viernes, 20 de septiembre de 2013

EL PLANETA INHABITABLE, SEGÚN LOS ASTROBIÓLOGOS

No hay como el primer café matutino para pulsar el grado de inquietud que tiene la gente. Y, la mayoría está cabreada. O al menos eso me lo ha parecido.
Me aprestaba a dar el primer sorbito a un cortado con leche fría que, pese a mi insistencia al camarero parecía hervir, cuando percibí asombrado que el compañero de barra murmuraba entre dientes como si la lectura del periódico le hiciera supurar la úlcera. .- ummm –mascullaba el individuo-. ¡El acabose!. ¡Es el acabose!. Lo que nos faltaba.

Miré por encima del hombro para intentar adivinar qué noticia irritaba de tal manera a aquél individuo y se giró al momento encontrándome de puntillas y con cara de curiosón.

.- ¡“Descubren la pólvora”!, me espetó como si alguien le hubiera mentado a la madre. “El acabose –repetía-. No te jode que van unos científicos y, con toda su excelencia, te dicen que la tierra dejará de ser habitable. Si aquí, salvo cuatro espabilados como Rato y compañía ya no hay quien viva. ¿Investigar para eso?. Que vayan a tomar el pelo a ....” . No pude escuchar más. Se levantó y se marchó declinando en arameo.

Retomé el diario que había dejado arrugado en el mostrador y encontré el origen de su enfado. Astrobiólogos de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido habían concluido un estudio según el cual, y partiendo de nuestra distancia con el sol y, sobre la base de las temperaturas que permiten al planeta tener agua líquida, la tierra será inhabitable dentro de 1750 millones de años. Ni hoy ni mañana; 1750 millones de años.


Leída con alivio la cita, me volví buscando al ciudadano cabreado. Salía ya por la puerta del establecimiento. Le chisté en un par de ocasiones y le dije ; “ por lo menos no dicen a qué hora se acaba todo”. Me contestó de forma automática. Ni me miró. Movió su brazo derecho hacia arriba y me enseñó su dedo corazón apuntando al cielo. Como quien dice “monta aquí y da pedales”.

.- Qué simpático, le dije al camarero mientras, ahora sí, podía degustar el café sin quemarme.
.- No se preocupe – me dijo- Él es así. Se llama Parco.
.- ¿Parco?. ¿Será Paco, no?.
.- No. Es Parco. Casi no habla. Lo justo y necesario. Un día vino por aquí una chica haciendo una encuesta y para hacerle el perfil le pidió que se definiera en tres palabras y contestó; “vago”. Hoy ha hablado para todo el mes. Algo le habrá pasado, porque no es normal que sea tan parlanchín.

“¡Cómo está el país”- pensé-, aunque bien visto, en muchas ocasiones es mejor callar que hablar por tener boca.

Eso le viene a ocurrir, con demasiada frecuencia a Laura Mintegi, la profesora universitaria portavoz de EH Bildu.
Lo cierto es que tienen mucho mérito quienes dicen lo que no piensan por temor a que sus palabras desvelen sus pensamientos íntimos. Todo el tiempo organizando el discurso para ser correctos tiene que cansar la mente y hasta el físico. Debe ser una tensión agotadora pues adaptar el habla a lo políticamente correcto, obviando lo que realmente opinas necesita de una sincronización cerebral permanente. Debe ser como tener la percepción de que te orinas y fingir una solvente imagen de tranquilidad. Sin embargo, si abusas de la impostura, las apreturas fisiológicas terminan por imponerte una mueca de necesidad o un baile san vito delatador de que te meas.

Algo de esto debió ocurrirle el otro día a Laura Mintegi quien en unas declaraciones en las que se argumentaba el posicionamiento de la Izquierda Abertzale en relación a la ponencia de paz y convivencia se le escapó en la dicción un pensamiento articulado. Y dijo lo siguiente: “los políticos deben crear las condiciones para que ETA no tenga razón de ser".

No, mujer. Los políticos no debemos crear nada para justificar la necesidad de que ETA desaparezca. Es que nunca hubo razón, ni argumento que diera cobertura a su existencia. Matar siempre ha estado mal y la práctica de la violencia contra las personas es una acción condenable que atenta contra el principio prepolítico del derecho a la vida, sustrato mínimo, básico y primigenio de los derechos humanos. Por eso ETA ni tiene, ni ha tenido nunca razón de ser. ¿O sí, Laura?.

Declaraciones como la transcrita abonan las dudas que surgen sobre el reconocimiento verdadero de EH Bildu al denominado “suelo ético”, la barrera infranqueable del reconocimiento de los derechos humanos, que debe ser el punto de partida para una nueva convivencia en paz y libertad. Nadie discute el protagonismo y el esfuerzo llevado a cabo por la Izquierda Abertzale para acabar con la práctica armada de ETA. Lo que está en cuestión es saber si ese empuje ha sido motivado por el convencimiento propio de que la actividad violenta estaba abocada al fracaso o por la reflexión sincera de que, además, su utilización era, no ya incompatible, sino antagónica con la política y la democracia. Sortu, en sus estatutos registrados ante el Ministerio de Interior lo expresa más claramente que cuantas declaraciones ha verbalizado la profesora portavoz de EH Bildu.

Con toda seguridad, Laura Mintegi argumentará que sus palabras fueron malinterpretadas, que no quiso decir lo que dijo. Será la enésima ocasión ya en la que debamos creer tanta dislexia de contenido reiterado. Para eso, para tener que explicar lo que se dice y lo que se quiere decir, mejor ser parca, aunque para evitar confusiones en el significado del término, diré que en boca cerrada no entran moscas.

Quien no tiene inconveniente en decir lo que piensa y se desparrama cuando habla, es Jaime Mayor Oreja. El señor Mayor acaba de afirmar en “El gato al agua”, sin disimulo ni vergüenza torera que “la Generalitat sigue la misma hoja de ruta que inició ETA”. “ETA ha sido la vanguardia del movimiento nacionalista", ha expuesto Mayor Oreja, "luego vino Ibarretxe con su plan y ahora es el Gobierno de Cataluña. Es el mismo movimiento, es la expresión de una hoja de ruta".
El ex ministro de Interior no tiene otro discurso. Todo es ETA, hasta la misma sombra de la Sagrada Familia. No es de extrañar por lo tanto que correligionarios del señor Mayor, como el consejero del Tribunal de Cuentas, Juan Velarde, no descartara en “Telemadrid” que, al igual que antaño, Barcelona deba ser bombardea por el auge del independentismo. ¿Alguien se sorprende, ante tamaña barbaridad, que cientos de miles de catalanes se echen a la calle pidiendo su emancipación nacional?.
Guillermo Alejandro, rey de Holanda
Pero, en este mundo que camina hacia la destrucción, según los astrobiólogos, también hay discursos sensatos y atrevidos. El nuevo rey de Holanda, Guillermo Alejandro, abrió el año parlamentario reclamando el paso de la sociedad de bienestar del siglo XX a una nueva sociedad participativa. “El paso hacia una sociedad participativa –señaló el monarca-es particularmente notable en la seguridad social y en los que necesiten cuidados de larga duración. Es precisamente en esos sectores donde el clásico Estado del bienestar de la segunda mitad del siglo XX ha producido sistemas que en su forma actual ni son sostenibles ni están adaptados a las expectativas de los ciudadanos”. Holanda, país del norte hacia donde muchos miran como ejemplo, comienza a padecer los efectos de la crisis. Así, para 2014, el paro llegará hasta el 7,5%; el déficit sumara un 3,3%, superando el límite del 3% exigido por Bruselas, y el poder adquisitivo bajará un 0,5%. Y su rey, no caza elefantes sino que se preocupa por el futuro. ¡El acabose!.


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