Sea como fuere, 2020 será un año electoral y las principales formaciones políticas del país han puesto en marcha sus maquinarias para ir completando sus tareas de contingencia.
El PNV y su peculiar sistema interno en la toma de decisiones, ha decidido ya poner en marcha el entramado electoral. El Euzkadi Buru Batzar ha citado ya a la afiliación a las asambleas correspondientes con la propuesta de Iñigo Urkullu como candidato a lehendakari, Bakartxo Tejería para revalidar la presidencia parlamentaria y una veintena de nombres por cada territorio de cara a confeccionar las listas en cada territorio. Un complicado proceso que estará completado en la primera semana de marzo.
El Partido Socialista, socio de coalición del PNV, ha adelantado ya alguna de sus decisiones en esta línea habiendo nominado a su secretaria general, Idoia Mendia, como candidata a la presidencia. La “entronización” de Mendia tendrá, seguramente, consecuencias en la alteración de la “tranquilidad” observada en la relación de los socios de gobierno. La búsqueda de la “diferencia” y el acento en el perfil propio tiene esas cosas, si bien no cabe esperarse en las próximas fechas (salvo que el conflicto provocado en Irun por su alcalde Santano se extienda) un cambio en las relaciones de las dos formaciones que comparten responsabilidades de gobierno en la mayoría de las instituciones del país.
El “movimiento” y la agitación ronda otros barrios.
Antes de que el lehendakari haya anunciado que ejercerá su prerrogativa de disolver el Parlamento y convocar elecciones, antes de que haya una certidumbre sobre cuando se desarrollarán los comicios autonómicos, algunos se han situado en los tacos de salida de la carrera electoral. Y, en un afán por cobrar ventaja, los hay quienes han comenzado a correr, como pollo sin cabeza, en un recorrido errático y alocado.
Entre estos se percibe a la derecha española, menguante en nuestro país y aquejada de una ansiedad extrema, lo que le hace aislarse aún más en una posición socialmente minoritaria. Una hiperventilación que está causando la deserción de muchos de sus cuadros tradicionales en el conjunto del País Vasco pese a los intentos baldíos de Alfonso Alonso por recuperar la moderación.
El PP de Casado representado en Euskadi por Amaya Fernández, Raquel González y Beatriz Fanjul ha vuelto a plantear a la exigua representación de “Ciudadanos” en Euskadi formar parte de una coalición “constitucionalista” como “Navarra Suma” para las próximas elecciones vascas.
Fernández, cuyo verbo resulta inflamable cuando se dirige al nacionalismo vasco, ha compartido, junto a VOX, la decisión de recurrir ante los tribunales el decreto del Gobierno vasco que desarrollaba la premisa de la Ley Municipal según la cual las instituciones locales vascas podrían regular el uso del euskera y el castellano en sus relaciones internas y públicas en función de la realidad sociolingüística del municipio, garantizando , en todo caso, el derecho de la ciudadanía a escoger el idioma en su relación con la administración municipal..
En este caso –como en otros- , los populares se han sumado a VOX en las descalificaciones contra el Gobierno vasco, el euskera y todo lo que pase a su alrededor. Además de los recursos judiciales –unos tildando el decreto de “anticonstitucional” y otros, sorprendentemente, por “racista”- han promocionado una feroz campaña publicitaria en redes sociales propagando una irreal denuncia de “discriminación” lingüística, de “segregación de los castellanohablantes”, de “atropello” identitario y de vulneración de derechos. Mentiras y falsedades repetidas hasta la náusea en la búsqueda del agravio. Y diría más, buscando el odio a lo vasco, al nacionalismo y a las instituciones gobernadas democráticamente por éste. "No vamos a tolerar –declaró en un encendido alegado la diputada Macarena Olona- el odio hacia la nación española, sus símbolos, sus tradiciones, su cultura, su lengua común que no es otra que el español, que se expande desde hace décadas por la incomparecencia del Estado ante las fuerzas secesionistas". Amén Jesús!
El PP de Amaya Fernández pretende progresar por ese mismo camino a lomos del caballo de Abascal, y en ese galope desbocado conducirá a su formación hacia el abismo de la marginalidad. En esa deriva seremos testigos de momentos insólitos e incluso surrealistas. Unionismo histriónico hiperventilado por parte de una derecha en la que no se ve representada ni la tradicional oligarquía de Neguri.
Otros que desde hace tiempo tienen apoyados sus pies en los tacos de salida para impulsar su carrera, son los representantes de EH Bildu. La formación de la “izquierda independentista” elegirá a su candidato a lehendakari antes del 17 de febrero. Todas las quinielas vaticinan que, esta vez sí, será Arnaldo Otegi quien encabece la propuesta de EH Bildu. Esperemos que no haya elementos externos que lo impidan y que se levante de una vez la injusta inhabilitación dictada contra él por los tribunales españoles.
La “izquierda independentista” cree que este es su momento. El momento de acabar con la hegemonía del PNV. Lleva trabajando su estrategia desde tiempo atrás. Y en las próximas semanas provocará “chaparrones” de iniciativas. Desde una gira herriz-herri para denunciar la “traición” del PNV en el “nuevo estatus” hasta “buzoneos explicativos” o la huelga general del día 30 en la que se mezclan churras con merinas y que ha llegado a provocar, por instrumentalización del colectivo, el cisma en el movimiento de pensionistas.
EH Bildu utilizará todo a su alcance. Desde una recogida de firmas diseñada por “Gure esku dago”, hasta la denuncia insistente de “casos de corrupción” de los jeltzales. Con Larraitz Ugarte de activista parlamentaria pero con el propio Arnaldo Otegi de mentor. Sí, es el dirigente de Elgoibar quien cree que todos los del PNV son unos “chorizos”, y el de Sabin Etxea un partido “corrupto” que se “financia con mordidas”. A veces, a Otegi se le escucha hasta el pensamiento.
Otegi, que de encabezar la candidatura se convertirá en el aspirante a lehendakari de más edad que se presente a los comicios, tiene al PNV entre ceja y ceja. Lo ha tenido siempre. Y sueña en su fuero interno con alumbrar un gobierno “de izquierdas” que desplace al nacionalismo de Ajuria Enea. Por eso, no hay posición del PNV que no sea criticada. Si se postula para buscar el acercamiento de los presos, porque tal decisión no ha sido consultada. Si cierra un acuerdo con Sánchez que habla de los “sentimientos nacionales de pertenencia”, por no defender en casa el derecho de autodeterminación.
Cualquier causa entra en la agenda de crítica. Lo tienen explicitado en un documento interno en el que citan al PNV como “freno del tránsito entre un autonomismo agotado y un marco de soberanía” y hablan de su posición en relación al nuevo estatus como un “elemento táctico”. ¿Solamente táctico? Sí. Un subterfugio para conseguir un objetivo.
EH Bildu y su comercial en jefe preparan la tormenta perfecta para hacer sucumbir al PNV. Eso significará discurso de “brocha gorda” pero saben -así se los repite Casanovas siempre que puede- que para abatir al PNV deben ganar en Bizkaia. Por eso si con un ojo miran a los nacionalistas, con el otro observan a “Podemos” cuyo “globo se deshincha” según ellos. El electorado de los morados es el “oscuro objeto de su deseo”. Republicanismo, feminismo, ecologismo, la “izquierda transformadora”. Mano de hierro en guante de seda. Moderación impostada. Tacticismo. Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Y todo ello mientras se zumba al PNV, que es lo que mejor saben hacer.
El problema del estrabismo político es que con objetivos tan dispares, centrarse puede resultar una quimera. Y de mirar a sitios distintos, en lugar de avanzar se puede perder el equilibrio y caer a tierra. No sería la primera vez que les ocurra. Pero esta sí, quizá sea la última, en la que Arnaldo tenga un papel determinante.
Es lo que nos viene en este año. Adi egon!
Koldo sin ánimo de entrar en polémicas contigo -eres mas sabio que yo- , me ha gustado tu publicación hasta que has empezado a descalificar y centrifugar basura mezclando lo de los "tacos de salida" que utiliza EH Bilbu con sus "chaparrones" ideados para desbancar al PNV. Con esa verborrea centrifugadora literaria llegas a mezclar hasta Gure Esku Dago, -ahora solo Gure Esku- y su campaña de petición de firmas, que a pesar de tu comentario negativo creo que apoyarás. Sin mezclar churras con merinas, tiende puentes de encuentro que el camino de los logros en este país que no dudo que tambiénserá el tuyo, lo tenemos que hacer los nacionalistas sin estravismo y juntos. No descalifiques a los opositores ni veas cosas raras donde solo hay estrategia, está bien que mires a los lados, pero tiende puentes y aunque yo no creo que lograré verlo, todos los nacionalistas vascos entre los que no estoy lo conseguiremos.
ResponderEliminarAmigo Koldo,ni yo tampoco por otras razones y yo si me encuentro entre los nacionalistas vascos. No se si lo utilizarán o no, pero GED, como en tantos movimientos del tipo, en el que en su generación "espontánea" hay huellas dactilares marcadas, es uno de los movimientos que cortocircuita a ciertas personas de ambos polos y de historial ligado a la violencia, la urticante de momento iniciativa del GB sobre Memoria Histórica. Y esa iniciativa, al menos en lo que a mí respecta, marca nuestras señas de identidad, más incluso que nuestra naturaleza de vascos. Lo de JEL, tiene significado.
ResponderEliminarY siempre con la misma historia, no importa la bazofia que esta gente eche sobre nosotros, tenemos que ser exquisitos hasta en los acentos sobre lo que les decimos, aunque el mensaje sea absolutamente cierto. Vamos, no poner la otra mejilla, pero casi.