jueves, 2 de febrero de 2012

MI DESPEDIDA EN EITB

El pasado martes, el Consejo de Administración de EITB, conoció mi decisión personal de renunciar a mi condición de consejero del Ente, puesto en el que ininterrumpidamente me mantenía –por designación parlamentaria- desde 1995.


Para explicar, no mis razones, sino mis sensaciones en esta despedida, remití una carta que pedí fuera distribuida, entre los consejeros/as así como al Director General. Un nuevo “error” de interpretación hizo que mi misiva no circulara, según mi expresa voluntad, y sólo tras mi ulterior queja ha sido remitida a los representantes del Consejo de EITB a través del correo electrónico.


Toda vez que su contenido no revela cuestiones privadas ni aspectos sustanciales del funcionamiento de ese órgano, me permito reproducirla en este blog.

“Presidente de turno del Consejo de Administración de Euskal Irrati Telebista
EITB - Bilbao
Capuchinos de Basurto, 2
48013 Bilbao

Bilbao 13 de Enero de 2012

Estimado presidente:

Con fecha 27 de diciembre de 2011 he remitido a la Presidencia del Parlamento Vasco mi renuncia al cargo de representante de dicha Cámara en el Consejo de Administración de EITB. Lo he hecho por motivos personales que no viene al caso relatar en este escrito.

Renuncio tras haber formado parte de este Consejo de Administración, en representación parlamentaria, desde el año 1995 y de manera ininterrumpida hasta el día de hoy. He conocido, por lo tanto, a diferentes Directores Generales del Ente, a distintos equipos directivos y a un numeroso grupo de compañeros y compañeras que me han acompañado en la defensa y el control democrático de este grupo público de comunicación.

Ni que decir tiene que en todo este tiempo he vivido vicisitudes diferentes en el devenir de Euskal Irrati Telebista. Ha visto nacer cadenas, crecer emisiones y medios, sedes, desarrollos tecnológicos. He convivido con la tensión diaria de nuestros medios para ganar la batalla de la audiencia, de la notoriedad, del respeto de la ciudadanía, del servicio público, de la defensa y normalización del euskera. He padecido, junto a todos, el azote del terrorismo contra este grupo y sus profesionales. He participado también, quizá más de lo conveniente, en debates políticos estériles que, ahora y en el pasado, han trasladado hasta este foro una tensión que correspondía a otras instancias.

Desde 1995 hasta hoy, y por encima de otras consideraciones, he pretendido defender los intereses de este grupo de comunicación. De nadie más. Porque mi designación y mi convicción así lo requería. Siempre, y lo he repetido en más de una ocasión en las sesiones celebradas a lo largo de este tiempo, defendiendo los colores de mi camiseta, los colores de Euskal Irrati Telebista.

Sé que me he equivocado muchas veces a la hora de expresarme o de tomar decisiones. Pero nunca lo he hecho como consecuencia de intereses bastardos. Como creo que lo han hecho todos los que se han sentado en ese Consejo hasta el día de hoy. Pido disculpas por mis defectos y por mis errores.

No creo equivocarme ahora al considerar que el tiempo que vivimos se corresponde con el de mayor dificultad para el conjunto de Euskal Irrati Telebista. La coyuntura económica negativa, la incertidumbre del mercado audiovisual y la caída sostenida de audiencia hasta límites históricos, han roto la trayectoria de estabilidad de esta institución. La estabilidad se gana con credibilidad, con cercanía, confiando en la profesionalidad de quienes durante años han mantenido el nivel de unos medios sentidos y apreciados por la ciudadanía vasca. No con decisiones erráticas y bisoñas que, una vez fracasadas, no se enmiendan, quizá por orgullo mal entendido.

No es mi intención reprochar nada a nadie. Simplemente evidenciar mi preocupación por la falta de rumbo, o por la no alteración del mismo cuando las fórmulas empleadas para obtener el triple objetivo (formar, informar y entretener) que los medios de comunicación públicos aspiran, no se cumple. Confío, a pesar de todo, que esta situación se subsane y que, gracias a la profesionalidad demostrada por quienes aquí trabajan, se recobre la confianza en el sector público vasco de medios de comunicación.

EITB nació como una pieza básica en el entramado institucional de este país. Espero y deseo que su porvenir supere todos los obstáculos que hoy en día amenazan su progreso.

Una última consideración, y ésta sí, contiene, una cierta dosis de crítica. He conocido – lo reitero- muchos equipos directivos. Jamás, como ahora, he visto una actitud tan opaca de la dirección en relación a los consejeros y consejeras de este Ente. Preguntas que no se responden, documentación que no se aporta, informaciones que no llegan, órdenes del día configurados por el Director General no por el presidente de turno…Sé que las competencias de este Consejo de Administración son limitadas. Siempre lo fueron. Pero, señor Director General, haga un esfuerzo por tratar a estos representantes que, una vez al mes se reúnen con usted, de una manera más respetuosa y más transparente. Seguro que así, a usted y al conjunto de EITB, le irá mejor.

Esa es mi aspiración. En la confianza de que quien me sustituya lo hará mejor que quien esto suscribe; reciban mis mejores deseos para este año 2012.

Koldo Mediavilla Amarika “

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