jueves, 12 de noviembre de 2009

EL RAYO QUE NO CESA

Buscaba un titular fácil sobre el que dejar mis impresiones lamentables de la eliminación copera del Athletic cuando recordé lo que quizá sea el poemario mejor acabado de Miguel Hernández; "El rayo que no cesa". Sonetos duros y sonoros que describen un acerado amor desconsolado y que serenan el ánimo de cualquiera.

Hernández y Lauaxeta dos sensibilidades primorosas cortadas de raíz por la intolerancia ciega del fanatismo franquista. De esa enfermedad congénita de la especie humana que tiende a sectarizar el pensamiento, a destruir las ideas y a negar el derecho ajeno a la voz y la palabra.

Con tanta miseria acumulada en el diario acontecer de la actualidad informativa, con tanto culto a la notoriedad de talonario, con tanta inercia a al cainismo, un titular fácil me ha llevado a un remanso de paz. ¿Místico verdad?.

Y todo para apagar un cabreo patriótico por la incapacidad de unos gandules jugando al pelotón.
Fulminados por el Rayo. Y por su propia incompetencia.
Ahora les queda tiempo para leer a Miguel Hernández , a Lauxaeta, a Lizardi, a Blas de Otero ... nombres que seguro les suenan. Aunque sea del callejero de nuestros pueblos.

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