martes, 9 de mayo de 2017

ENCAPUCHADOS, BASURA Y COACCIÓN

Hacía tiempo que no escuchaba a Laura Mintegi. En la legislatura pasada fue la cabeza de lista de EH Bildu en las elecciones autonómicas. Se presentó con un carisma templado, de consenso, y llegó a decir que ella era mejor candidata a Lehendakari que Otegi –entonces encarcelado–. La ‘esperanza blanca’ de la Izquierda Abertzale no acabó la legislatura en el Parlamento. Se le atragantó el ‘nuevo tiempo’. Cuando alguien ha vivido de la épica del pasado se le hace difícil adaptarse a la pluralidad que exige el respeto democrático de las ideas ajenas.

Creía que con el apartamiento de la primera línea de la escena política, la profesora euskaldun hubiera evolucionado. Pero no. Le he escuchado hoy en ‘Euskadi Irratia’. En la tertulia matutina han valorado el ataque sufrido ayer por el PNV en su sede donostiarra por parte de miembros de Ernai, las juventudes de Sortu. Mintegi ha vuelto a salirse del tiesto. Para ella, es lógico y normal que los jóvenes de Ernai acometieran el sabotaje contra el local del GBB encapuchados, como los escenarios pasados de ‘kale borroka’. Los activistas de Ernai se enmascaran, dice Mintegi, para “proteger su identidad” igual que lo hacen los ertzainas. “Los ertzainas también protegen su identidad con capuchas y nadie dice nada”, ha venido a decir la ex dirigente de EH Bildu. Es por eso por lo que Mintegi no tiene motivos para escandalizarse por el ataque de ayer. Iñaki Galdos, compañero de tertulia radiofónica, le ha recriminado la “burrada” –“astakeria”– pero Laura Mintegi ni se ha inmutado. Ha dicho lo que le ha salido de dentro. Sin ‘perestroika’ ni evolución alguna. Como en los viejos tiempos.

Arkaitz Rodríguez, el ‘número dos’ de Sortu, también ha estado en la radio pública. En ‘Radio Euskadi’. Su figura se ha presentado, igualmente, como la nueva ‘estrella rutilante’ de la Izquierda Abertzale. Sus palabras de hoy tampoco han brillado especialmente. Preguntado por las acciones de las juventudes de Sortu contra el PNV , ha pretendido rebajar su gravedad. “Se estén elevando esos hechos a categoría poco menos que de atentado. A tenor de algunas de las portadas de determinados medios de hoy pareciera que estamos poco menos que en Alepo”, ha dicho Rodríguez. Cierto es que las acciones de Ernai no han causado heridos ni daños personales, pero de ahí a poner el foco de la tensión en las crónicas periodísticas es, cuando menos, un insulto a la inteligencia. “Elevar lo que no son en última instancia más que unas pintadas, o arrojar basura en una sede política, a rango de ataque nos parece del todo desproporcionado”, ha puntualizado el dirigente de Sortu. Vamos, que le ha faltado decir que sólo eran las travesuras de unos jóvenes tras una verbena o botellón. De aquella “Jaia bai, borroka ere bai” que años atrás conmocionó a este país. ¡Pobres gisajos!

Sortu se legalizó porque en sus estatutos garantizaba que su acción política se llevaría a cabo por medios “exclusivamente pacíficos y democráticos”. De ahí la afirmación de Arkaitz Rodríguez de que “Sortu no lo hubiera hecho”, en relación al ataque a la sede nacionalista de Donostia. La cuestión está en conocer las razones de la negativa. ¿Por qué? ¿Porque fue un acto de violencia vulnerador de los derechos básicos? ¿Porque están en contra de cualesquiera forma de intimidación o amenaza? ¡No!. “No lo hubiera hecho porque permite al PNV y a determinados medios de comunicación eludir el debate central, que es que el PNV ha optado por sostener a un gobierno corrupto”.

Acabáramos. Porque en su estrategia política estos actos no son eficaces. Porque distraen la atención.

Limpiar la basura que alguien esparce en la puerta de tu casa resulta sencillo. Borrar las pintadas, también. Además, la basura puede y debe reciclarse. Lo que resulta más difícil de limpiar, de reciclar o de borrar son las conciencias de quienes siguen asumiendo que en la actividad política todo vale. Desde la coacción, la presión, la violencia o la persecución. Con capuchas o sin ellas. Eso sí que es corrupción en las ideas y en la forma de ejercitar la política. 

En el pasado Aberri Eguna, el PNV hizo un llamamiento a la Izquierda Abertzale para que se sumara a la construcción nacional de Euskadi. Desde el respeto a los demás, el reconocimiento de todas las ideas y el comportamiento democrático. Parece que la Izquierda Abertzale no entendió nada de tal ofrecimiento. ¿Aprenderán algún día a sumar, a construir? ¿Aprenderán algún día de su fracaso, para arrimar el hombro al servicio del bien común?

El PNV va a perseverar en su intento de incorporar a la Izquierda Abertzale al ‘nuevo tiempo’ de convivencia que necesita este país. Por mucha basura, por mucha pintura y por mucha presión que se nos eche encima. Seguir alimentando el odio sabemos a dónde nos conduce. Al pasado. Y Euskadi necesita mirar al futuro. ¿A dónde mira la Izquierda Abertzale?

1 comentario:

  1. y en Madrid Podemos hace escrache y caceloradas a la sede del PP, en Bcn la CUP...

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