lunes, 14 de noviembre de 2011

VOTAR CON LOS PIES Y VOTAR A PATADAS

Los comicios del próximo domingo se presentan como una cita un tanto lejana al ciudadano. Por lo menos al ciudadano vasco.



Se elige a los diputados y senadores que conformarán las próximas Cortes Generales en Madrid. Y ahí está el factor que distorsiona el enfoque.

Las formaciones políticas del ámbito vasco se afanan en mentalizar a sus electores de la importancia de su voto. No porque con él puedan hacer bascular un gobierno u otro. Sino porque todavía son muchas las decisiones tomadas allí que nos afectan individual y colectivamente. Tener una presencia numerosa o decisiva en el parlamento español, puede servir, por lo tanto, de dique de contención de medidas y leyes que pretendan influir en el desarrollo del autogobierno vasco y, en definitiva, en nuestros intereses particulares.

Autogobierno es mucho más que un fetiche o una palabra vacía de contenido. En nuestro caso, en Euskadi, es sinónimo de calidad de vida, de modelo de bienestar. Lo hemos experimentado en los últimos treinta años (hasta quienes han estado ajenos o en contra de esa construcción nacional del día a día lo reconocen). Treinta años de autogobierno nos ha permitido construir un país, prácticamente desde la nada. Un país con prestaciones y servicios públicos modernos, con pujanza económica –debilitada con la crisis pero mucho más solvente que la española-. Una sociedad imperfecta pero con futuro. Y la ciudadanía lo reconoce. No hay encuesta, propia o ajena, que no identifique que la mayoría de los vascos valoremos mejor nuestra situación que la de nuestros vecinos. No hay estudio sociológico que no reconozca que, si tuviéramos la oportunidad de elegir dónde vivir, no cambiaríamos Euskadi por ningún otro lugar.

Esa autoestima, ese reconocimiento es el que debiera llevar a buena parte del electorado a votar con los pies.

“Votar con los pies” es un concepto que tiene su origen en los Estados Unidos de América, ligado a la migración interna de los estadounidenses, quienes viajan y escogen vivir en el estado que más bienestar les promete. El traslado se justifica en los mayores beneficios particulares que reciben las personas o familias por habitar en un sitio en relación con otro. Es asumido como una opinión y aprobación del ciudadano sobre la gestión de los gobernantes, y está referido a asuntos comparativos en cuanto a la calidad brindada en servicios públicos, en seguridad, en la garantía de trabajo o en el cobro de impuestos de cada gobierno en su zona de influencia.

El voto con los pies es un voto silencioso, es una decisión tomada en la intimidad y vinculada a las mejores condiciones de vida de las personas. Un voto reflexivo, meditado y contrastado, que busca, en todo caso, la mejor opción personal o colectiva.


Votar con los pies no significa votar a patadas. Eso es otra cosa. Todo el mundo tiene derecho a votar a quien considere. Hasta aquellos que afirman sin ningún rubor que, de salir elegidos, ocuparán puntualmente sus escaños. Parlamentarios “intermitentes” en su función representativa de teatro o espectáculo (nada han dicho de cobrar también puntualmente. En eso no serán intermitentes).

Votar a patadas es no reconocer ni la más mínima crítica y desacreditar al que no piense como ellos. Votar a patadas es utilizar la libertad de expresión que da un medio como DEIA para insultar a diestro y siniestro en los comentarios anónimos de Internet. (Como “Gara” no admite “comentarios” en su página web, algunos de sus lectores desahogan sus más bajos instintos en medios de comunicación abiertos como éste).

Votar a patadas es creerse superior. Negar la pluralidad de las ideas a través de la difamación y la calumnia. Votar a patadas es sentirse impune para, a través de Internet, explicitar su odio irracional.

Queridos “usuarios enmascarados” que accedéis a esta página web. Os dejo una última cita para que cebéis vuestros próximos comentarios: “Los 50 años de ETA no han servido”.


No lo digo yo. Lo afirma Maite Aristegi, cabeza de lista de la Izquierda Abertzale por Gipuzkoa. Votadla a patadas si sois coherentes.

2 comentarios:

  1. Lo dice Maite Aristegi, cabeza de lista de AMAIUR por Gipuzkoa!!, ya va siendo hora de que tengáis más respeto por lo que representa Bildu y lo que ahora representa AMAIUR, coalición electoral de EA, ARALAR, ALTERNATIBA e Izquierda Abertzale!
    No entendistéis, con todo respeto, lo que era BILDU y ahora tampoco entendéis lo que representa y quiere representar Amaiur en Madrid.
    Quién está sumando poco a poco?, entre diferentes y respetando lo que cada fuerza trae como bagaje.
    Evidentemente, Kolod, Maite dice muchas más cosas.

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  2. Entiendo perfectamente lo que fue Bildu y lo que hoy es Amaiur. Entiendo el tránsito que debía hacer la Izquierda Abertzale y el esfuerzo titánico por soltar amarras y adaptarse al ámbito político. Claro que lo entiendo y me parece meritorio. Lo que no puedo entender es la falta de humildad, la carencia de autocrítica y la "harrokeria" con la que , en demasadas ocasiones comparecen su dirigentes. En política todos debemos estar acostubrados a la crítica - yo también, por supuesto que me confundo muchas ves- Lo que me preocupa son los tics del pasado que permanecen.

    Maite Aristegi dice muchas cosas en la entrevista de "El Mundo". Faltaba más. pero también dice lo que señalo en el post. A otros por manifestar algo semejante se nos ha atacado fieramente sin más argumento que el insulto. espero que ese "acuerdo" entre diferentes pueda prosperar desde el respeto. Sería un éxito para todos. No sólo para la Izquierda Abertzale

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