sábado, 30 de julio de 2016

UNA VACUNA CONTRA LA CEREMONIA DE LA CONFUSIÓN

Algo tiene que haber en el ambiente que trastorne al personal. A Dinio, el porno showman que otrora encumbrara la telebasura, era “la noche” la que le confundía. Pero no creo yo que la oscuridad tenga que ver mucho con la ceremonia de la confusión en la que estamos envueltos. Tiene que haber algo más. 

No es que sea yo muy crédulo de las leyendas urbanas pero estoy convencido de que hay elementos extraños, en el aire, en el agua, o en cualquier elemento básico, que influyen definitivamente en el cambio de los comportamientos humanos y que seres, aparentemente comunes –no diré normales-  se trasfiguren hasta la caricatura.

No sé yo si será la proliferación de concursos de paellas, marmitakos, o sukalkis o el consumo abusivo de sangrías o kalimotxos. Algo hay y mucho me temo  que sea la estacionalidad, vamos el verano, el responsable de tanto siroco mental.

El pasado martes me encontré con un amigo a quien casi no conocí. Hasta entonces era un tipo tan vulgar como yo. Profesional independiente, de clase media, sedentario por naturaleza que, de buenas a primeras se me presentó disfrazado de subrayador.  Sí como esos rotuladores fosforitos  de colores chillones utilizados en las oficinas. Para mirarle había que ponerse gafas de sol. La causa, había descubierto el “running”.  ¿Qué?.  Hace unos años, la revelación se habría llamado “jogging” y yo tampoco me hubiera enterado de lo que era.  Vamos, que iba a correr.  Y para eso se había equipado  con una indumentaria más reflectante que los chalecos  que llevamos en los coches para caso de averías. 

¿Cómo así? –le pregunté-
-“Vida sana” –me contestó- . Y salió a toda leche.
¿Correr?  (la última vez que le recuerdo fue delante de los “grises” y a ambos, la velocidad pedestre  no nos privó de un porrazo). ¿Vida sana?. Con tanto cuidado se arriesga a que  le dé un “ataque de salud”.

Le veré la semana que viene. Hemos quedado en un txoko ante una buena cazuela de “txarripatas”. Comienzan los juegos olímpicos y nuestra modalidad favorita  es la “barra fija”.

Mi amigo el “subrayador” fue el primer indicio de que algo extraño ocurría estos días. La confirmación llegó el miércoles.  Pleno de las Juntas Generales de Bizkaia. Sesión en la casa de de Gernika. Lo lógico, en un parlamento,  es que por muy baldragas que sean sus señorías, éstas acudan con un porte decoroso. Lo de las corbatas en la parte masculina empieza a estar en desuso, pero todavía  hay trajes en las bancadas. El sector femenino  siempre cumple con el guion. Por lo general,  unos y otras asistimos arregladitos –sin excesos-. Pero hete aquí, que a mitad de la sesión, del fondo de la cámara emergió  un apoderado que papeles en mano subió a la tribuna de oradores . Camiseta de tirantes, pantalones bermuda y chancletas. Insólito. Como quien reparte la panceta en las brasas de una barbacoa. Con el sobaquillo al aire y los dedos de los pies huéspedes. ¿Se había deslizado un “Pokemon” por la sede foral?. No. Era un representante de la “gente auténtica”, esos portavoces de la verdad absoluta que nos dan lecciones gratuitas de ética y política.  Los que denuncian a quienes consideran “antiguos” -como yo mismo- por “vivir  sin entender que la sociedad ha cambiado”  y que mi-nuestro mundo  está fuera de la realidad.  Diógenes ya se presentaba desnudo dentro de un tonel en la Atenas clásica, y su filosofía emulaba la vida de los perros –kinikós-, de ahí el nombre de su escuela; los cínicos.  Dicen ser “nuevos” pero su práxis  -la demagogia- es más  vieja que la tana pues el propio Aristóteles la calificó como una “forma corrupta o degenerada de la democracia”.  

El efecto de la confusión se ha extendido como si de una pandemia se tratara. A Pablo Echenique,  el brillante secretario de organización de Podemos,  el guirigay reinante ha hecho que contratara en negro, sin el correspondiente pago a la seguridad social, a un asistente. Confusión pertinaz y continuada porque  el arrendamiento de servicios duró un año. Sin que en todo ese tiempo no se diera cuenta  de su error. Bueno, al día de hoy sigue sin saber valorar si el fraude cometido estuvo bien o mal.  Iglesias, en un gesto de compañerismo que le retrata, ha dicho que no pagar lo que se debe a la seguridad social por un contrato es un “ejemplo moral”.  ¡Manda huevos!  y mandó dos docenas.

Al PP una juez le ha tenido que decir en un auto,  que destruir el disco duro del ordenador de su ex gerente –Bárcenas-  suponía un presunto delito de destrucción de pruebas.  En la calle Génova se pensaba  que reescribir  el disco duro de una computadora era simplemente un “protocolo de seguridad”. Formatear  35 veces un ordenador  para luego rayarlo  ya es un protocolo seguro que digamos. Más seguro que reciclarlo en una trituradora.  Me ha recordado el chiste  aquel en el que un presunto homicida confesaba ante el juez  que él no mató voluntariamente a la víctima. Que estaba cortando jamón y que, accidentalmente,  el finado se cayó sobre el cuchillo. “¿35 veces?” –preguntó el magistrado-. “Sí , señoría, una tras otra” –respondió el acusado-.

Pero el efecto más sintomático de descuadre mental sigue estando en el vodevil político español. Más de siete meses sin gobierno, después de dos citas electorales, seguimos asistiendo a un espectáculo para nada edificante. El que iba a aceptar la nominación a la investidura, ahora, se lo piensa. Quien decía querer ser líder de la oposición no permite que se constituya el gobierno. Quien animaba a crear alternativas dice hoy que a los suyos no corresponde  tomar la iniciativa. Y quien  condicionaba sus votos a la regeneración  del partido mayoritario hoy se desdice y mañana lo afirma. Peor que en el camarote de los hermanos Marx. 

Esta semana, todos han pasado por la Zarzuela para explicarse. El monarca, después de escucharles ha debido tomar una biodramina, para evitar el mareo . Seguro que se cuestiona si lo vivido es un reality, un programa de cámara oculta o el capítulo de un culebrón sin final determinado.

Lo único cierto es que los plazos  estimados para que el reloj de la investidura comenzara  a andar se han visto ampliados. En principio, sine die.  Todo el mundo comenta que agosto será un mes de tanteo. Un mes más de sainete.  Felipe VI ha propuesto a Rajoy como candidato. No le ha quedado otra opción. Así lo determina  la previsión constitucional. Cosa distinta es que, de inmediato, se haya establecido un calendario para que el nominado  acuda al Congreso.  Rajoy se tomará su tiempo. Iniciará una ronda de contactos. Determinará una comisión negociadora y …de seguir las cosas como están, si no llegara a ningún sitio, intentará tirar la toalla. Si esto es así, se especula ya con la hipótesis de que el Consejo de Estado dicte una resolución obligando  al candidato popular a comparecer ante el Congreso. Se pretenderá así poner en marcha el cronómetro. Aunque no se presente programa alguno  ni haya debate. Votación y punto. Si no hay mayoría, dos meses y cincuenta y cuatro días después, elecciones.  En navidades la tercera entrega. Alucinante. Fun, fun fun. 

Pedro Sánchez sigue escondido. Volvió a tontear con eso de que Rajoy deberá entenderse con vascos y catalanes, “la derecha nacionalista”. Esférico total.

Lo que estamos viendo en la política española no tiene parangón.  No al menos que yo recuerde. La gravedad de la circunstancia debería obligarme a contemplar esta crisis de manera más formal, más sesuda.  Pero no será hoy. Como diría José Mota; “mañana”.  Tratar de expresar  en serio las sensaciones que provoca el actual panorama desolador obligaría a ser muy crítico. Ácido diría yo. 
El diario “El País” publicaba, el pasado día 17, un apunte editorial que recoge perfectamente  el sentir que esta ceremonia de la confusión genera. Se titulaba, “Que se vayan todos” http://elpais.com/elpais/2016/07/16/opinion/1468690447_317141.html. Sí, que se vayan, por incapaces, irresponsables y soberbios. 

Sólo nos faltaba  que el clima de estupidez fuese contagioso. Y el desconcierto y la confusión llegaran para quedarse  también en Euskadi.  Pero eso, por suerte, no ocurrirá. El Lehendakari Urkullu ha decidido cortar por lo sano con este peligro. La vacuna pasa por celebrar cuanto antes las elecciones autonómicas. Serán en otoño, como Urkullu había anunciado.  Celebraremos el “Alderdi eguna” votando. Marcando la diferencia y alejándonos de la toxicidad  que se respira a nuestro alrededor.




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario