miércoles, 5 de octubre de 2011

DUPLICIDADES, GOBIERNO TRAMPOSO

Alguien ha dicho que en mi casa se gasta demasiado en suministro eléctrico. Quizá sea verdad pero yo no tengo esa percepción. Bien me cuido de no tener luces encendidas cuando no son necesarias o que los electrodomésticos rindan eficazmente. Pero quizá sea cierto que, pese a todo, mi consumo energético esté por encima de las necesidades.


Lo que no puedo llegar a entender es que quien me diga que derrocho energía lo haga sin conocer los datos reales de mi contador y bajo el paraguas escasamente empírico de la percepción exterior de que mi vivienda está sobreiluminada.

Algo parecido es lo que ha ocurrido con el denominado “informe de duplicidades” que ayer envió el Gobierno de López al Parlamento y que publicitó con una golosa nota de prensa que los medios han reproducido sin ningún rigor crítico y contraste (algo a lo que estamos acostumbrados para mayor gloria del Gobierno del oasis).

El Gobierno vasco ha presentado en la Cámara autonómica un informe tramposo, plagado de generalidades y de datos no contrastados. Lo que extraña del estudio es que empresas de reconocido prestigio lo hayan avalado con su firma –para descrédito de las mismas-, pero , ya se sabe, en momentos de crisis, lo importante es facturar y cobrar.


¿Por qué es tramposo el informe?. Muy sencillo, porque se ha diagnosticado una situación sin que una parte importante del universo analizado haya participado en el mismo y los datos correspondientes a sus ámbitos respectivos, o no se hayan obtenido, o se han calculado a ojo de buen cubero. Vamos que han medido el consumo energético de mi casa mirando desde la calle para comprobar, si a través de mis ventanas se ven o no las luces encendidas del salón.


El problema se encona no por la falta de rigor, sino por la tendenciosidad de la prueba practicada. Es decir, que, desde que se encargó dicho estudio se sabía cuales debían ser los resultados del mismo.


Me explico. El 22 de junio de este año, incluía una entrada en este blog titulada “la carta extemporánea”. En dicho artículo relataba cómo el Secretario General de la Presidencia del Gobierno López, Manu Salinero, había remitido a los entonces diputados generales en funciones (Markel Olano, Xabier Agirre y Jose Luis Bilbao) un escrito pidiéndoles que sus respectivos ejecutivos (también en funciones) nombraran a un representante para coordinar un estudio que analizara las posibles disfunciones y duplicidades existentes entre los distintos niveles institucionales de Euskadi.

La tesis tenía como origen una Proposición No de Ley aprobada en el Parlamento vasco el pasado 3 de febrero que instaba al Gobierno vasco a aclarar en ámbito competencial y de gestión de las administraciones vascas.


Lo curioso del caso es que el Gobierno “normalizador” asumió dicha tarea meses más tarde y comunicó a las Diputaciones la puesta en marcha del informe el día 23 de mayo. Sí, no se lo pierda el lector. La carta remitida por Salinero a los diputados generales (en funciones) fue fechada y enviada veinticuatro horas después de que se celebraran las elecciones forales.

Las diputaciones contestaron al Gobierno que su pretensión no tenía sentido, ya que se desconocía qué equipos de gobierno se formarían en los próximos días, por lo que nombrar a un representante en aquel momento era una temeridad. Tan temeridad que Olano y Agirre salieron de los respectivos palacios forales y en los mismos se instalaron Martin Garitano y Javier de Andrés representando a Bildu y al Partido Popular respectivamente.

Al Gobierno de López le daba igual los cambios. Había que hacer un informe y sin diputaciones –ni antiguas ni actuales-, ni ayuntamientos (que estaban en la misma coyuntura), tiraron para adelante. Encargaron su dictamen y miraron desde fuera de las ventanas ajenas para constatar si había mucha o poca luz en el interior de los entes forales y municipales.

La conclusión de aquel fiasco es el informe presentado ayer y que será sometido, según anunció el lehendakari, a una comisión de expertos. Espero que Garitano y De Andrés digan algo. El Gobierno tramposo imputa a sus instituciones – y también a la de Bizkaia- un derroche que ha tasado en más de cuatrocientos millones de euros (más el coste del informe en cuestión).

El caso no tiene ni un pase, más allá de la tendenciosidad y la burda manipulación política que se oculta tras el panfleto presentado.


Que existen duplicidades nadie lo oculta. Hace unos años, con Ramón Rabanera de Diputado general de Araba, esta institución encargó a Milagros García Crespo elaborar un análisis en tal sentido. La conclusión final de aquel encargo fue que la mayor parte de las duplicidades residían en la gestión del gobierno, presidido entonces por Ibarretxe. Cosas de la vida y de una política miope de endosar a los demás la responsabilidad de los problemas existentes.

Espero que los “expertos” anunciados por el Lehendakari para dictaminar las duplicidades existentes en la administración vasca lo sean de verdad y echen por tierra esta grosera maniobra presentada a bombo y platillo. O, a lo mejor, y siguiendo la tradición de este Gobierno, los peritos elegidos por Salinero y compañía nos saben explicar a los incultos como yo en qué consisten “los principios de Arquímedes”. Apaguen la luz al salir.

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