Se van conociendo, poco a poco, pero de manera continuada, las decisiones que en el tiempo de descuento está llevando a cabo el Gobierno en “funciones” de Patxi López. Concesiones de licencias de FM, renovación de contratos millonarios en Eusko Tren, adjudicaciones del metro en Donostia sin tener finalizado el proyecto constructivo, nombramientos en Osakidetza, incentivos irregulares en la Ertzaintza para cubrir vacantes provocadas por su mala gestión en el despliegue...
Un cúmulo de decisiones inapropiadas que parecen más un sabotaje al próximo gobierno que otra cosa. El despropósito empieza a ser mayúsculo y roza la indecencia. Como muestra, la celebración del Consejo Vasco de Finanzas. Fuera de plazo, incumpliendo la ley, sin orden del día ni documentación presentada en tiempo y forma y , por si fuera poco, pretensiones insospechadas.
Insospechadas sí. Porque no parece de recibo que un Gobierno “en funciones” pretenda aprobar unas directrices presupuestarias para el 2013 a sabiendas de que no le corresponderá a él elaborar las cuentas de ese ejercicio. Impresentables, también, cuando lo que se plantea es aprobar la creación de un fondos interinstitucional de más de 200 millones de euros para los ejercicios 2013-2016. Irreal cuando se pretende hacer crecer virtualmente la recaudación del año 13 en más de cuatrocientos millones de euros sin ningún rigor ni dato que lo sostenga, o cuando en la liquidación del año en curso y con la inestimable colaboración de Martin Garitano, se someta a reparto para gasto unos ingresos que están pendiente de una sentencia definitiva. Todo para maquillar su foto o , mejor dicho, la foto del agujero que van a dejar al frente del Ejecutivo vasco.
En paralelo, Patxi López, otro que está en funciones, manifestaba en comparecencia pública que su deseo es que el traspaso de poderes con el próximo gobierno sea leal y respetuoso. Un relevo con regalo añadido. Una caja de bombas.
El Partido Socialista parece no haber leído el resultado electoral del pasado domingo. Su pretensión de dejar una administración de “tierra quemada” le va a impedir encontrar amigos que le echen un capote en los nuevos tiempos que se le avecinan. No van a tener amigos ni para que López pueda optar a ser Senador autonómico, como al parecer algunos reclaman. Senador “autonómico”, ¿con los votos de quien?. Que hagan cálculos y adivinen el resultado.
Si la gestión socialista en Ajuria Enea ha sido un fiasco y , así se lo ha reconocido el electorado, sus últimos minutos en “ disfunciones” pueden ser terribles.
La auditoría externa, una vez fuera del Gobierno se hace imprescindible, y la necesidad de revisar, uno a uno, los últimos contratos realizados (todos los superiores a 100.000 euros), va a ser una exigencia de transparencia y de rigor para el próximo gobierno. Que cada palo aguante su vela, y que las responsabilidades políticas y personales que puedan observarse, no deparen a más de uno un susto monumental.
Estar cabreado con el mundo por un batacazo electoral como el padecido no aconseja seguir cometiendo errores. Ojala los socialistas lo lleguen a entender, aunque me temo que ya es demasiado tarde para ello.
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