miércoles, 18 de mayo de 2011

UN PLAN DE “CHOQUE” PARA EL METRO Y UNA “CRISIS” PARA LAKUA

Por fin los directivos de Metro Bilbao han reconocido lo evidente. Ha habido un cúmulo de incidencias –averías, retrasos, etc- que han afectado negativamente al servicio público de transporte y a miles de usuarios. Como respuesta a esta degradación del funcionamiento, los gestores del Metro han anunciado un “plan de choque”.


Podían haber sido un poco más ingeniosos en su propuesta porque hablar de “choque” en referencia al Metro es, cuando menos, una imprudencia semántica. Con toda la pasta gansa que se vienen gastando en comunicación, hablar de “choque” asusta un poco.

Los que dieron la cara ante la opinión pública –Gasco estaba desaparecido o de campaña en Donostia y Arriola , ¿existe el consejero Arriola?- centraron sus argumentos para razonar los problemas acontecidos en las obras de soterramiento del suburbano en Maidagan (Getxo) y en la necesidad de ajuste de las nuevas unidades del tren, introducidas para el incremento de capacidad de viajeros.

Casualmente, ambas medidas fueron implementadas por los equipos predecesores a la actual mayoría nominal socialista que controla monolíticamente desde hace más de un año el transporte ferroviario vizcaino. Es decir, que si alguien –que los hay- hubiera apurado el reproche, la culpa la tendría el PNV o los gobiernos de Ibarretxe.

Admito que compatibilizar el tráfico de trenes con unas obras de soterramiento en el trazado puede generar problemas y que se produzcan deficiencias en la marcha habitual de un servicio. Pero, ¿qué tiene que ver que se actúe en Getxo para que un tren se detenga en Erandio o en Deusto?. ¿Qué tiene que ver para que las escaleras mecánicas o las rampas no funcionen? ¿O para que una unidad no llegue a su destino en Basauri y los viajeros deban desplazarse desde Etxebarri en el “tren de san fernando”? ¿Qué tiene que ver el soterramiento de Maidagan para que haya suciedad en las estaciones?. O para que el fluido eléctrico provoque retrasos continuados?.

Un buen compañero y amigo me decía el pasado martes que él, a lo largo de los últimos años había sido un usuario permanente del Metro. “He hecho miles de viajes en los últimos años. Y jamás he visto un deterioro del servicio como ahora. Hoy, por poner un ejemplo, a las diez de la mañana, pasas la mano por las barandillas de las escaleras y te manchas porque están sucias. ¿Dónde están aquellas brigadas de limpieza que dejaban el Metro como la patena?”.

No supe contestarle. La denuncia de los trabajadores de este servicio, que acusan a los responsables de Metro Bilbao de no invertir en el mantenimiento de la infraestructura y de las unidades está ahí.

El plan de “choque” anunciado anteayer costará “cero euros a la sociedad Metro Bilbao”. Sí, cero euros. Lo dijo su Consejero delegado. El mismo personaje, que, a la vez, gerencia el Consorcio de Transportes, matizó que sería esta entidad la que abonaría los casi siete millones de euros que supondrá el mencionado plan de colisión, perdón, de choque. A nadie se le ocultará que trasladando el coste al Consorcio de Transportes, será la Diputación vizcaina la que se haga cargo de la mitad de la cuenta. Es lo habitual; yo invito y tú pagas. Ahora bien, si el gasto establecido redunda en la mejora del servicio y el retorno del Metro a los estándares de calidad que siempre ha tenido, será una inversión adecuada y necesaria.

Aunque mucho me temo no sea así. La experiencia del Gobierno del “cambio” nos augura lo peor.

Seguimos de campaña, pero por debajo del ruido, continúa la frustrante gestión del ejecutivo autónomo. El Consejero de Sanidad Bengoa, cuya prepotencia me era desconocida, ha reclamado para sí la gestión de las personas dependientes, una gestión llevada eficazmente por las diputaciones ya que organismos independientes han puntuado de “sobresaliente”. Si nuestra sanidad tarda ya más de ocho meses en atender a quien necesita para su normal movilidad una implantación de prótesis rotuliana, sólo le faltaría a Osakidetza ocuparse de las personas dependientes. Vamos, una estupidez.

De Lanbide no diremos nada, porque no hay nada que decir. No hay ni cursos para los desempleados que los solicitan. Y del Departamento de Economía, pues que es como un sin vivir. Revisando 1.600 partidas presupuestarias susceptibles de nuevos recortes. Nuevos recortes o nuevo endeudamiento –si se lo permiten-.

Vamos, que el “cambio” empeora. Si a este panorama le añadimos que las previsiones electorales vaticinan un claro desgaste para Patxi López, estaremos a las puertas de un nuevo tiempo. Nuevo tiempo de crisis política e institucional. Crisis en la que el rumor de un ajuste gubernamental en Lakua comienza a sonar con fuerza. Pero, no adelantemos acontecimientos.



El Consejero Delegado del Metro Bilbao y Gerente del Consorcio de Transportes, Iñaki Prego, en un acto electoral del Partido Socialista en Basauri. ¿Pero no dijeron que era un técnico y no un político?

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