martes, 7 de junio de 2011

DERRIBAR LAS TRINCHERAS

La Asamblea Nacional y el Euskadi Buru Batzar, los dos principales órganos del Partido Nacionalista Vasco, han tomado una posición en relación a los posibles pactos postelectorales tras el 22-M.


El PNV no alimentará ninguna posición frentista. No participará en ningún pacto “contra” nadie. Sus representantes votarán a sus propios candidatos y eso hará posible que las mayorías surgidas de las urnas y las construidas en base a voluntades de consenso, se hagan con las riendas de las instituciones a conformar.

No hay, por lo tanto, ni componendas para “ilegalizaciones fácticas” ni “acumulación de fuerzas” identitarias.

El PNV, que vive instalado en la templanza de un tiempo a esta parte, ha vuelto a optar por el camino medio, por no estresar aún más a una sociedad que necesita espacios de oportunidad para experimentar una nueva convivencia.

No son pocos los que desde la opinión publicada reprochan a los jeltzales “haber dejado el campo libre a la Izquierda Abertzale para gobernar en Gipuzkoa”. Se olvidan, los articulistas y los políticos que así opinan, que fue la ciudadanía la que con su respaldo en las urnas vaticinó quienes les representaban mayoritariamente.

Son los mismos quienes exigen a la formación que lidera Urkullu, que sume sus votos con los “demócratas”(PSE-PP), para evitar una “catástrofe” que , pese a ser tan anunciada, seguramente no tendrá ni los tintes dramáticos que auguran ni será tan perniciosa para el conjunto de la sociedad.

Porque, a buen seguro, la Izquierda Abertzale integrada en Bildu, será la mayor interesada en hacer una gestión asesada y digna. Es su reválida con la “realidad” y pese a que hasta ahora su mensaje haya resultado radical y provocador, una cosa es “predicar y otra dar trigo”.

La no tensión social es un valor nuevo en este tiempo distinto que se abre en Euskadi. Y el PNV así lo ha entendido.

Además, resulta curioso observar cómo quienes reclaman ahora al PNV “sumarse al carro del PSE y PP” son los mismos que mantienen la alianza nacida para desalojar al propio PNV de las instituciones vascas. ¿Cómo puede pedir Patxi López al PNV que se sume a alternativa si esta surgió para llevarle al ostracismo institucional?.

Falta memoria y sentido común, el menos común de los sentidos.


Seguramente, el próximo sábado, en la constitución de los ayuntamientos, se contemplarán episodios puntuales en los que la premisa de la “no agresión” se rompa. Siempre ha habido acontecimientos extraordinarios que confirmen la regla y que obedezcan más a “historia local” que al tránsito general. Serán las excepciones.

Lo que ahora se impone es que las instituciones se vayan conformando sin la crispación de antaño. Con normalidad democrática. Con respeto a las mayorías. Así, habremos dado un paso de gigante para que las trincheras políticas instaladas en este país sean derribadas y comencemos a construir los puentes que tanto necesitamos.

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