‘El Diario Vasco’, cabecera guipuzcoana del grupo, lleva a su portada el titular: “La UE multa con 30 millones la demora para recuperar las ayudas fiscales vascas”. Y, como subtítulo, añade: “Supone un cierto alivio para las diputaciones porque la petición inicial era de 64,5 millones”.
El ojo derecho de Vocento, ‘El Correo’, llevaba a su portada el siguiente título: “Bruselas castiga con una multa de 30 millones la desobediencia fiscal vasca”. Y el subtítulo de: “Impone a las diputaciones la sanción más elevada de la historia aunque menor que la prevista”.
Poco que decir al respecto. Elocuente diferencia de criterio de una misma empresa editorial. “Castiga” y “desobediencia” como elementos distintivos. Ya me he manifestado en reiteradas ocasiones en relación a los titulares interpretativos de los medios de comunicación y, en especial, del diario hoy señalado. Es una gota más. Sí, una gota más de la intencionalidad ideológica que una publicación pretende.
Y no es reprochable. Porque cada cual piensa y dice lo que libremente considera. Y es el mercado, los lectores, quienes al fin y a la postre determinan la validez o no del producto presentado.
No me extenderé hoy en el fondo de la cuestión. Ni en la sanción, ni en su origen, ni en la motivación que llevó a las instituciones vascas a actuar como lo hicieron. Todo tiene su explicación, aunque algunos, legítimamente, no la compartan.
Lo que me preocupa, y así lo digo, es la tendencia insistente que en determinado medio se hace al titular-reproche. Mezcla de información y opinión. Como es este caso. O el reciente en el que se denunciaba la adjudicación de un contrato (hecho por procedimiento legal) a una empresa que se vinculaba familiarmente con el vicelehendakari Jon Azua. Todo ello aderezado con una foto de Andoni Ortuzar, presidente del PNV, con el mencionado vicelehendakari Azua.
Intencionalidad, sí. Evidente. Eso sí, sin mancharse las manos. Sin decir lo que se quería decir. Para no escaldarse. Piedras que se arrojan escondiendo la mano. Sin faltar a la verdad, pero sin decirla tampoco.
Hoy, la mirada estrábica de Vocento resulta elocuente. Hasta paradójica. Pero tal mirada doble resulta hasta anecdótica. Me explico. Que se den dos explicaciones diferentes de un solo hecho puede resultar una rareza, un contrasentido o una contradicción. Lo que no tiene un pase es la crítica falsaria. ‘El Correo’, en su apunte editorial de hoy –que es la opinión del propio periódico y de su dirección–, afirma lo siguiente: “La multa de 30 millones de euros impuesta por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (…) sobre todo representa la factura final que ha de abonar Euskadi porque sus instituciones, tras interpretar de manera abusiva el Concierto Económico según la UE, intentaron eludir sus responsabilidades. Las administraciones vascas –diputaciones y Gobierno– no pueden sentirse orgullosas de su actuación durante la instrucción de la causa judicial y en el cumplimiento de la resolución final”.
Nadie es tonto para no saber las razones que imperan en esta macro empresa de la información. La consideración de la noticia nunca albergara un atisbo de lo que significo en su momento esta decisión. Euskadi a pesar de muchos sigue caminando y ojala todos lo que vengan tengan la opinión certera de quien tira del carro.Las empresas y sus trabajadores son el motor de nuestra economía y el pan de nuestros hijos, suena fuerte, es la realidad. Instituciones y dirigentes tengan a bien que si en años venideros hay que hacer algo similar tienen el apoyo mío y de los míos, porque gracias a aquella decisión continué trabajando . Mila esker a las decisiones valientes.
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