viernes, 23 de octubre de 2015

LA PEOR FORMA DE INJUSTICIA ES LA JUSTICIA SIMULADA

Ha llegado hasta mis manos un auto emitido por el  juzgado número 2 de Barakaldo. En él se pone fin a  unas diligencias practicadas tras una denuncia de la fiscalía a instancias de un informe de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social. La denuncia, hoy sobreseída y sobre la cual  no cabe recurso alguno, establecía una presunta causa de delitos  malversación  de caudales públicos y fraude a la Seguridad Social  por lo que consideraba la “celebración de contratos simulados” entre la empresa pública Ibar Zaharra y dos ex empleados de dicha entidad; Iñigo Camino y Juan Cruz Nieves.

Vulgarizando la demanda y, según textos periodísticos, los mencionados acusados “cobraron” de una entidad pública  “sin ir a trabajar” .

Durante más de un año y medio,  el prodecimiento penal  ha seguido su trámite a través de las diligencias que las dos magistradas  que han conocido de la causa han decidido practicar hasta llegar al fallo definitivo. Dicho fallo, ha coincidido  en sus conclusiones finales con las argumentaciones y peticiones  de las defensas de los acusados (Camino y Nieves), así como por el propio Ministerio Fiscal, autor inicial de la denuncia.

La conclusión del juzgado número 2 de Barakaldo, suscrito por la magistrada juez  Dña. Begoña Merino  determina que de las pruebas practicadas –“certificaciones y testificales”- se acredita que “hubo un trabajo desarrollado, una actividad desarrollada por personas contratadas por Ibar Zaharra con otras personas e instituciones, no existiendo un contrato falso y una percepción de ingresos a favor de dos supuestos trabajadores contratados.”

“Por tanto –sentencia la magistrada- , los hechos referidos no son constitutivos de infracción penal, por lo que, de acuerdo  con  lo dispuesto  en el artículo 637.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, procede acordar el sobreseimiento libre de la causa” y en tal sentido “se acuerda el sobreseimiento LIBRE de las presente diligencias previas” y “procédase al archivo de las actuaciones”. Carpetazo judicial  en vía penal al caso. Iñigo Camino y Juan Cruz Nieves son exculpados  de las graves acusaciones que sobre ellos se cernían.

Me alegro por ellos. Porque creo –perdón por la redundancia-  que la Administración de Justicia ha sido justa con ellos. Yo mismo fui testigo de la actividad laboral de los hoy exculpados. Y así lo testifiqué en una certificación que obra en autos en la que relato mi relación profesional con el señor Camino  durante la época en la que quien esto firma  ostentaba la responsabilidad pública. Mi verdad. La que yo conocí y la que obra en las diligencias judiciales.

Por desgracia para todos, los procedimientos judiciales nunca van solos.  Siempre hay una deriva política y mediática que perturba cualquier investigación  o esclarecimiento de los hechos. A las pruebas me remito.

Iñigo Camino  y Juan Cruz Nieves, además de ser juzgados y exculpados por los tribunales, han sido juzgados, condenados y, si se me permite la expresión,  ejecutados, por un periodismo  de intencionalidad política  y por unos políticos de propósito destructivo.

¿Cuantos titulares de algunos medios han dado por hecho las acusaciones hoy archivadas?. ¿Cuantas veces se ha vinculado el nombre  de Camino y Nieves a la certeza, hoy desacreditada, de fraude? ¿De cobrar sin trabajar? ¿Cuantas veces se han repetido, sin más prueba que una denuncia, imputaciones delictivas que se han demostrado inciertas?.

So pretexto del periodismo de “investigación”  se han emitido opiniones, publicaciones reiteradas  que identificaban a los encausados como “imputados” cuando en el procedimiento judicial, casi desde el inicio,  la primera juez en ver la causa  y , a tenor de  los indicios observados,  “desimputó” a ambos en las diligencias seguidas. “Desimputación” que los “magníficos” investigadores  periodísticos  ni supieron y, si así fue,  obviaron en sus crónicas. “Profesionales independientes” de carnet o filiación reconocida que con su deontología partisana cargaron páginas digitales y convencionales de agitación y descrédito desmedido. Había que desmitificar el principio de que Euskadi  era una isla ajena a la corrupción. Nunca lo ha sido porque el mal de las inmundicias humanas  existe en todas partes.  Y aunque aquí sea sideralmente menor que en otras partes, había que encontrar la aguja en el pajar. Para intentar demostrar que entre la  porquería, los del PNV  son los más corruptos de entre los corruptos.

Pasados de frenada, ante los autos judiciales claros y contundentes, no ha lugar para la rectificación. Y si se hace, búsquese  el texto más afín a lo ya publicado. Nada de reproducir  la constatación del “trabajo desarrollado” o de la “no existencia de contrato falso”. Bastaba decir, para pasar el trámite de su error que la juez determinaba el archivo de la causa pese al “contundente informe de la inspección de trabajo”. Más madera.. “Sostenella y no enmendalla”.

Toda esta perversión, atentatoria contra el derecho a la presunción de inocencia y al derecho al honor, ha contado con una fuente de alimentación todavía más irresponsable. La de la política.
No acierto a contar los pronunciamientos, las declaraciones, las interpelaciones  que se han llevado a cabo  dentro y fuera del ámbito institucional por portavoces políticos. Se lleva la palma el representante de UPyD,  Gorka Maneiro. Pero tampoco se han quedado cortos en los excesos verbales los voceros de la izquierda patriótica.

El monoparlamentario magenta  funciona en automático. Todo le da igual. Que la realidad no le altere  una acusación. Que actúe la justicia  y cuando ésta se pronuncia y archiva unas diligencias, se insiste en su denuncia. Lo ha vuelto a hacer  reclamando el cese de Eneko Arruabarrena  pese al archivo de la investigación del caso “Pinosolo”. Una denuncia llevada  hasta el ministerio fiscal por el PP vizcaino, un partido cuyo secretario territorial parece haberse convertido en el referente del macartismo del momento.

Maneiro es como un autómata. Que ni siente ni padece. Su última denuncia, relativa a la inserción de publicidad por parte del Gobierno vasco, ha sido admitida por un juzgado de Gasteiz casi un año después. A pesar de las explicaciones parlamentarias, de las clarificaciones hechas una y otra vez  sobre la legalidad de las medidas o sobre el procedimiento empleado –idéntico al utilizado por gobiernos anteriores -  , UPyD ha terminado llevando su  denuncia a los juzgados. Y se ha admitido. En su auto, la magistrada determina que “no se ha practicado todavía ninguna diligencia de investigación”  y que “como resulta obvio todavía no existen indicios racionales de criminalidad en la actuación del querellado”. El querellado en este caso es Iñaki Bernardo, director de comunicación de la presidencia del Gobierno vasco que, “por higiene política y democrática” se ha apartado de su cargo para que el procedimiento judicial no sirva como excusa para enfangar más el ámbito político.

Bernardo no tenía ninguna obligación para dejar su puesto pero le honra este comportamiento. Maneiro, por el contrario, ni ha parpadeado. Sin esperar a que la investigación judicial comience ya ha pedido nuevas responsabilidades. “Independientemente de cual sea el resultado de la investigación judicial –dice Maneiro en una interpelación dirigida al Lehendakari- sin duda nos encontramos ante un grave caso de utilización de caudales públicos para favorecer  a un grupo de comunicación afín al Gobierno y al partido político que lo sustenta”. “Independientemente” del “resultado de la investigación judicial”, “sin duda”, “favorecer” con “caudales públicos”.  Pero, ¿qué locura es esta?. ¿Qué responsabilidad?. ¿Qué sentido democrático?.

Lo reconozco. Me siento indignado. Profundamente consternado por el inmenso daño personal y colectivo que se está produciendo  con tanta incriminación irresponsable. Con la elevación del “principio de culpabilidad”  frente a la presunción de inocencia. Con la ofensa  irreflexiva de nombres, de personas, de comportamientos que se merecen el mayor de los respetos. Con los juicios paralelos. “Dura lex, sed lex” . “Dura es la ley, pero es la ley”. Aplíquese en su justo término.  Porque, de lo contrario, como afirmara Platón, “la peor forma de injusticia es la justicia simulada.”

Mi reconocimiento y cercanía para con Iñigo Camino, Juan Cruz Nieves, Iñaki Bernardo, Eneko Arruabarrena ... y con tantos otros que han sentido el látigo doloroso de una exposición pública  injusta  de descrédito. Sé que es poco consuelo. Pero es el que  yo puedo darles.  



2 comentarios:

  1. Esto no acaba aquí, cuando mayor es la intención de voto al EAJ-PNV, mas duros serán los ataques. No tengáis al menor duda. Estamos ante despropósitos de tal magnitud que nadie habla del valor en dinero de poner a toda la justicia en pie, para nada. Quien acusa y no demuestra !!que pague¡¡ y siempre a titulo personal. Esto resulta cansino. Lo que toca como siempre es seguir trabajando, cuidando lo nuestro. Estoy hasta los hu.....de oir hablar del Estatuto que nadie en el estado español es capaz de cerrar con todo lo que se debiera cerrar. Pero eso si, al menor movimiento sobre derecho a decidir o independencia, saltan con lo mismo "Estatuto". Pues disculpen señores. Por su despropósito, ahora queremos mas.

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  2. lo triste de todo es q por ser políticos ocupen y chupen de esos cargos, q vayan a currar y den oportunidades a todos, hay una cantidad de periodistas q han tenido q salir del pais vasco a currar fuera, ya q por culpa de vuestros amigos políticos no se puede trabajar en casa, siempre igual la vaca del PNV... verguenza os deberia dar

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