Ante
la celebración, el próximo día 18 de septiembre, del referéndum en relación a
la independencia de Escocia, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC),
Nieuw-Vlaamse Alliantie (N-Va) y Eusko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacionalista
Vasco (EAJ-PNV) expresan las siguientes consideraciones:
Primera.- Saludamos a la
Nación Escocesa y felicitamos a sus ciudadanos que, en virtud del derecho que
les asiste como Pueblo, determinarán libre y democráticamente, mediante dicho
referéndum, el futuro de Escocia.
Segunda.- Entendemos que la eficiente administración del
gobierno escocés durante los tres últimos lustros -en 1999 se constituyó el
primer Ejecutivo escocés de la época moderna- ha ayudado a la consolidación de
su autogobierno, a su positiva valoración por sus ciudadanos y al
fortalecimiento de la identidad del Pueblo escocés, factores que han
contribuido al ejercicio de su derecho de decisión sobre su futuro.
Tercera.- Reconocemos el
sentido y la sensibilidad democráticos de los partidos británicos denominados
unionistas -conservadores, laboristas y liberal-demócratas- que, tras la
victoria por mayoría absoluta del Scottish National Party (SNP) el 5 de Mayo de
2011, han aceptado con naturalidad que el futuro de Escocia se construya
conforme a la voluntad de la ciudadanía escocesa. En ese sentido, acogemos y
valoramos positivamente el intenso diálogo mantenido entre Londres y Edimburgo
para dar cauce a las aspiraciones políticas del Pueblo Escocés, que culminó en el
Acuerdo de Edimburgo suscrito el 15 de Octubre de 2012 por el Primer Ministro
del Reino Unido, David Cameron, y el Ministro Principal de Escocia, Alex
Salmond, en virtud del cual se pactó la celebración del referéndum y sus
términos. Gran Bretaña, su gobierno y la ciudadanía británica han dado un
glorioso ejemplo de respeto y de civilidad.
Cuarta.- Creemos
edificante que, en los actuales tiempos de desafección política, la campaña del
referéndum, con sus dos agentes más importantes, “Yes Scotland” y “Better
Together”, ejerciendo una divulgación extensa de sus propuestas, así como los
debates públicos, hayan situado al ciudadano en el núcleo del protagonismo
político, reconciliando a la sociedad con la política.
Quinta.- Consideramos un
notable avance civilizatorio que la construcción de un nuevo Estado se forje en
la voluntad popular libremente expresada por sus ciudadanos, como establece el artículo 1.1 de la Convención Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, al expresar que “todos
los pueblos tienen derecho a la libre determinación. En virtud de este derecho
libremente determinan su estatus político y persiguen libremente su desarrollo
económico, social y cultural”.
En este sentido, entendemos que el modelo escocés resulta un
admirable ejemplo que prioriza la expresión de la voluntad popular y del
derecho de decisión de los pueblos sobre el principio de integridad territorial
de los Estados en el que se resguarda, antidemocráticamente, el atavismo
político de los defensores de las históricas estructuras estatales que,
recordemos, se han edificado, en muchos casos, bajo los pilares de los
conflictos bélicos y la erradicación de las minorías nacionales.
El caso escocés nos reafirma en el convencimiento de que la
solución a los problemas de gobernanza en el interior de los Estados y de la
propia Unión Europea debe venir de la mano del respeto, del diálogo, de la
negociación y del acuerdo, así como de la aplicación de un sentido práctico y
del alejamiento de dogmatismos que evite resultados y situaciones absurdas y
cuestionables.
Sexta.- Declaramos que
nuestros partidos, siendo partidos de otras naciones europeas, no deben
implicarse ni interferir en el debate ni en la decisión del pueblo escocés. El
Pueblo Escocés decidirá con libertad sobre la pregunta planteada.
Sin
embargo, debemos expresar nuestra solidaridad con el Scottish National Party,
confirmando que su propuesta de que una Escocia independiente se constituya en
sujeto político estatal de la Unión Europea debe ser atendida por las
Instituciones de la Unión y por sus Estados miembros, en tanto que resulta
conforme al espíritu que anima la construcción europea y a los valores
establecidos en el artículo 2 del Tratado de la Unión (respeto
a la dignidad humana, la libertad y la democracia).
Séptima- Declaramos que
Escocia es la gran triunfadora del proceso: el referéndum -un gran ejercicio
democrático- posibilita que sus ciudadanos decidan su propio destino. Y afirmamos
que, sea cual sea el resultado del referéndum -continuidad de Escocia en el
Reino Unido o Estado escocés independiente-, el futuro de la nación escocesa se
definirá mediante el ejercicio del derecho de decisión del pueblo escocés. El
modelo escocés es un referente de libertad para Europa y sus pueblos.
En
Edimburgo a 17de septiembre de 2014
Que envidia sana me da Escocia
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