Hoy hemos conocido el acuerdo alcanzado por el PNV en Madrid de cara a los presupuestos generales del Estado. El blindaje del Concierto Económico, el pago del IVA pendiente a Araba tras la decisión de la Junta Arbitral en el caso "Rover" y la evaluación económica de la transferencia de las competencias en materia de empleo han sido las condiciones básicas que , una vez más, ha tenido que arrancar el nacionalismo al gobierno español de turno para decantar la balanza de sus votos. Un nuevo ejercicio de pragmatismo, en la defensa de los intereses de Euskadi, que pone en valor a un partido que vuelve a la centralidad.
Este acuerdo no será el último. Lo veremos en breves fechas. Y eso marca liderazgo.
En paralelo hemos conocido la decisión del Euzkadi Buru Batzar de adherirse a la manifestación de mañana en Donostia denunciando las nuevas detenciones políticas decretadas por la Audiencia Nacional.
No se entiende que quienes apuesten por las vías políticas y democráticas para el futuro de este país sean detenidos y acusados de colaboración terrorista. Pero eso es harina de otro costal.
Lo que llama poderosamente la atención de cualquier analista es que hoy el PNV llene, por una razón o por otra, los titulares digitales de la mayoría de los medios de comunicación. Eso indica que el partido de Urkullu, Ortuzar y Egibar recobra liderazgo y el pulso.
Lejos de la improvisación de unos, de las gurteladas de otros, o la marginalidad del resto, el PNV brilla hoy, de nuevo con luz propia. Pese a quien pese y con todas las salvedades que se quieran, no es entendible el futuro de este país sin el PNV. Perdón, el futuro y , sobre todo, el presente.
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