Me alegro que la Mesa del parlamento Vasco haya dado amparo
a la reclamación de Iñaki Oyarzabal en relación a la factura de telefonía móvil.
Me alegro de verdad.
Me alegro de que su
defensa de inocencia haya sido atendida y respaldada. Porque, la sospecha,
utilizada como arma política, es una lacra que todos deberíamos desterrar por
principio. La acusación gratuita, sin más fundamento que la intención de hacer
daño, envilece a quien la
practica. Y emponzoña
una maravillosa actividad como la política que está y debe estar siempre
al servicio del bien común.
Espero que Iñaki Oyarzabal haya aprendido la lección. Seguro
que la experiencia vivida le ha dejado un regusto amargo. Y no es para menos. Acusar
sin pruebas, extender la sospecha es ruin y miserable. Todos nos merecemos
respeto. Quienes trabajamos durante años para sacar adelante los batzokis hasta
quienes, en el ejercicio de su función hacen uso de una justificada asistencia
telefónica. Respeto, ahora y siempre.
Iñaki Oyarzabal; respeto y amparo concedido.
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