Más allá de la aritmética parlamentaria, plasmada ayer por la radiografía de las urnas, el PNV debe entender, y así lo ha explicitado, que la complejidad del momento le va a obligar a dibujar un nuevo tiempo de no confrontación, buscando alianzas amplias que permitan al país transitar por las agitadas aguas de la crisis. Alianzas institucionales que agilicen la gobernabilidad, y pactos políticos y económicos serán necesarios para hacer más fácil la reacción. Pactos y acuerdos exigentes para al futuro gobierno , pero también para la oposición, pues los votos han demostrado que, lo que la gente busca y anhela vivamente son compromisos y no disputas.
En ese sentido, Iñigo Urkullu es el candidato a lehendakari adecuado. Metódico, dialogante, responsable hasta altos niveles de autoexigencia, Urkullu representa la solidez perdida de un lehendakari que gobierne y que sea capaz de pactar con todos.
Su compromiso personal y militante , y el arrope que va a encontrar en su partido, deben convertirle en protagonista de un ejecutvo sin grandes pretensiones mediáticas pero de extraordinaria eficacia en la desnutrida gestión pública.
Gracias a ese perfil, y a un programa con objetivos claros, el PNV ha cosechado un amplio respaldo de la ciudadanía, revalidando un liderazgo político que nadie, ni tan siquiera la efervescente izquierda abertzale, puede cuestionar.
Un liderazgo, una voluntad y una confianza que el PNV no puede ni debe desatender y que , utilizando el eslogan de campaña, quienes conformamos sus cuadros dirigentes, estamos dispuestos a asumir. Es nuestro compromiso. El compromiso con Euskadi.
Con humildad y respeto; Eskerrik asko guztioi .
Ayer le ví por la ETB, me pareció que casi se le escapaba una lagrimilla mientras Urkullu hablaba... Espero que sea la última eh! Burukide... Bueno, se permiten otro par cuando se abra el arca.
ResponderEliminarZorionak, bai. Pero menudo papelón!! Ànimo!!!