viernes, 26 de septiembre de 2014

CON EL CALZADO ADECUADO

Mañana toca campa. Un día especial. De esos que están marcados con antelación en el calendario. Desde el año 1977 y con la excepción del 83 –tras las infaustas inundaciones-,  los nacionalistas vascos tenemos a bien reunirnos para compartir, durante una jornada, las vivencias e inquietudes que nos motivan en un compromiso político y nacional.

Es como una reunión familiar. A lo grande. Porque somos muchos. Y como todo encuentro de estas características tiene diferentes alicientes. La emoción del reencuentro. La festividad de un momento único. La reivindicación de lo que nos mueve. Y, también el compromiso por seguir adelante.


Desconozco si otras formaciones u organizaciones  llevan a cabo una iniciativa similar. Pero el Alderdi eguna es una concentración única. Miles y miles de personas movilizadas sin más motivo que exhibir su condición nacionalista. Obreros, parados, estudiantes, empresarios, comerciantes, jubilados... Un crisol de perfiles humanos con  planteamientos vitales diferentes, hasta con sustratos sociales e ideológicos plurales, son capaces de juntarse para compartir campa, discurso y tortilla de patata.

Es la evidencia más constatable de que el PNV, antes de ser partido fue un movimiento social. Interclasista. Intergeneracional. Multiideológico.  
En esta ocasión, el “Alderdi eguna” enmarca su convocatoria en el 120 aniversario de  la ikurriña, un símbolo que nacido al calor de los hermanos Arana-Goiri y diseñado para representar a la colectividad nacionalista se ha convertido en el emblema, en el signo de identidad de todos los vascos.

Es el primer  gran consenso nacional de este país. Bajos sus colores se siente amparado y representado individual y colectivamente el Pueblo Vasco. Y ese significado de punto de encuentro, de consenso básico, es el que el PNV quiere llevar a la primera página de la política vasca; cohesionar la conciencia nacional primero para articular después las iniciativas que, conjuntamente, se puedan llevar adelante.

La coyuntura siempre marca la agenda de esta fiesta anual nacionalista. Tres son los ámbitos en los que el PNV ha situado este encuentro masivo de militantes y simpatizantes.

El primero de ellos es el sostenimiento de un Gobierno vasco eficaz en la plasmación de políticas públicas que aborden la crisis económica, la construcción de la nueva convivencia y el impulso del autogobierno.

La crisis, la falta de actividad económica suficiente, la escasez de recursos para afrontar con garantías y sostenibilidad los servicios públicos, son elementos claves que dificultan seriamente una acción de gobierno eficaz. Sin embargo, el ejecutivo que preside el lehendakari Urkullu está tratando de capear el temporal con esfuerzos encomiables. Con el rigor exigible a unas cuentas públicas insuficientes y sin perderse en una complacencia estéril, el Gobierno vasco está aprobando medidas estratégicas que pretenden, no sólo abordar el día a día, sino garantizar la capacidad económica y de solvencia de la sociedad vasca en los próximos decenios. En la industria, en la investigación, en la educación, la salud, y en la cohesión social.

Esa tarea nada grata de fortalecer lo que tenemos para no perderlo en el futuro, resulta fundamental en las circunstancias actuales. Y aunque no lustre ni brille en el escaparate mediático, es deber de quien gobierna, por pura responsabilidad con la ciudadanía, sacrificar su desgaste por el bien común presente y futuro.

Esa labor, a veces gris,  se enfrenta además al hecho objetivo de ser respaldada por una minoría parlamentaria que debe ejercitar todas sus capacidades para, en defensa de ese Gobierno y de su acción, concitar  complicidades y acuerdos con grupos de la oposición. Cualquier acuerdo que reporte estabilidad es un tesoro a preservar y mantener. Porque ni el país ni sus gentes está para soportar  nuevas incertidumbres e inestabilidades institucionales.

Las renovaciones internas  producidas en algunas de las formaciones de la oposición han dificultado avanzar en esa necesaria  búsqueda de alianzas.  Es más, el análisis particular que, en concreto el PSE ha hecho de su situación político-electoral, ha puesto en solfa la continuidad de los compromisos contraídos  hasta la fecha. De su clarificación dependerá el afianzamiento o no de los acuerdos y, con ello, la garantía de estabilidad institucional, su caducidad o la búsqueda de nuevas alternativas. El PNV apuesta, sin duda alguna, por mantener y, si es posible, incrementar el campo de complicidad y acuerdos programáticos que posibiliten el ejercicio pleno de la legislatura autonómica.  El PNV va a defender, con uñas y dientes, el mandato y el programa establecido para el actual Gobierno vasco. Y esa decisión, será la primera que trasladará a su base social  que mañana se dará cita en Foronda.

El segundo objetivo que el nacionalismo vasco planteará mañana a su cuerpo social será la defensa de los intereses de Euskadi frente a quienes pretenden limitar nuestra capacidad de decisión con políticas recentralizadoras. La reivindicación de Euskadi como nación europea. El derecho a decidir y la vía política propia para su ejercicio.

Escocia o Catalunya han sido referencia pública, ventanas, en las que  hemos mirado, pero no espejos que reflejan nuestra propia realidad. Hemos compartido y aplaudido ejercicios democráticos enriquecedores que nos alientan a no desfallecer en nuestra reivindicación nacional. La movilización social catalana, la plenitud democrática escocesa son referencias inexcusables para el nacionalismo vasco y su estrategia futura. El respeto a la voluntad de la ciudadanía, la necesidad del acuerdo entre diferentes, la combinación del binomio legitimidad-legalidad para viabilizar cualquier proceso que tenga un reconocimiento externo, son partes fundamentales del camino que el PNV está dispuesto a afrontar en su compromiso por dotar a Euskadi de un nuevo estatus político. Voluntad e inteligencia para acertar en el procedimiento más eficaz.

Y el tercero reto de coyuntura con el que los jeltzales nos encontraremos alrededor de la cita de mañana , prefijado a medio plazo, es la renovación del liderazgo político y social del Partido Nacionalista Vasco en el mapa institucional territorial y local con la vista puesta en las elecciones de mayo. Una vez más, elecciones a la vista. Reválida de confianza, de liderazgo, de construcción nacional a pie de obra. Búsqueda de candidatos, de propuestas, de servicio público. De comprender, en definitiva, las inquietudes de la ciudadanía y plasmarlas en equipos y en programas. Cercanía y efectividad al servicio de la comunidad. Modelo PNV

Encuentro, reivindicación, fortaleza, solidaridad y también, como no, fiesta. Esto será  mañana el Alderdi eguna 2014. Con la ikurriña en el corazón y en la cabeza.  

La energía directa que miles y miles de mujeres y hombres demostrarán mañana en las campas de Foronda es la vitamina que alimenta al PNV para seguir teniendo músculo político. Con la mirada puesta en la meta, en la libertad de este país. Pero sin perder de vista las necesidades inmediatas que reclama la ciudadanía. Una ciudadanía golpeada por la crisis, el desempleo, las apreturas económicas y las incertidumbres.

Mañana, en Foronda, tendremos la posibilidad de soñar juntos, pero sin despegar los pies del suelo. Y porque sabemos de las dificultades del terreno llevaremos el calzado adecuado para tener seguridad y equilibrio en nuestros pasos.


1 comentario:

  1. Hola Mediavilla.Acabo de escuchar en "Azpimarra" que Sanchez Camacho ha puesto a Urkullu como ejemplo a Mas en el parlamento de Cataluña hoy mismo.Una de la IA ha dicho que le preocupa....yo no soy de la IA,pero también me preocupa,y me temo que más que a la de la IA....Agurrak.

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