martes, 31 de marzo de 2015

LOS HUESOS DE CERVANTES Y LOS ENTERRADOS EN LAS CUNETAS

Llevo un tiempo dándole vueltas a la cabeza sobre la noble misión desarrollada en Madrid para rescatar e identificar los restos mortales de Miguel de Cervantes. No cabe duda de que recuperar la figura de un genio de la literatura universal, patrimonio cultural del conjunto de los humanos, es digno de elogio. Pero, tal vez, los trabajos restauradores de la cultura deban centrarse más en la obra intelectual que en la osamenta del insigne escritor.

Leo en diversos medios de comunicación que los trabajos antropológicos llevados a cabo por los insignes profesionales que buscan a Cervantes han costado al presupuesto público 114.000 euros (doce mil de una primera fase de rastreo y 102.000 de las investigaciones arqueológicas). No me parece ni mucho ni poco. No tengo criterio para hacer una evaluación.

Lo que me parece un sarcasmo es conocer que mientras  el foco del interés  se centra en la búsqueda de los restos del creador de “El Quijote”, nadie se acuerde  de las miles de personas que yacen en las cunetas, al borde de los caminos, de manera anónima como víctimas de la atrocidad, de la represión y la dictadura franquista.

Nadie se  rebela porque el gobierno que les debe reparación y memoria  no haya reservado un miserable euro para identificarles, devolverles a sus familiares y darles la sepultura que se merecen.

Cervantes se rebelaría en su tumba de conocer el desprecio de sus gobernantes  por rehabilitar a quienes injustamente fueron sacrificados y condenados al olvido.


“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”. (Don Quijote de la Mancha, capítulo LVIII)

1 comentario:

  1. Bah! Ya manipularán el comentario o cita hasta ajustarlo a su conveniencia. No dijo Picasso que no volviese su obra hasta que España fuese una república... pues ellos cambian república por democracia y lo exponen en el Reina Sofía. .. con un par.

    Donde dije digo, digo Diego. Hale!

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