viernes, 16 de marzo de 2012

EXPORTACIONES VASCAS Y BILDU

Cada vez que sale a la luz un dato económico nuevo cunde el desánimo. Ni brotes verdes ni “signos positivos” que diría De Guindos. La industria vasca, motor de nuestra economía, se resiente de la inactividad general. Como es sabido, nuestra actividad industrial tiene tres ámbitos básicos en los que sustenta su acción. El mercado español, el consumo interno y las exportaciones. Cada uno de ellos, prácticamente a tercios, hace que el resultado de nuestra industria sea positivo o negativo.


El mercado español se encuentra en franca recesión y, pese a las declaraciones del Ministro de Economía y Competitividad, los vigías que otean el horizonte mantienen su predicción de que “no hay tierra a la vista”. El consumo interno sigue contraído. El notable crecimiento del paro, el recorte de las cuentas públicas, la falta de estímulos y de inversión hacen que el gasto familiar se achique.

Sólo las exportaciones sostienen la esperanza de crecimiento. Francia y Alemania, destino de buena parte de nuestros productos industriales, no terminan por arrancar y eso lo notan nuestras factorías. Pero no todo el mundo está en crisis. El mundo, por lo general, crece y a un ritmo notable. Crece la actividad en Estados Unidos y ese progreso se constata con mayor ritmo en otras partes del planeta. En China, India, Latinoamérica... La crisis no es mundial. Es fundamentalmente europea.


Encontrar ese nuevo nicho de mercado es el objetivo básico de la industria vasca. Incrementar las exportaciones haciendo que la balanza externa gane peso respecto al mercado español es el desafío. Abrir las puertas de esos mercados debe ser la prioridad de la política industrial del país. Una política en la que las administraciones públicas deben poner todo su empeño para acompañar y ayudar a las empresas vascas a vender sus productos allí donde haya demanda.

Una delegación político-empresarial del Gobierno vasco, presidida por el lehendakari visita la India en los próximos días. El país asiático crecerá este año cerca del 7% -lo ha venido haciendo al 9% en los últimos años- y su desarrollo sostenido en el tiempo presentan a este país como la “segunda China” en el nuevo mapa económico internacional.

Explorar sus potencialidades y aprovechar las oportunidades que aquel inmenso país –el segundo en volumen demográfico- pueda reportar a las empresas vascas no resulta desdeñable. Todo lo contrario, y como tal debe reconocerse.

En el otro punto del globo, en el hemisferio sur, Chile es, junto Australia, el país con mayor crecimiento en 2012 de cuantos integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y su tasa de expansión del 5,1% se ha visto recortada transitoriamente al 4%, si bien las perspectivas para el próximo año se mantienen estables alrededor del 5%.

Hasta allí se han desplazado una treintena de Pymes vizcainas y las dos universidades de la mano de la Diputación Foral de este territorio. El objetivo, el mismo, abrir mercados a nuevas exportaciones vascas (Chile es el tercer mercado en importancia para las empresas de Bizkaia en América latina).


Los resultados de ambas iniciativas institucionales se verán en el medio plazo, pero esa apuesta exterior llevada a cabo por el Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia, es el camino adecuado para que, no sin esfuerzo, Euskadi pueda recobrarse de la actual crisis e iniciar un nuevo ciclo industrial de avance y consolidación. Un nuevo ciclo de menor dependencia con el mercado español que tardará, aún años en salir del agujero en el que se encuentra sumido.

Pero no todas las instituciones del país mantienen ese compromiso decidido por acompañar a nuestro tejido productivo para salir de la crisis.


Gipuzkoa padece la inanición de una administración atrapada entre la espada de la gestión y la pared de un discurso de revolución insostenible. Ni un estímulo a la inversión, ni una medida que mitigue la dureza de la crisis.


Su Diputado General, Martin Garitano ha anunciado medidas de reactivación económica, pero su aprobación, como dice José Mota, no será hoy sino mañana. Garitano esperará a mayo para presentar su plan anti crisis. Eso, si la recaudación se lo permite. Quizá Garitano desconozca que los recursos públicos provienen de la riqueza generada, básicamente, por las empresas. O, lo que es lo mismo, que si no hay actividad, tampoco habrá dinero para la Diputación. Aunque pretenda mantener a la vaca permanentemente enchufada a la ordeñadora.

Eduardo Zubiaurre, presidente de ADEGI, le ha dicho muy educadamente que la parálisis gobernante de Bildu condena a Gipuzkoa a la recesión. Que hay que espabilar. Pero ni por esas.


El único estímulo conocido es que Gipuzkoa también se apunta al tema de la exportación. Sí, exportará basura. Toneladas de desperdicios a Soria y Guadalajara. ¿Será ese el concepto de innovación que nos reserva la Izquierda Abertzale?

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