martes, 6 de marzo de 2012

A GARITANO LE IMPORTA POCO

 El pasado fin de semana, el diario de cabecera de Vocento publicó una entrevista al Diputado General de Gipuzkoa , Martin Garitano.


El máximo responsable institucional de Bildu se enfrentó a la interviú de manera pragmática. Respuestas cortas, sin salirse de la ortodoxia. Garitano supo encarar las cuestiones de “política pura” sin fisuras, con un discurso oficial rocoso, más anclado en la liturgia del tiempo antiguo que en el nuevo. Es decir con un mensaje  extraordinariamente  elaborado, falto de frescura y de autocrítica.

Donde Garitano zozobró fue en los interrogantes vinculados a la gestión. Como si ese campo fuera para él, terreno embarrado en el que es mejor  sacar el balón de un fuerte puntapié. El Diputado General de Gipuzkoa  afirma que Bildu “siempre ha sido contraria a EUDEL por razón de la territorialidad”.  Primer error. No todos los componentes de Bildu –salvo que ya la coalición se haya convertido en argamasa unitaria- han sido contrarios a la Asociación de Municipios Vascos (EUDEL). Eusko Alkartasuna y sus ediles han participado en EUDEL  y uno de sus representantes ha sido vicepresidente de esta entidad hasta hace poco tiempo.

Tampoco es cierto que EUDEL sólo responda al ámbito territorial de la Comunidad Autónoma Vasca. En sus propios estatutos se afirma que el ámbito de actuación de esta entidad está abierto al conjunto de Euskal Herria , siendo que  los municipios navarros que así lo han querido, por la mayoría de sus plenos municipales,  forman parte de esta asociación. Algo incontestable que Martin Garitano o desconoce o desprecia.

Lo que ocurre, es que la Izquierda Abertzale denosta todo aquello que no controla y  EUDEL se le resiste. De ahí que ahora, en un movimiento  que les retrata,  intentan vaciar de adhesiones guipuzcoanas a la entidad de corporaciones locales. Vaciar de contenido para crear una nueva asociación  con su sola presencia. Pluralismo democrático que se dice, aunque se olviden que  el resto de formaciones políticas, pese a tener menos alcaldes  tienen una amplia representación en concejales  cuya opinión y decisión a este respecto  se vería vulnerada por el rodillo “progresista” del “ordeno y mando yo”.

Segunda consideración; el Diputado General de Gipuzkoa vuelve a patinar  cuando se le pregunta por el tema de la gestión de las basuras y el casi extinto convenio con Bizkaia para el almacenamiento temporal de sus residuos en este territorio. Así, Garitano afirma inicialmente  que su Diputación “tiene más alternativas que Bizkaia”. ¿Cuáles? –se le pregunta-. “las veremos en su día. Nuestro proyecto está muy lejos de la improvisación”. Argumento indefinido, como la mayoría de su política de gestión. O se está en reflexión o se verá en su momento. Y , pagar, lo que se dice pagar,  se pagará “con dinero” como expresó su portavoz a preguntas  de la oposición en las Juntas Generales.

Cuestionado por la controversia pública del “puerta a puerta”, Garitano se muestra tajante, enérgico diría yo. “También hay gente que no termina de ver que se prohíba fumar  en los bares. Son decisiones políticas que hay que adoptar –dice-“.

Y cuando el entrevistador insiste en la finalización del acuerdo con Bizkaia para el depósito temporal de sus basuras, el Diputado general de Gipuzkoa  responde  irritado. “hay un acuerdo con la Diputación donde aparece la posibilidad de una prórroga”. “Lo escrito, escrito está” . Ya, pero para que un convenio se prorrogue debe haber voluntad de las partes, y , también, compromiso  de quienes los sustentan de  cumplir con lo pactado, es decir que las  basuras guipuzcoanas  se depositaran en Bizkaia en tanto en cuanto la Diputación de aquel territorio culminara sus infraestructuras para poderlas gestionar en su ámbito. Y , como ni hay planta de incineración, ni nuevas infraestructuras, ni intención de llevarlas adelante (sólo reflexión estratégica), pues el acuerdo se extingue.

Cada cual es responsable de sus actos y Martin Garitano de los que son de su competencia, aunque también aquí se utilice por su parte  la extensión de la responsabilidad a los demás.

Gipuzkoa comienza a tener un problema. Bildu tiene la legitimidad democrática de gobernar, pues así lo ha decidido una mayoría. Pero lo que no tiene es carta blanca para imponer su criterio sin más. No pueden imponer ni un proyecto, ni la parálisis de un debate permanente en los aspectos que no le gustan.  No tiene carta blanca porque  pese que su mayoría es notable, es mayor la representación de quienes se oponen a su gestión. Y, en segundo  término, porque la “imposición democrática” es  tan contradicción “in terminis” como la “música militar”.

¿Qué ocurriría, por poner un ejemplo,  si el PNV hiciera en Bizkaia lo que ha comenzado a hacer Bildu en Gipuzkoa?. Se armaría la marimorena. Y con razón. (Recordemos que Bildu y el PNV tienen en Gipuzkoa y Bizkaia respectivamente, la misma mayoría que respalda a las correspondientes diputaciones).

Pero eso, a Martin Garitano, visto lo visto, le importa poco.

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