sin que aparezcan nuevas noticias vinculadas al problema de las basuras en Gipuzkoa. Implantación del sistema puerta a puerta en nuevos municipios, la presentación de la alternativa del “quinto contenedor”, consultas populares...La basura sigue siendo el tema de conversación más frecuente.


Pero, pese a todas las polémicas públicas, existe un mar de fondo oculto. La dimisión de Alduntzin, por “razones personales” como oráculo del equipo de gobierno foral y el rumor, ampliamente extendido, de la salida probable de Errazkin –sustituto de Alduntzin en Medio ambiente- son el síntoma más evidente de que la crisis parece haber infectado el gabinete que preside Garitano. La razón de esta inestabilidad sólo puede ser una; la basura.

La ocultación de los datos reales sobre la gestión de los RSU –Residuos Sólidos Urbanos- en Gipuzkoa bascula sobre esta situación. Bildu y la Diputación Foral de Gipuzkoa no han presentado, al día de hoy, el balance de su gestión de esta materia en el pasado ejercicio 2012. Tan sólo, en su página web, han alcanzado a publicar un documento sobre la evolución de los RSU en Gipuzkoa entre los años 2007 y 2012. Inaudito. Pese a la opacidad demostrada, y utilizando los datos oficiales aparecidos en dicho documento, se pueden extraer diferentes conclusiones sumamente esclarecedoras. La primera conclusión es contundente; Gipuzkoa se encuentra aún muy alejada de los escenarios que Bildu pretende alcanzar en materia de Residuos Urbanos.

Un primer dato sorprendente es que, al contrario de la tendencia que se ha venido observando en los últimos años y a pesar de la disminución del PIB del territorio, en 2012 se ha producido un incremento en la generación de los residuos urbanos de Gipuzkoa, pasando de las 331.000 Toneladas en 2011 a las 333.000 en 2012, es decir, 2.000 Toneladas más de basura.


Si bien es cierto que, al igual que en el resto de los territorios vecinos y en el conjunto del estado, las tasas de recogida selectiva de las distintas fracciones del residuo doméstico han ido mejorando año tras año, el porcentaje final de recogida selectiva apenas alcanza el 33,5%, muy lejos de los índices del 70-80% que los portavoces de Bildu dicen poder alcanzar con su “nuevo modelo” de gestión de residuos en el conjunto del territorio. Sin ir muy lejos, en Bizkaia, en donde no se ha impuesto en ningún municipio el sistema de recogida puerta a puerta, el índice de recogida selectiva de 2012 superó el 39%, cerca del 40-45% de recogida selectiva material de los países más avanzados de Europa, como Alemania o Dinamarca (en estos países, la estadística europea oficial suma los porcentajes del material pre-tratado en las Plantas de Tratamiento Mecánico Biológico, alcanzando los máximos históricos de entre el 60-65%, aún lejos de las hipotéticas tasas alcanzables a través del “modelo Bildu”).

En cualquier caso, el dato más preocupante es que, con independencia de los sistemas de recogida utilizados en los municipios guipuzcoanos, la ausencia de infraestructuras de gestión en el territorio condenan directamente al vertido más de dos tercios de los residuos generados, sin poder darles un aprovechamiento adecuado, que es lo que exige Europa: convertir el residuo en un recurso. En 2012, 221.471 Toneladas de residuos urbanos, un 66,5%, fueron a parar sin tratamiento previo a los ya casi colmatados vertederos controlados de Gipuzkoa.

El problema es aún mayor si se tiene en cuenta que no todo lo que se recoge selectivamente se reutiliza (no existen ni datos ni infraestructuras de reutilización en Gipuzkoa) o se recicla. Como mínimo un 10% de las fracciones de vidrio, papel, envases o textiles se convierten en residuos secundarios no aprovechables, una nueva fracción de rechazo que termina en vertedero. Según los datos aportados por la Diputación de Gipuzkoa suman un total de 47.227 Tn las fracciones recogidas de estos materiales. El resto hasta las 74.715 Tn de residuos domésticos recogidos selectivamente son residuos orgánicos (cocinados, podas y bioresiduos), es decir, 27.488 Toneladas destinadas teóricamente al compostaje, pero que, al estar saturada la planta de compostaje de Lapatz, se envían a vertederos fuera del territorio. En definitiva, el reciclaje efectivo de los residuos domésticos del Territorio de Gipuzkoa no alcanza una tasa del 20% y, para el conjunto de los residuos urbanos gestionados, incluyendo los residuos asimilables y los secundarios, el porcentaje efectivo de reciclaje en 2012 sería menor del 25%. El resto va a vertedero.

La consecuencia final de esta situación es que Gipuzkoa, un año más, sigue sin alcanzar las metas impuestas por la Unión Europea.


En definitiva, los resultados oficiales publicados por la propia Diputación Foral de Gipuzkoa sobre su gestión de residuos urbanos ofrecen un panorama desolador: no solo están muy lejos de los objetivos que pregonan los responsables políticos de Bildu, sino que, lo que es más grave, están muy lejos de cumplir los mínimos exigidos por la Unión Europea… y hay pocos visos de mejora porque el territorio sigue sin infraestructuras de tratamiento que permitan alcanzar tales objetivos. Sus vertederos, a punto de colmatarse y , por si fuera poco, sin infraestructuras en construcción para hacer frente , de manera inmediata, al problema.


¿Crisis? ¿Cómo no tenerla si se niega la evidencia y el rumbo no se altera?. Mientras se oculta la verdad, mientras se siembra de pasquines anunciando pandemias cancerígenas vinculadas a la incineración, mientras se insiste en el ordeno y mando, a la imposición irracional, Bildu y Gipuzkoa con ella, se aproximan al caos de la basura.
La culpa no lo tiene el “puerta a puerta”. La responsabilidad de esta inmundicia reside, única y exclusivamente en unos gestores que pretenden esconder la basura bajo la alfombra. Pero ya no les cabe más.









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