viernes, 14 de marzo de 2014

ESQUIZOFRENIA POLÍTICA

Cada vez que se escuchan los tambores llamando a elecciones el cosmos entra en caos. El orden se desbarajusta y cada cual rompe órbitas en una fricción  tan inútil como peligrosa. Es como si la responsabilidad o el sentido del deber  se dejaran en el armario por un tiempo y  se habilitara una licencia especial de “leña al mono que es de goma”.

Así, lejos de propiciar consensos o reflexiones sosegadas que analicen con objetividad los problemas  para atajarlos de la mejor manera posible, se impone la trifulca, la descalificación  y  la polémica. Y todo ello dibuja un panorama de inestabilidad política  que, cuando no aburre al personal,  abona el descrédito de la “cosa pública”.

La proximidad de los comicios europeos no debiera ser causa  relevante para que la esquizofrenia partidista  se desatara. Se trata de una cita con las urnas un tanto desdibujada. Quizá porque el proyecto europeo se vea como lejano, o ajeno a las preocupaciones terrenales de la ciudadanía.  O porque, en sentido contrario,  se vea a Europa como una parte culposa de los males  que nos ha reportado la pandemia de la crisis.

De ahí que las elecciones europeas  tengan, esta vez, un marcado  acento de política interna.  Muchos se quedarán en casa  porque no encuentran sentido a la actual situación. Algunos, utilizarán su voto a modo de escarmiento. Otros querrán buscar nuevas alternativas. Será un test determinante, un reflejo fiel en el todos se podrán medir y evaluar daños y facturas y así se contempla desde las formaciones políticas tradicionales  que se enfrentan a los próximos comicios con un punto de pánico y desasosiego.

Pero, además, las elecciones de mayo tienen, en nuestro caso, un valor añadido cual es que  de sus resultados  podrá obtenerse  una fotografía mucho más ajustada a lo que , dentro de un año pueda acontecer en la renovación de ayuntamientos , Juntas Generales, Diputaciones, etc. Y me aventuro a predecir que, en Euskadi, el mapa político va a seguir basculando, con mayor peso sui cabe, del lado de las fuerzas nacionalistas (PNV y EH Bildu).

El momento electoral llega con los dos principales partidos españoles en franca debilidad. El PP, disminuido por la política de recortes y por el descrédito de Bárcenas y Gurtell. Y el PSOE, desorientado, sin liderazgo, sin proyecto ni solvencia pública. Ambas situaciones provocará el reforzamiento de los pequeños. De UPyD y su demagogia  de sal gruesa, y de la Izquierda Unida de Cayo Lara.

El escrutinio final determinará si los populares pierden fuelle y, posiblemente la mayoría, o si el damnificado es Rubalcaba, cuyo final de carrera  en el PSOE puede llegar el 26 de mayo.

En Euskadi, socialistas y populares  miran más al año 15 que al encuentro primaveral. Los primeros están como hormigas en un hormiguero sin reina que las ordene. La ausencia de Patxi López, que ahora sí, piensa, vive y duerme  en vigilia, a la espera  de su oportunidad en Ferraz, ha convertido a los socialistas vascos en un orfeón de solistas. Sin orden ni concierto. Es como una pugna de protagonismo para sobresalir. Y, en ese afán de buscar posiciones,  disparan a todo lo que se mueve. Especialmente al PNV, y a al Gobierno vasco. Se han olvidado del papel “central” que adquirieron con el pacto de septiembre pasado –que tenía vocación de medio plazo- para pugnar con Bildu  en una  retórica de “a ver” quien es la oposición más  aguda. Por experiencia propia diré que, cuando de jóvenes competíamos  para saber quien orinaba más alto, el juego terminaba humedeciéndote los pantalones y los zapatos, una sensación desagradable, demostrativa de que todo lo que sube, termina por bajar.

En esa esquizofrenia de marcar perfil, los socialistas parecen haberse propuesto, como aquel eslogan que patrocinaba los plátanos  canarios,  celebrar, todos los días, una rueda de prensa. (Por lo menos). Así, tenemos a Idoia Mendia anunciado la pérdida de confianza en la dirección general de EITB, Arriola  criticando a Egibar por el gobierno de Bildu, Pastor denostando al lehendakari –como casi siempre-, Unzalu pidiendo en sede parlamentaria  las grabaciones de las conversaciones de la Ertzaintza, etc. No hay día que pase sin cera. Hoy se acosa a Darpón , mañana a Tapia, pasado a Beltrán de Heredia y como  objetivo estratégico de desgaste; Urkullu. Con tanto disparo, se van a dar un tiro en el pie, porque nadie puede olvidar las responsabilidades cercanas que ellos mismos han tenido en la gestión del gobierno –endeudamiento, Lanbide, Cabacas...-

Medirse en oposición con Bildu es legítimo. Lo que no sé si, al final, esa dinámica beneficiará al PSE. Perder la imagen de “orden”, de partido de gobierno, por la crítica desaforada  y ruidosa puede que no les ayude a ser vistos nuevamente por el electorado vasco como una alternativa madura  y responsable, que es lo que querrán ser, llegado el caso en la primavera de 2015.  El Doctor Jekyll y mister Hyde. De cambio en cambio hasta la derrota final.

El PP vasco, en paralelo, sigue en crisis. Y además ha desenfocado su referencia. Si el PSE mira de reojo a Bildu, el PP a UPyD.  Enfrascado en una lucha cainita, que aún no ha librado su última batalla, el PP camina  hacia su marginalidad política en Euskadi (tiempo al tiempo).  El acuerdo congresual del pasado fin de semana no ha sido sino un cierre en falso  de la crisis de liderazgo y las tensiones, fruto de una herida abierta,  seguirán dando situaciones de zozobra. Una incomodidad que siempre se mitiga acudiendo al enemigo exterior y a la estridencia. Cuanto más  radical sea el mensaje, por injusto e irreal que resulte,  más aleja el foco  del verdadero problema. Así que el lehendakari Urkullu , “defensor de los presos” o responsable de “dar bola  ETA”, se convierte en bálsamo .

La Izquierda Abertzale, que acaba de ratificar in extremis su coalición con el BNG para los comicios gallegos, aborda la situación sin cambios reseñables. En lo institucional, mantiene su línea de demagogia parlamentaria. Les da lo mismo pedir cuentas al Gobierno por las preferentes de Eroski que votar con Maneiro la creación de una comisión de investigación sobre el coche eléctrico. Su meta es destruir la imagen de gestión del PNV y con  libros negros o sin ellos, su posición sigue siendo la trinchera y la denuncia, sea ésta verosímil o no.

Sortu, EH Bildu  o la Izquierda Abertzale, tienen interiorizado que el adversario a batir sigue siendo el nacionalismo del PNV. Son conscientes de que, pese a su errática gestión en Gipuzkoa,  su electorado aún no le pasará una factura considerable. El grado de cohesión de su base social sigue siendo alto y esto, unido a su todavía capacidad movilizadora, les garantiza perspectivas de éxito en el corto y medio plazo. Por eso, pese a no llegar a las elecciones europeas  en la mejor forma de “acumulación de fuerzas”,  el desapego general a los comicios y el efecto “castigo” hacia otros, les hace sentirse optimistas ante el desafío próximo con las urnas. De ahí que su estrategia de pelea se mantenga inalterable, incentivando la tentación de desorden parlamentario e institucional  en el que otros parecen haber caído.

Por último, el PNV observa con preocupación toda esta esquizofrenia preelectoral. El país no está para la incertidumbre y la crispación. Ante la inestabilidad, intentará  defenderse de los ataques que reciba, pero desde el sosiego y la convicción de que todo esto deberá ser transitorio. Su gobierno deberá demostrar nervios de acero y seguir llevando adelante sus compromisos y políticas públicas frente a las dentelladas de la oposición.

En lo electoral, su principal enemigo es la desmovilización de su electorado. El PNV debe ser capaz de convencer a sus votantes de lo útil que es su decisión el 25 de mayo.  Que su voto es un gesto más de reafirmación nacional. Que otra Europa es posible, como lo afirmara el propio lehendakari ante el Foro Global celebrado en Bilbao. El PNV necesita demostrar  que  sigue siendo el partido líder del país. El partido que en 2015 deberá revalidar y acrecentar su representación en el nuevo mapa local y foral. Y , si se despista hoy, puede pagarlo caro mañana.

2 comentarios:

  1. Koldo es la historia interminable, siempre con necesidad de justificar todo lo injustificable. El caldo de cultivo será el mismo. Los nacionalismos independentistas y la retahíla de siempre. Es fácil hacer política en el estado español hablado siempre de el Lobo, es decir, los nacionalistas. Pero sorpresa, sorpresa, el nacionalismo español mas divido que nunca. Que se peguen por su UNA, GRANDE Y LIBRE. Guk geurea egin eta egin, eguneroko lana. El 2015 esta ahí y el PNV ahí estará mostrando el trabajo hecho y el que queda por hacer. Euskadi bakarra da gure aberria.

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  2. Que cositas dice este Koldo

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