Ha llegado hasta mis manos un auto emitido por el juzgado número 2 de Barakaldo. En él se pone
fin a unas diligencias practicadas tras
una denuncia de la fiscalía a instancias de un informe de la Inspección Provincial
de Trabajo y Seguridad Social. La denuncia, hoy sobreseída y sobre la cual no cabe recurso alguno, establecía una
presunta causa de delitos
malversación de caudales públicos
y fraude a la
Seguridad Social por lo
que consideraba la “celebración de contratos simulados” entre la empresa
pública Ibar Zaharra y dos ex empleados de dicha entidad; Iñigo Camino y Juan
Cruz Nieves.
Vulgarizando la demanda y, según textos periodísticos, los
mencionados acusados “cobraron” de una entidad pública “sin ir a trabajar” .
Durante más de un año y medio, el prodecimiento penal ha seguido su trámite a través de las
diligencias que las dos magistradas que
han conocido de la causa han decidido practicar hasta llegar al fallo definitivo.
Dicho fallo, ha coincidido en sus
conclusiones finales con las argumentaciones y peticiones de las defensas de los acusados (Camino y
Nieves), así como por el propio Ministerio Fiscal, autor inicial de la
denuncia.
La conclusión del juzgado número 2 de Barakaldo, suscrito
por la magistrada juez Dña. Begoña
Merino determina que de las pruebas
practicadas –“certificaciones y testificales”- se acredita que “hubo un trabajo
desarrollado, una actividad desarrollada por personas contratadas por Ibar Zaharra
con otras personas e instituciones, no existiendo un contrato falso y una
percepción de ingresos a favor de dos supuestos trabajadores contratados.”
“Por tanto –sentencia la magistrada- , los hechos referidos
no son constitutivos de infracción penal, por lo que, de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 637.2º de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, procede acordar el sobreseimiento libre de la
causa” y en tal sentido “se acuerda el sobreseimiento LIBRE de las presente
diligencias previas” y “procédase al archivo de las actuaciones”. Carpetazo
judicial en vía penal al caso. Iñigo
Camino y Juan Cruz Nieves son exculpados
de las graves acusaciones que sobre ellos se cernían.
Me alegro por ellos. Porque creo –perdón por la
redundancia- que la Administración de
Justicia ha sido justa con ellos. Yo mismo fui testigo de la actividad laboral
de los hoy exculpados. Y así lo testifiqué en una certificación que obra en
autos en la que relato mi relación profesional con el señor Camino durante la época en la que quien esto
firma ostentaba la responsabilidad
pública. Mi verdad. La que yo conocí y la que obra en las diligencias
judiciales.
Por desgracia para todos, los procedimientos judiciales
nunca van solos. Siempre hay una deriva
política y mediática que perturba cualquier investigación o esclarecimiento de los hechos. A las
pruebas me remito.
Iñigo Camino y Juan
Cruz Nieves, además de ser juzgados y exculpados por los tribunales, han sido
juzgados, condenados y, si se me permite la expresión, ejecutados, por un periodismo de intencionalidad política y por unos políticos de propósito
destructivo.
¿Cuantos titulares de algunos medios han dado por hecho las
acusaciones hoy archivadas?. ¿Cuantas veces se ha vinculado el nombre de Camino y Nieves a la certeza, hoy desacreditada,
de fraude? ¿De cobrar sin trabajar? ¿Cuantas veces se han repetido, sin más
prueba que una denuncia, imputaciones delictivas que se han demostrado
inciertas?.
So pretexto del periodismo de “investigación” se han emitido opiniones, publicaciones
reiteradas que identificaban a los
encausados como “imputados” cuando en el procedimiento judicial, casi desde el
inicio, la primera juez en ver la causa y , a tenor de los indicios observados, “desimputó” a ambos en las diligencias
seguidas. “Desimputación” que los “magníficos” investigadores periodísticos
ni supieron y, si así fue,
obviaron en sus crónicas. “Profesionales independientes” de carnet o
filiación reconocida que con su deontología partisana cargaron páginas digitales
y convencionales de agitación y descrédito desmedido. Había que desmitificar el
principio de que Euskadi era una isla
ajena a la
corrupción. Nunca lo ha sido porque el mal de las inmundicias
humanas existe en todas partes. Y aunque aquí sea sideralmente menor que en
otras partes, había que encontrar la aguja en el pajar. Para intentar demostrar
que entre la porquería, los del PNV son los más corruptos de entre los corruptos.
Pasados de frenada, ante los autos judiciales claros y
contundentes, no ha lugar para la rectificación. Y si se hace, búsquese el texto más afín a lo ya publicado. Nada de reproducir la constatación del “trabajo desarrollado” o de
la “no existencia de contrato falso”. Bastaba decir, para pasar el trámite de
su error que la juez determinaba el archivo de la causa pese al “contundente
informe de la inspección de trabajo”. Más madera.. “Sostenella y no
enmendalla”.
Toda esta perversión, atentatoria contra el derecho a la
presunción de inocencia y al derecho al honor, ha contado con una fuente de
alimentación todavía más irresponsable. La de la política.
No acierto a contar los pronunciamientos, las declaraciones,
las interpelaciones que se han llevado a
cabo dentro y fuera del ámbito
institucional por portavoces políticos. Se lleva la palma el representante de
UPyD, Gorka Maneiro. Pero tampoco se han
quedado cortos en los excesos verbales los voceros de la izquierda patriótica.
El monoparlamentario magenta
funciona en automático. Todo le da igual. Que la realidad no le altere una acusación. Que actúe la justicia y cuando ésta se pronuncia y archiva unas
diligencias, se insiste en su denuncia. Lo ha vuelto a hacer reclamando el cese de Eneko Arruabarrena pese al archivo de la investigación del caso
“Pinosolo”. Una denuncia llevada hasta
el ministerio fiscal por el PP vizcaino, un partido cuyo secretario territorial
parece haberse convertido en el referente del macartismo del momento.
Maneiro es como un autómata. Que ni siente ni padece. Su última
denuncia, relativa a la inserción de publicidad por parte del Gobierno vasco,
ha sido admitida por un juzgado de Gasteiz casi un año después. A pesar de las
explicaciones parlamentarias, de las clarificaciones hechas una y otra vez sobre la legalidad de las medidas o sobre el
procedimiento empleado –idéntico al utilizado por gobiernos anteriores - , UPyD ha terminado llevando su denuncia a los juzgados. Y se ha admitido. En
su auto, la magistrada determina que “no se ha practicado todavía ninguna
diligencia de investigación” y que “como
resulta obvio todavía no existen indicios racionales de criminalidad en la
actuación del querellado”. El querellado en este caso es Iñaki Bernardo,
director de comunicación de la presidencia del Gobierno vasco que, “por higiene
política y democrática” se ha apartado de su cargo para que el procedimiento
judicial no sirva como excusa para enfangar más el ámbito político.
Bernardo no tenía ninguna obligación para dejar su puesto
pero le honra este comportamiento. Maneiro, por el contrario, ni ha parpadeado.
Sin esperar a que la investigación judicial comience ya ha pedido nuevas
responsabilidades. “Independientemente de cual sea el resultado de la
investigación judicial –dice Maneiro en una interpelación dirigida al
Lehendakari- sin duda nos encontramos ante un grave caso de utilización de
caudales públicos para favorecer a un
grupo de comunicación afín al Gobierno y al partido político que lo sustenta”.
“Independientemente” del “resultado de la investigación judicial”, “sin duda”,
“favorecer” con “caudales públicos”.
Pero, ¿qué locura es esta?. ¿Qué responsabilidad?. ¿Qué sentido
democrático?.
Lo reconozco. Me siento indignado. Profundamente consternado
por el inmenso daño personal y colectivo que se está produciendo con tanta incriminación irresponsable. Con la
elevación del “principio de culpabilidad”
frente a la presunción de inocencia. Con la ofensa irreflexiva de nombres, de personas, de
comportamientos que se merecen el mayor de los respetos. Con los juicios
paralelos. “Dura lex, sed lex” . “Dura es la ley, pero es la ley”. Aplíquese en
su justo término. Porque, de lo
contrario, como afirmara Platón, “la peor forma de injusticia es la
justicia simulada.”
Mi reconocimiento y cercanía para con Iñigo Camino, Juan Cruz
Nieves, Iñaki Bernardo, Eneko Arruabarrena ... y con tantos otros que han
sentido el látigo doloroso de una exposición pública injusta
de descrédito. Sé que es poco consuelo. Pero es el que yo puedo darles.
Esto no acaba aquí, cuando mayor es la intención de voto al EAJ-PNV, mas duros serán los ataques. No tengáis al menor duda. Estamos ante despropósitos de tal magnitud que nadie habla del valor en dinero de poner a toda la justicia en pie, para nada. Quien acusa y no demuestra !!que pague¡¡ y siempre a titulo personal. Esto resulta cansino. Lo que toca como siempre es seguir trabajando, cuidando lo nuestro. Estoy hasta los hu.....de oir hablar del Estatuto que nadie en el estado español es capaz de cerrar con todo lo que se debiera cerrar. Pero eso si, al menor movimiento sobre derecho a decidir o independencia, saltan con lo mismo "Estatuto". Pues disculpen señores. Por su despropósito, ahora queremos mas.
ResponderEliminarlo triste de todo es q por ser políticos ocupen y chupen de esos cargos, q vayan a currar y den oportunidades a todos, hay una cantidad de periodistas q han tenido q salir del pais vasco a currar fuera, ya q por culpa de vuestros amigos políticos no se puede trabajar en casa, siempre igual la vaca del PNV... verguenza os deberia dar
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