viernes, 4 de febrero de 2011

LEGALIZACIÓN, "MISE EN PLACE"

Comienza la función. Aparece Lokarri. Hace el papel de conductor del evento. Explica su función de dinamización. Está en su objeto social.

En el patio de butacas se esperaba más expectación. Menos “vips” de los pretendidos en el auditorio. ¿Demasiada promoción para una película previsible?.También el público responde al perfil aguardado. Convencidos, confiados, crédulos, buenoides, y algún que otro esperanzado de última hora. Pocos escépticos y casi ningún impío. Vamos que grada favorable.

Se abre el telón. Comienza el momento. En el escenario dos protagonistas. Iñigo Iruin y Rufi Etxeberria. El primero da cuerpo a la norma. El segundo representa el alma.
Pretenden demostrar la inequívoca voluntad de emancipación de la Izquierda Abertzale.
Se han comprometido a dar los pasos necesarios para ganarse un sitio en la política. Y tienen que demostrar que su caminar no tiene marcha atrás. Iruin dará cuenta de los estatutos de la nueva formación que horas mas tarde registrarán para su legalización. Su formulación será impecable. Ajustada como un guante a la restrictiva ley de partidos. Incluso, en un golpe de efecto, harán referencia expresa a ETA en un intento definitivo de independencia.

En su discurso político Rufi intentará simplificar el lenguaje y la retórica tradicional de un grupo rehén del mensaje excesivamente elaborado. Pretende ser convincente y tal vez lo sea.

Es el primer episodio de una “mise en place” que busca impactos publicitarios. Los va a conseguir. La legalización o no de la Izquierda Abertzale lleva ganándose titulares desde hace tiempo. Y su último – o penúltimo- capítulo también tendrá como recompensa centímetros de tabloides y segundos en las ondas.
Pero el objetivo de la escenificación va más allá. Los “emancipados” pretenden algo más que publicidad. Reiteran que “saldrán del charco” ellos solos. Pero buscan incesantemente manos salvadoras que tiren de sus chaquetas para llevarles a suelo seco. Aún a riesgo de que se manchen los zapatos de todos. No les importa. Siguen instalados en aquella vieja clave de “acumulación de fuerzas”. Aunque ahora la utilicen para , con perdón, salvar su culo.

Tras el primer acto de Euskalduna, llegará el registro. El momento administrativo del sello. Madrid. La victimización de su propuesta. Han recorrido muchos metros y el contador para las próximas elecciones municipales y forales se ha puesto en marcha. Activan su temporizador. Propaganda y más propaganda. Saben la respuesta del Gobierno. Estatutos limpios, discurso positivo…pero. Siempre hay un pero.

El procedimiento es impecable. Sin embargo, detrás de la propuesta, del nuevo estatuto, del nuevo partido, siguen apareciendo los mismos agentes, los mismos protagonistas. Es su flanco débil. Y el asidero de un Gobierno precavido que se sacará la presión enviando el expediente al Tribunal Supremo. Allí, si es necesario, tiene mano que juegue sus bazas. Conde Pumpido.

El paso por ventanilla accionará un nuevo acto en la “mise en place”; la presión social. La Izquierda Abertzale, que no habrá conseguido nuevos apoyos en sus esfuerzos públicos de salir del charco, llamará a la movilización de la sociedad vasca. Necesita “extras” para masificar su apuesta. Y lo hará con un mensaje doble; legalización y paz. Al unir ambas pretensiones trata de forzar una amplia base de consenso; “la legalización nos garantiza la paz. Hagámosla posible”. Pero causa-efecto son incompatibles. Quien no lo entienda, equivoca el diagnóstico. Y la solución.

El siguiente capítulo será una pugna de los peones por ganar espacio en el tablero en un ejercicio táctico ya vivido en el pasado. Si la legalización no es automática, se activará el plan “b”; las agrupaciones electorales municipales. Si estas no prosperan, la alternativa “c”; las coaliciones con EA y Alternativa. Si tampoco fructifica, el voto subsidiado.

Y de una manera u otra estarán en la cita electoral. Porque, al otro lado, como en ocasiones anteriores, también habrá supervisores que, pueblo a pueblo, comarca a comarca, someterán las candidaturas a contraste. Al contraste de interés partidario. El mismo que ejercieron en el pasado. Legal o ilegal, depende.

La legalización inmediata, que hasta ahora era una prioridad ineludible, comienza a entenderse como un objetivo sí vital pero su consecución parece perder urgencia. Si no hay marca propia ahora la habrá en las próximas autonómicas. Si es ya, mucho mejor. Si no es posible, tocará más tarde.
La puesta en escena tiene guión. Trama, nudo y desenlace. Falta saber si llega el “segundo bote” del manifiesto enmascarado. Ese que Txelui Moreno anunciaba a voz en grito mientras la Guardia civil se llevaba a su hijo.
Quien quiera meterse al charco, que se ponga botas.

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