El nombre propio hoy, en el PNV, es el de Itxaso Atutxa.
Esta tarde, de cumplirse los procedimientos internos con normalidad, la
Asamblea Territorial de Bizkaia, la elegirá, presidenta del Bizkai Buru Batzar.
Será la primera mujer al frente de la ejecutiva vizcaína de EAJ-PNV en toda su
historia. Un hito en la estructura del PNV, pero, a pesar de que la
característica de género sea toda una novedad, la nominación y elección de
Itsaso Atutxa alcanza otra lectura de especial relevancia; la regeneración
continua del nacionalismo vasco.
Conozco a Itxaso desde años atrás y siempre he tenido un
magnífico concepto de su valía, tanto en el ámbito personal como en su
vertiente profesional. Abertzale íntegra. Ha conocido, desde joven, la
idiosincrasia de esta organización , en la que ha militado sin jamás pedir nada
a cambio. Mujer de sentido común. Luchadora por la paridad entre mujeres y
hombres, euskaltzale, dialogante y comunicadora. Sabe trabajar en equipo y
forjar sinergias de complicidad.
Observadora y reflexiva, su aceptación de la propuesta pone en evidencia su
compromiso para con una organización dirigida hasta ahora por hombres pero, en
muchos casos, sustentada en la base por mujeres activistas que, al fin,
emergen, en los puestos de mando de una organización que necesita, y mucho, de
su experiencia e impronta.
Atutxa es, además, y esto es lo destacable desde mi punto de
vista, militante de una nueva oleada generacional que llega al cénit de la
estructura nacionalista como un cúmulo de olas impulsadas a la orilla. A una
generación le sucede otra y a ésta la renovará otra sucesiva. Basta hacer el
ejercicio práctico de visualizar a los representantes que esta tarde se sentarán en la Asamblea
territorial vizcaína para darse cuenta de que el PNV ha conseguido relevo, que
hay banquillo suficiente para nuevos cambios. La Asamblea, los ayuntamientos,
las instituciones de todo tipo, están conformadas por mujeres y hombres de un
amplio espectro formativo, de una amplia base en edad que lleva de los
veintipocos años hasta superada la cincuentena. A eso se llama base social
amplia que debe seguir evolucionando y generando cuadros, líderes para hoy y
para mañana.
Ese es el éxito que hoy quisiera destacar del PNV. Con un
partido ideológicamente sólido, con propuestas programáticas definidas, la base
militante es fundamental para garantizar el futuro. Y eso el PNV de hoy lo
tiene. Su prueba evidente es Itsaso Atutxa.
Hace ya muchos años, cuando con kaiku azul y pantalón de mil
rayas acompañábamos a nuestros dirigentes históricos, observábamos una barrera
infranqueable que nos hacía temer un anquilosamiento y senectud de nuestra representación pública.
Hoy, quienes lucíamos aquel Kaiku somos quienes centramos la foto. Mañana deberán ser otros y otras los que nos sustituyan en lo más alto de la
pirámide. La cadena no debe romperse porque en ese tránsito de militantes es
donde estriba el dinamismo de nuestra organización. Una organización que ,
además, diferencia lo interno de lo externo. Que otorga responsabilidades
diferentes a cada cual y que hace que perdure el axioma de que “las personas
pasan pero el partido permanece”.Zorionak Itxaso Atutxa. Zorionak PNV
Zorionak!! Bazen ordua emakumeak argetzeko.
ResponderEliminarP.D: Antiguako amaren elizan, ezta???
Bai, han bizkai buru batzarrak, anton ornaza lehendakari izan zenean, antolatu zuen Omenaldi bat antiguako eleizan
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