viernes, 18 de junio de 2010

NO LLEVEN A ETB A UN POZO SIN FONDO

El Lehendakari López reconoció el pasado miércoles que le gestión de la televisión pública vasca no termina de aprobar. El desplome del nivel de audiencia, básicamente de ETB 2, resulta incuestionable. Desde la entrada del nuevo equipo encabezado por Alberto Surio en Euskal Irrati Telebista, el segundo canal de la televisión vasca ha perdido al 35% de sus telespectadores. En tan sólo un año se ha pasado de una cuota acumulada del 14,7 % al 9,5%. Por no hablar de los otros medios públicos –radios , etb1 y etb3- donde las únicas emisiones que mantienen el pulso son aquellas en las que el equipo de Alberto Surio apenas ha tocado –Euskadi Irratia y Euskadi Gaztea-

Los cada vez menos nuevos responsables del Ente Público han variado sus argumentaciones a la hora de justificar el desmoronamiento continuado. Primero afirmaron que la caída de audiencia venía de antes –la culpa el equipo anterior-. Más adelante fue la repercusión de las emisiones en TDT y su ajuste en el mercado el razonamiento utilizado para contextualizar el declive. Pero la tendencia de caída libre continuó y así el nuevo señuelo al que imputar la crisis fue Sofres, la empresa medidora de audiencias que, según el staff dirigente de EITB, no sabe evaluar adecuadamente el impacto que las emisiones de la tele vasca tienen en los televidentes. (Nadie se había atrevido a decir algo así públicamente en los muchos años que recuerdo)

La última justificación al evidente fracaso de ETB 2 ha venido de la mano del Partido Popular que ha acusado genéricamente al PNV de estar detrás de un pretendido boicot a la televisión pública. Es decir que, cuando alguien utiliza desde el butacón de la sala de estar el mando a distancia eligiendo cadena y emisión, lo hace obedeciendo las consignas políticas de Urkullu y Ortuzar. (No veo yo a la cúpula jeltzale arengando a los telespectadores a que vean “el conquistador del fin del mundo” o que se pinche “el internado” o “Doctor Mateo” para hacer daño a los gestores de EITB)

No. No hay ni vudú, ni quintas columnas (en “V” sí). Ni Sofres nos tiene manía (eso sólo pasa con los profesores en la escuela). La razón de la caída libre es más simple. Obedece a que los cambios introducidos por el nuevo equipo no funcionan. Y los telespectadores se van a buscar otras ofertas que les atraen más. Así de fácil y de complicado a la vez.

El nuevo equipo de EITB y concretamente de ETB ha querido marcar perfil respecto a los responsables anteriores. Estaban en su derecho y, hasta cierto punto, era lógico.

Pretendieron “romper” el esquema establecido con una nueva programación con productos de alto riesgo. Contratos sin cláusula de audiencia que han hipotecado una programación anodina, sin perfil de cercanía, que pudieran emitirse aquí o en Baleares y que están provocando que los telespectadores vascos huyan de su cadena tradicional y habitual para refugiarse en otros medios que, a sabiendas de que no tienen ese perfil de proximidad, les garantizan contenidos, por lo menos, mas entretenidos o atractivos.

Y frente a ese fenómeno de espantada continuada (lo de pertinaz lo dejamos para la sequía), los gestores de Eitb se han refugiado en un numantino ejercicio de demostrar que su apuesta no era equivocada pese a que los datos objetivos demuestren lo contrario. Lo ha reconocido hasta el propio Lehendakari López cuando ha dicho que “tenemos que conseguir una televisión atractiva y atrayente, aunque sin perder la perspectiva de que ETB es una televisión pública y no debe hacer lo que sea por conseguir audiencia e ingresos publicitarios”.

Pero ETB 2, o sus responsables, siguen con la burra al trigo, haciendo caso omiso a quienes desde un principio les advirtieron que se equivocaban.

Eso, en lo que se refiere a la programación en genérico. Porque si hablamos de la televisión como servicio público o pieza informativa, el salto mortal ha sido de nota.
Es cierto que, de un tiempo a esta parte, el peso de la política en los informativos era demasiado y lastraba la agilidad de los teleberris. Pero de ahí a convertir los espacios informativos en una pieza amorfa que, pase lo que pase, debe durar 50 minutos, el salto es triple y con medio tirabuzón.


Sesgos políticos a un lado –de lo que habría mucho que decir-, los teleberris se han convertido, creo que por decisión propia de los gestores de Eitb- en un espacio sin interés. Carente de cercanía. Con noticias superficiales. Con muchos sucesos de aquí, de allá y de medio mundo. Algo sin gancho, de trámite. Con encuestas sin rigor, hechas alrededor de la sede y sin más motivo que ser un recurso a un tema de “actualidad”. Y ese desdén es el que en verdad mata la audiencia. La falta de rigor, de credibilidad, de interés es lo que invita al telespectador a la huida.

El pasado miércoles fue un ejemplo notorio y relevante de esa indiferencia que nos condena al fracaso.
Bizkaia en su conjunto vivía momentos de dramatismo con las lluvias torrenciales. Muchas cuencas fluviales estaban al límite del desbordamiento y miles de personas vivían con honda preocupación una situación límite que les afectaba directamente. ¿Dónde estuvo el servicio público de ETB?. En años anteriores, circunstancias como la vivida provocaron informativos especiales, conexiones en directo, despliegues extraordinarios y mensajes cívicos de las autoridades. Pero hoy, en la etapa del “cambio” y de la “profesionalización de la gestión” nos quedamos “in albis”. Nos quedamos con una oda a un “banco vació” de un parque en el que llovía. Impresentable , vamos.


Está bien que Patxi López nos anime a los ciudadanos vascos a ver ETB. Yo también me uno al llamamiento. Pero, por favor, esmérense un poco en la calidad del producto y devuelvan a ETB su carácter de medio apegado al territorio y a sus personas. Pónganse el buzo y demuestren que esta deriva no es intencionada. Reconozcan ya que están equivocados, porque, de lo contrario, van a llevar a los medios públicos de información a un pozo del que nadie los va a poder sacar. Y eso no lo quiere nadie. Mucho menos quien esto escribe.

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