Ha llegado hasta mis manos un editorial del diario galo “France-Soir” demoledor con Jose Luis Rodríguez Zapatero. Duro como jamás se había visto para con quien es hoy presidente de turno de la Unión Europea. Y es que a ZP le llueven críticas de todas partes. Bueno, de todas partes menos del lehendakari López quien parece ser el único dirigente en activo que sigue manteniendo que el presidente español es “un líder sólido”.
“El gobierno alemán de Ángela Merkel –señalaba el editorial de France-Soir- está claramente distanciado de Zapatero, al que frena sistemáticamente sus propuestas; el francés Sarkozy, cautivado en un principio por el optimismo del español, ha dicho “basta”; el también socialista Gordon Brown, primer ministro británico, le teme y cree que la cercanía de Zapatero perjudica su ya decadente carrera como líder laborista; Berlusconi, simplemente, se ríe de su colega español; el presidente permanente belga, Van Rompuy, incapaz de entender al líder español y cansado de sus indefiniciones y trucos, se esconde y no quiere saber nada de él.”.
Para el rotativo parisino, “la humillación más hiriente, quizás la peor hecha por Europa a un presidente de turno el toda su historia, tuvo que padecerla Zapatero cuando fue excluido de la negociación del plan de rescate para Grecia y de la foto final, que fue lo que más le dolió. Lo pidió y hasta lo exigió, pero al final aparecieron en público Angela Merkel y el francés Nicolas Sarkozy, con Van Rompuy. Zapatero, visiblemente crispado y con el rostro demacrado por la rabia, tuvo que comparecer solo ante la prensa”.
El rechazo a Zapatero se extiende a sus propios correligionarios.”Joaquín Almunia no oculta su desprecio por el dirigente español en sus conversaciones privadas y en alguna que otra pública. El comisario cree –según el periódico francés- que, bajo Zapatero, la economía española no tiene otra salida que el colapso”.
El último gesto de descrédito internacional lo ha protagonizado Obama y la Administración americana, que en un hecho sin precedente, admitió que se filtrara a los medios de comunicación la llamada telefónica del premier estadounidense al inquilino de la Moncloa reprochándole su incapacidad ante la crisis e instando al gobierno español a tomar medidas de inmediato para reducir su déficit público.
¿Una intervención directa de la Casa Blanca con repercusión pública?. Eso sólo puede significar una cosa; que España se encuentra al borde de la bancarrota y que la reacción del Gobierno español debía ser inmediata.
Así que en apenas 24 horas, Zapatero acudiera al Congreso de los diputados en comparecencia urgente y presentara, por primera vez, medidas concretas para reducir el déficit público. Medidas restrictivas del gasto social y del poder adquisitivo de pensionistas y funcionarios especialmente. ¿No nos recuerda este episodio en algo a lo acontecido en Grecia?
ZP tenía puestas sus esperanzas en la presidencia europea para afianzar su liderazgo interno de cara las próximas elecciones generales. El relumbrón internacional, la desaparición de ETA o su escisión definitiva hacia un movimiento “grapizado”, el desgaste popular por los casos de corrupción y la esperanza de incipientes brotes verdes económicos centraban su cálculo político para un nuevo mandato en el palacio de la Moncloa.
Pero a su aislamiento internacional, a la quiebra de confianza de los lídereres europeos y mundiales se le ha sumado en los últimos días el cuestionamiento interno en amplios sectores socialistas.
Cuentan fuentes bien informadas que barones destacados del PSOE preparaban desde hace semanas un golpe de mano para enderezar el rumbo de un gobierno que hace aguas por todas partes. A la cabeza del motín, el presidente del Congreso, José Bono –contrincante derrotado por Zapatero en la pugna por la secretaría general socialista-.
Bono, según las mismas fuentes, habría intensificado contactos con diferentes líderes de opinión y de formaciones políticas para, a la vista de la grave situación de la economía y de la inestabilidad española, impulsar un gobierno de concentración. (la situación recuerda aquellos contactos de Múgica y Armada en los prolegómenos del 23-f).
Zapatero, que está noqueado pero que no es tonto ni ciego, cortó la sublevación por lo sano. Así, Bono, de ser “conspirador para la salvación” pasó a ser “sospechoso de corruptelas” y el notable incremento de su patrimonio familiar circuló por los medios de comunicación como una bomba de destrucción masiva.
Aliado con el Grupo PRISA, con quien Zapatero mantiene un pulso encarnizado, José Bono ha tratado de poner freno a la campaña de descrédito que alguien, sibilinamente ha sembrado aquí y allá, y a la que el Partido Popular se ha enganchado como cortina de humo que distraiga el caso Gürtell. Pero, pese a todos sus esfuerzos, la imagen del castellano-manchego ha salido notablemente dañada en la refriega y la “asonada” desactivada.
Pese a todos los indicadores negativos que auguran lo peor, ZP no arroja la toalla y tras el paquete de medidas de recorte del gasto presentado en el Congreso, prepara un nuevo golpe de efecto. Una crisis gubernamental en la se reducirán ministerios aparentemente para un ahorro público. Crisis que responderá básicamente a su interés por rodearse de colaboradores incondicionales – como la actual secretaria de organización Leire Pajín- con los que capitanear la singladura de su partido con mano de hierro. Eliminar la disidencia interna y poner coto a los conflictos latentes en comunidades como Madrid u otras donde la sombra de posibles escándalos amenazan con transformar las próximas elecciones locales y autonómicas en un calvario del que Zapatero puede que no salga vivo políticamente hablando.
Mientras, aquí en Euskadi, el socialismo gobernante, que alzó su techo electoral gracias, en buena parte, a la imagen y al “talante” de ZP, observa el panorama como las vacas al tren, anestesiados por su arcadia mediática y por su pacto blindado con un PP que les va a vampirizar lenta pero eficazmente.
El lehendakari López, que el pasado domingo manifestara que “siempre defenderá los intereses de Euskadi” ha salido hoy corriendo hacia Madrid a la cumbre del Partido Socialista Obrero Español. En su calidad de Secretario General del PSE ha acudido en auxilio del mismo Zapatero que la plantara en la fiesta de la rosa.
Ha estado con sus compañeros de partido para arropar a su dirigente evanescente, olvidando lo que él mismo dijera en el BEC, que era o se supone que pretende ser, lehendakari de todos los vascos. ¿Asumirá la disciplina de partido y pretenderá aplicar aquí las recetas restrictivas de Zapatero? O , por el contrario, ¿asumirá su papel institucional para reclamar la diferente situación de la economía y de las cuentas vascas?. ¿Será capaz de defender el hecho diferencial de Euskadi o se plegará a los intereses de Zapatero y su estrategia de supervivencia?. Pronto lo sabremos.
Lo único cierto al día de hoy es que a la economía española le ha llegado la hora de la verdad y que la crisis –ecnómica y política- puede llevarse por delante a Zapatero a todo al que a su gobierno se arrime. Esperamos acontecimientos.
Zapatero se ha quitado definitivamente la careta y bambi ha dejado paso al ogro feroz.Si Robbin Hood robaba a los ricos para ayudar a los pobres, Zapatero está haciendo justo todo lo contrario.
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