Veinticuatro horas después de la celebración de la “Diada ”, el
comentarista político Josep Ramoneda
publicaba un artículo en el diario “El País” titulado “El soberanismo se
consolida. En él, Ramoneda cargaba
contra quienes pensaron que el efecto independentista en Catalunya era flor de
un día y reprochaba a Mariano Rajoy que en los últimos años haya sido incapaz
de hacer una sola propuesta que haga
frente a quienes reivindican el reconocimiento del sujeto político catalán.
El filósofo y periodista ilerdense, colaborador de diversos
medios de comunicación, estimaba que “este 11 de septiembre tenía en su punto de mira el 9 de noviembre fecha
señalada en el calendario como día de la consulta. El éxito de
la movilización aumenta la
presión. Empieza una escalada verbal que alcanzará su punto
álgido en el momento en el Gobierno español y el Tribunal Constitucional
suspendan la
convocatoria. Hasta entonces se libraran dos batallas: con
Madrid por la consulta y entre los partidos soberanistas por suspenderla o no.”
“La decisión del
Gobierno español de exhibir línea dura –continuaba Ramoneda- alimenta la polarización y refuerza la
posición binaria que busca el independentismo. Todo proceso de secesión
requiere, en algún momento, una ruptura con la legalidad vigente. Pero se
equivocarían los independentistas si pensaran que las relaciones de fuerza
están ya en el punto de ruptura. Lo más probable es que en algún momento se
tome la decisión de no celebrar un referéndum ilegal, que podría ser un
suicidio para el soberanismo. ¿Volverán los ciudadanos a la calle cuando esto
se produzca o asumirán con realismo las decisiones políticas? Lo que ocurra
dará muchas pistas de futuro. Y configurará la secuencia del calendario hasta
unas elecciones autonómicas”.
“Pero la pregunta
es –concluía Ramoneda- : ¿en qué momento el Gobierno español considerará que
las fuerzas ya se han tentado suficientemente y que es hora de pasar de las
prohibiciones a la política? Política quiere decir, en este caso, el
reconocimiento de Cataluña como sujeto político. Y, a partir de aquí, buscar
con un poco de atrevimiento una solución compartible. ¿Por qué nadie quiere
explorar la figura del estado libre asociado?”
Estado libre
asociado. ¿Se acuerdan ustedes de las barbaridades que se dijeron con el Nuevo
Estatuto Político aprobado por el Parlamento Vasco? ¿Se acuerdan de aquello de
que Euskadi quiere ser Puerto Rico?.
Algunos, como
Ramoneda, piensan hoy que esta fórmula puede ser una solución para Catalunya.
Bienvenidos al club.
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