viernes, 3 de junio de 2011

UNA APROXIMACIÓN A LOS RESULTADOS ELECTORALES Y SUS CONSECUENCIAS

1.-Una mesa con cuatro patas


Simplificación del mapa político. La mesa política tiene cuatro patas. PNV, Bildu-Izquierda Abertzale, PSE, PP. Dos tendencias en cada espectro ideológico-identitario.


Desaparecen los partidos pequeños. Aralar se disuelve y, probablemente, su electorado y sus dirigentes se sumarán al proyecto de la Izquierda Abertzale. Los partidos “Pepito grillo” no tienen opciones ahora. No significa que en un futuro reaparezcan.

2.-La nueva Izquierda Abertzale

El ascenso-irrupción de Bildu-Izquierda Abertzale obedece a múltiples factores. La apuesta por vías civiles y políticas en contraposición a la dependencia de ETA. Durante los últimos años, la tendencia político-militar había dejado muchas bajas en el camino. Bajas provocadas por el desapego, el cansancio, la falta de coraje frente a la “vanguardia”. La apuesta “civil” ha resucitado a todos y los ha incorporado al proyecto.

Además, no han sido pocos los electores que se han acercado hasta las urnas para dar un espaldarazo a la esperanza de paz y de convivencia en ciernes. Ambas premisas han resultado cruciales a la hora de muchos apoyos a “Bildu”, una premisa que la Izquierda Abertzale no debiera dejar en saco roto, pues gran parte de su premio se sustenta en esta expectativa.

Por otro lado, la campaña de victimización de la Izquierda Abertzale – ilegalización, procesos judiciales y mediáticos- ha servido como un acelerante en todo el conglomerado. Como agitar una gaseosa que una vez destapado el corcho hace que su espuma suba y suba. En esta situación, Bildu-Izquierda Abertzale ha jugado el papel de la víctima acosada y maltratada que ha ganado múltiples simpatías. Sin el perfil estridente de épocas pasadas, Bildu ha causado un sentimiento de solidaridad, con apoyos de simpatía y cercanía.

Si a los electores se les hubiera permitido depositar dos papeletas, muchos hubieran votado con una mano al PNV –garantía de gestión- y a Bildu por simpatía.

Además, no hay que olvidar que durante años se había privado a mucha gente de expresarse libremente. Muchos se habían abstenido por no encontrar motivación suficiente. Ahora han superado el tedio y han ido a votar, simplemente por novedad y por amparo a quienes veían injustamente apaleados.

Por otro lado, Bildu, sin un programa concreto, simplemente con la ilusión por una nueva oportunidad, sin la radicalidad y la violencia como freno, ha sabido aglutinar a todo el voto del universo MLNV que existía. Así, ha conseguido mantener la potencia de los antiguos votos nulos, ha sabido asimilar una parte del voto residual de EA y se ha comido literalmente a Aralar.

Otra novedad en relación a Bildu es la colocación de candidatos/as de proyección.
Es decir, cabezas de cartel de edad más o menos joven, con una presencia no radical, con imagen renovada, con proyección y sin discursos que asusten al electorado (no ha habido referencia a los presos hasta el final). Esas nuevas candidaturas, sumado a los efectos anteriores ha hecho que recuperen plazas que antaño le fueron tradicionales (Costa) y ha arraigado de especial manera en la zona rural, en la que han desplazado a candidaturas ya con demasiada solera – de larga tradición- como podían ser algunas listas del PNV.

Y, en relación a Bildu-Izquierda Abertzale otra consideración más; las organizaciones o movimientos de la Izquierda abertzale siempre han demostrado capacidad organizativa. Aún desconociendo su estructura, sus cuadros y hasta el esquema organizativo en el que trabajan, han demostrado pulso y nervio en todo el territorio. Hay una espina dorsal y un sistema nervioso que funciona y actúa. Algo que el PNV mantiene, todavía en Bizkaia, pero que, desgraciadamente, creo que ha dejado de funcionar en el resto de territorios.

3.- El premio-castigo del electorado.


He mantenido en numerosas ocasiones que si bien la gestión aseada y positiva no renta resultados –no penaliza que no es poco-, el gobierno desaliñado, descuidado, prepotente, alejado de la ciudadanía o al margen la misma, castiga con severidad. Castiga igualmente la trifulca interna, el desencuentro y el lío.

Así se ha demostrado en todos los casos. No solo en los correspondientes al PNV, sino también en los demás partidos. El caso Loly de Juan en Basauri es ejemplo palmario. El PNV ha ganado en Basauri no por méritos propios – aunque la candidatura y la organización interna hayan trabajado bien- sino por el rechazo popular que generaba la candidata socialista.

Lo mismo puede decirse de lo que nos ha acontecido en Zaldibar, Orozko, en Barrika donde aun ganando el margen es mínimo, o en Zalla, municipio en el que el voto-castigo es apreciable por todos menos por el candidato a alcalde.

Además, en el caso del PNV, se puede encontrar otro factor determinante a la hora de valorar la pérdida de alcaldías. La formación jeltzale ha mantenido candidaturas o listas de prolongada trayectoria que, aun acabado su ciclo, se han vuelto a presentar. Se trata de personas honorables, de buena gente, que, además se ha prestado a formar parte de las listas, pero que no tenían ya mayor recorrido.

El PNV vizcaino ha notado cómo el desgaste ha llegado en zonas rurales (Mañaria, Lemoa, Orduña…). Pero dicho desgaste también lo ha percibido en otros municipios en los que, aún ganando, la oposición se ha notado notablemente con empuje. Un empuje que llega a ser amenazante (Karrantza, Lanestosa , Markina, etc)

La decisión de Bizkai Buru Batzar de adelantar los procesos internos de elección de candidatos ha sido y es la vía para atajar estos problemas. En esta ocasión, el PNV ha volcado su esfuerzo en lo que ha denominado “municipios estratégicos”, en el área metropolitana, en la que se concentraba el mayor número de votos y la experiencia ha sido positiva. Quizá en esa tesis, el PNV haya descuidado un poco el “extrarradio” y sea esta una de sus asignaturas pendientes.

Para seguir siendo hegemónico, tanto en Bizkaia como en el país, el PNV deberá afanarse en el futuro en encontrar alternativas (candidatos/as) con proyección en todos los municipios con antelación suficiente para hacerlos conocidos con el electorado local, para que interactúen con el mismo. Todos sabemos que el “voluntariado” en la política y más en la política municipal, está en horas bajas, pero es nuestro reto. O se buscan caras reconocibles y con proyección, o la alternancia de Bildu y de las “listas independientes” le pasarán por encima.

Y una cosa más; allá donde se aprecie mala gestión o no haya capacidad de futuro, los partidos políticos –todos- deberán actuar, más allá de los apoyos tribales que cada cual atesore en las organizaciones locales.

4.- La marca PNV sigue siendo fuerte en Bizkaia.

Está claro que unas elecciones municipales y forales son diferentes a otras formas de sufragio. Hay muchos condicionantes que influyen. Pero, dejando esto a un lado, de la lectura de los resultados del 22-M, podemos colegir que, al menos en Bizkaia, la marca PNV siegue teniendo pujanza. Los datos están ahí y resultan elocuentes.

Otra consideración que apoya esa tesis. Hay 18 municipios en los que el PNV ha perdido en los comicios locales y en los que, por el contrario, ha ganado en las elecciones forales. No es que haya sacado más votos, sino que de perder se ha pasado a ganar. Como ejemplos más notorios están Bermeo o Etxebarri (el más notable), municipio en el que una candidatura independiente lleva ganando cíclicamente las elecciones municipales (con marcada influencia socialista) y que, en esta ocasión, el PNV ha sido la lista más votada en la urna foral.

El PNV sigue estando fuerte en Bizkaia, es la marca de referencia pero, ojo al desafío de lo nuevo en ciernes que tras sus magníficos resultados, tendrá la ambición de arrebatarle la hegemonía. Y para ello cuentan con un elemento a su favor; son los “nuevo” frente a lo de “siempre”.

Tendrán muchas cosas que demostrar y, seguramente contradicciones internas pero son realmente una amenaza. Ese momento tuvo su equivalente en la escisión, cuando EA, con unos resultados próximos al PNV se convirtió en lo “moderno” frente al “viejo PNV .

Esta amenaza no es desdeñable y el PNV deberá ponerse las pilas y “reinventarse” de alguna manera para seguir cosechando la confianza de la mayoría.

Para ello será necesario;

Refortalecer la estructura interna, con conexión en todo el territorio; regenerar los cuadros internos e institucionales; refrescar el mensaje y la imagen (el PNV es serio y debe seguir siéndolo pero necesita más aristas y entre ellas una imagen complementaria de refresco); adecuar la forma de gestión institucional (no se puede gobernar sin tener en cuenta en todo momento a la opinión de la gente. Se imponen nuevos modelos participativos, directos o virtuales).

En suma, el PNV deberá reinventarse en lo interno y en lo externo y, ahora, en las puertas de una nueva Asamblea General, parece llegarle el momento.

5.- El PSE- PP

Si algo ha quedado en evidencia en estas elecciones ha sido el fracaso de la opción PP- PSE. Los primeros han sido incapaces de rentabilizar la bajada electoral socialista. Ni tan siquiera los vientos favorables del Estado han conseguido vigorizarlos. Cosa diferente es que, de aquí en adelante, en la medida que se aproximen las elecciones generales, el viento del sur también empuje en el ámbito vasco. Su principal incidencia será el ámbito metropolitano –donde el PNV ha tenido, en Bizkaia, un magnífico resultado- en el que el fenómeno de “vaso comunicante” de voto “español” se puede dar.

Pero la presumible “pujanza” del PP será un problema a medio plazo. En las próximas elecciones generales.

En el caso del PSE, estas elecciones han resultado catastróficas. En Bizkaia mantienen la primacía en Portugalete, Barakaldo, Trapagaran (a escasos 20 votos del PNV) y Ermua. Su resultado en Juntas Generales ha sido demoledor (han perdido 5 escaños) y la estabilidad del exiguo Gobierno vasco está en entredicho. El PSE va a vivir momentos convulsos. Bien por la situación general del PSOE como por la inestabilidad acuciada del Gobierno López. No es descartable una crisis gubernamental en la que se situarán como nuevos consejeros los “orgánicos” del PSE con un Rodolfo Ares como hombre fuerte. Pastor puede tener los días contados y podrá tener relevancia a futuro la figura de Mikel Torres.

Pero eso es harina de otro costal. Las declaraciones de Patxi López ante los suyos en el Comité de Euskadi, abren todas las hipótesis. Hipótesis que analizaremos más adelante.

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